No se puede hablar de una vida humana en términos de costo, mucho menos cuando hablamos de cientos de seres humanos que perdieron la vida a causa de los desastres naturales de los últimos días en el país y por lo cual acompañamos en su dolor a todos aquellos mexicanos que están viviendo la tragedia o han perdido a un ser querido.
El presente análisis no pretende trivializar el tema ni mucho menos, pero parte de las lecciones que dejan estos acontecimientos es que debemos pensar hacia adelante y mejorar lo que se pueda. Y un punto básicos es preguntarnos, ¿hacia dónde va la economía?
En los últimos días comienzan a escucharse voces autorizadas que hacen referencia a los costos que la economía del país deberá enfrentar debido a los desastres naturales de los días recientes en México, un primer punto podría ser en su comparativo con 1985 respecto a lo que se ha vivido al día de hoy en el país.
En primer lugar en el 85 se hablaba de aproximadamente 2,800 edificios con daño o colapsados, en este momento y aún sin tener la cifra final las cifras estiman entre los 300 y 500 inmuebles dañados en la capital de país, por otro lado, el sismo de los ochentas dejó cerca de 15 mil viviendas dañadas o destruidas mientras que los sismos del 7 de septiembre en Oaxaca y Chiapas establecen una cifra de 50 mil hogares que se suman a las casas de Jojutla, Morelos que suman otras 20 mil viviendas más, al día de hoy y sin perder de vista los huracanas "Irma" y "Katia" que impactaron Veracruz y considerando también los sismos que afectaron la Ciudad de México, Estado de México, Puebla, Morelos, Oaxaca, Chiapas y Guerrero la cifra conservadora sobrepasa los dos millones y medio de mexicanos afectados, para darnos una idea, la población total de la Comarca Lagunera se estima en un millón setecientos mil habitantes aproximadamente o el estado de Coahuila que cuenta con tres millones de habitantes aproximadamente.
Por su parte, el terremoto de 1985 tuvo su impacto al año siguiente en la economía que tuvo una reducción en su PIB del 3 por ciento aproximadamente, si bien es cierto, sería prematuro hablar del impacto que tendrán estos fenómenos naturales en la economía mexicana, sí existen elementos que nos permiten observar en qué dirección se pueden presentar estas afectaciones.
El primero de ellos, se da vía ajuste del presupuesto y por lo tanto del Paquete Economico de 2018, ya que para que el Fondo de Desastres Naturales (Fonden) cuente con recursos suficientes para hacer frente a la contingencia como lo reconoció el secretario de Hacienda José Antonio Meade debe existir una modificación de presupuesto que sin lugar a duda afectará otros rubros presupuestales para que "la cobija alcance"
Actualmente el Fonden cuenta con casi 15,000 millones de pesos para hacer frente a cualquier desastre natural, de los cuales se habían asignado ya 9,000 millones de pesos para Oaxaca, Chiapas y Veracruz, dejando 6,000 a utilizarse para el sismo del 19 de septiembre.
Sin embargo, aún falta el análisis financiero que permita conocer el monto requerido para la reconstrucción de la ciudad de México y Morelos, principalmente, el cual podría incrementar esta necesidad de recursos.
El segundo impacto en la economía se puede dar vía incremento en precios tal como lo mencionó Alejandro de la Peña, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera (Canirac) cuando habla de que los sismos puedan provocar que los incrementos de los insumos se den a través de costos de transportación y por posibles desabastos.
Esta preocupación también la tiene la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) quien hizo un llamado a comerciantes, transportistas, productores y distribuidores de productos de consumo generalizado a conducirse con solidaridad y apego a la Ley para garantizar el abasto de artículos de primera necesidad en las zonas afectadas por los sismos, y también exhortó a la población a no realizar compras de pánico que puedan afectar los precios creando procesos inflacionarios superiores al 6.30 por ciento anual estimado para el cierre de 2017 de acuerdo a cifras de los analista de Citibanamex.
De acuerdo con un servidor, el Producto Interno Bruto del tercer trimestre del año sí podría verse afectado, dado que los estados dañados representan 1 de cada cuatro pesos creados en la economía mexicana.
Es importante destacar, que si bien es cierto en un corto plazo, el impacto económico es negativo, a un largo plazo las economías en contingencia por un desastre natural recuperan lo perdido, esto se debe a que tras la emergencia, se empieza con un proceso de reconstrucción que favorece al dinamismo económico.
La clave en este sentido estará en ¿qué tanto dinero soltará el gobierno para impulsar una reconstrucción?
Un último impacto económico puede presentarse en el superávit primario que se consideraba como una meta para 2018 después de diez años de que no se presentara esta condición en la economía mexicana, sin embargo, de algún lugar deberá salir los excedentes financieros requeridos para la reconstrucción de una zona del país que representa una cuarta parte del Producto Interno Bruto de México.
En términos generales tenemos varios supuestos: Uno de ellos es el espiral inflacionario que se pueda formar debido a la escasez de productos de primera necesidad. Otro punto, que se mantiene como un riesgo, es que la Secretaría de Hacienda utilice el endeudamiento para hacerse de recursos, lo cual, será muy difícil de soportar.
