Otro Virgilio Andrade
No es de sorprender la reacción de la ciudadanía y de los partidos opositores al PRI, principalmente el PAN; ante una nominación anunciada, la del Fiscal Anticorrupción en Coahuila. Pero, ¿qué esperaban los coahuilenses? Si los hermanos Moreira nunca han sido hermanas de la caridad; antes bien, siempre han jugado sucio, siempre han sabido moverse en el tinglado de la política para su propio beneficio, aunque para ello hayan tenido que repartir el botín. ¿Qué se podía esperar del gobernador que está por dejar el cargo? Si estuviera limpio; si no tuviera cola que le pisen, si hubiera actuado con rectitud, con honestidad, no habría tenido que meter las manos en esta farsa protagonizada por el Congreso del Estado.
Con el simple hecho de manipular la convocatoria, (al publicarla con tiempo reducido) y de escoger precisamente a un exempleado priista; está admitiendo que hay irregularidades en los cajones de su despacho. Así que, ¿qué más podía hacer, por él y por su hermano Humberto? Respuesta: Cubrirse las espaldas con un fiscal a modo.
No ha perdido vigencia la máxima “Hecha la regla, hecha la trampa”, pues tan pronto se redacta la ley no falta quien piense de inmediato como faltar a ella; y, aunque éste no es el caso, sí, podemos decir que nombrar como fiscal a un exempleado afiliado al mismo partido que sus empleadores, a quienes se supone deberá investigar, es una triquiñuela a vistas. Es una artimaña que hasta un ciego vería; y quienes votaron por Jesús Homero Flores Mier, conociendo su historial laboral estaban, ipso facto, insultando la inteligencia de la ciudadanía, que esperaba, dada la poca respuesta por la amañada convocatoria, se ampliara el plazo y se escucharan propuestas de los ciudadanos. Pero no, como siempre, las sugerencias del gobernador son órdenes que el Congreso del estado acata sin chistar.
Hay, entre la clase política, cuando menos dos estratagemas que se ponen en marcha para ganar tiempo y finalmente aplicar lo que en principio se rechaza; tales argucias las hemos visto con frecuencia, p. ej. con los aumentos a la gasolina o algún fraude o dislate que al publicarse provoca la crítica mordaz del presunto delincuente de cuello blanco o del servidor público que pone en evidencia su ignorancia o su falta de capacidad para el cargo que desempeña. Una de estas acciones son la llamada “cortina de humo”, que esencialmente consiste en opacar la nota informativa amenazante con otra nota que llame la atención del público televidente, y en general, de la ciudadanía politizada; es como encender un foco de mayor intensidad para desviar el interés; y otro artificio, también muy socorrido, es dejar pasar el tiempo, para que la noticia se enfríe, que la gente vaya perdiendo el interés, tal como está ocurriendo con la resolución que debe dar el TEPJF acerca de la impugnación a las elecciones recientes a gobernador. Así, quedito, paso a pasito, Riquelme, con ayuda de su padrino Rubén Moreira, se va acomodando en su despacho en el palacio Rosa, ahora ya con la bendición de Peña Nieto.
Sin lugar a dudas, la polémica nominación del Fiscal Anticorrupción de Coahuila, es nota que indigna, que hace que las Organizaciones Civiles y los ciudadanos interesados en combatir la impunidad manifieste su rechazo; sólo resta esperar qué respuesta deben dar quienes están implicados en esta farsa electoral del nuevo fiscal
Héctor García Pérez
Ciudadano de Torreón
