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Renovación

Diálogo

YAMIL DARWICH

La palabra renovar es definida en el diccionario como: "hacer que algo recupere la fuerza o la energía; restaurar, remozar, modernizar; cambiar una cosa vieja o sin validez por otra nueva" …y ese es el proceso que se ha iniciado en la Diócesis de Torreón.

Luis Martín Barraza Beltrán, ha sido nombrado nuevo obispo de la Diócesis de Torreón; él suplirá al actual, José Guadalupe Galván Galindo, quien presentó su renuncia al cumplir los 75 años de edad, conforme al derecho canónico.

El nuevo obispo Barraza Beltrán, de tan solo 52 años, -corta edad para el nombramiento- ofrece alternativas de cambio y mejora, y ateniéndonos al diccionario, deberá hacer que el catolicismo de la región "recupere fuerza y energía", particularmente entre las nuevas generaciones, quienes viven -cada vez más- inmersos en el bombardeo de culturas ajenas a través de los medios de comunicación, particularmente por las redes sociales, alejándolos del catolicismo, donde no encuentran respuestas.

Sin duda las Iglesias Cristianas, incluida la Católica Romana, han quedado fuera de la posmodernidad, al no haber sabido como comunicar el mensaje entre los jóvenes y, para desgracia, desilucionado a muchos viejos practicantes.

Sin menospreciar el trabajo del Obispo Galván Galindo, quien se apegó a un perfil bajo ante su feligresia y apareciendo o declarándose solo en fechas solemnes, ahora viene un joven a "restaurar, remozar, modernizar" a la Diócesis de Torreón, algo bueno para los laguneros de Coahuila.

Sus declaraciones ante el nombramiento, nos hacen pensar en un líder religioso que reconoce sus limitaciones y con humildad declara "No voy a inventar el hilo negro ni el agua tibia, ni voy a remediar cosas, ni a ser el salvador en Torreón, uno se va a sumar al caminar y con una actitud de dejarse enseñar, porque yo no he sido obispo, no sé nada de eso, sé un poco de ser pastor del presbiterado, ir siendo un obispo como desean desde la fe, desde el perfil del evangelio"; sin embargo, en su currículum vitae sobresale su sólida formación académica en Roma y la experiencia que le debió dar su alta dirección como rector del Seminario de Chihuahua, amén de su trabajo como promotor de fe y líder social con sus servicios en parroquias del estado federal vecino.

Desde luego que deberá renovar la energía de sus colaboradores y dar seguridad a su comunidad en referencia al actuar de los mismos. No se trata de realizar actividades persecutorias, pero si buscar los medios para asegurar los valores humanos personales que deben distinguir a un sacerdote católico.

Debo advertir que, por propia experiencia, la mayoría de ellos poseen las peculiaridades que les hacen buenos pastores de la iglesia: la humildad, la castidad y la obedencia; aunque también conozco de rumores de algunos otros, que tienen entre sus objetivos personales otros muy distintos, descuidando su labor como pastores de almas.

Recuerde a Francisco I, pidiendo perdón por las fallas de todos ellos y hasta declarando la existencia de la agersión del mal -el demonio- que permanentemente sufre la institución establecida por Jesús.

Particularmente preocupa la frase "no voy a remediar cosas", dejándo una sensación, -en quienes la leímos- de ser una declaración política, más que de líder cristiano, cuando la imperiosa necesidad de los torreoneces es encontrar remedios para su espíritu, que es agredido permanentemente por los antivalores sociales y humanos.

Requerimos un líder fuerte, -como lo fue nuestro fundador- que hable claro y promueva desde su puesto y función lo que todos anhelamos: el bien común; a los laguneros nos urge la buena dirección de más líderes religiosos que se ganen a pulso y por su actuar el reconocimiento social.

No pasemos por alto la función de contención social e individual de la Iglesia, para lo que requiere liderazgos inspiradores que sepan guíar por el buen camino a sus segidores.

Renovación incluye el concepto de modernizar, cambiar lo viejo por lo nuevo, moviendo a los creyentes a cumplir lo propuesto por Jesús, encontrando los medios de comunicación efectiva con los muchachos y muchachas que viven en la "Sociedad Líquida" descrita por Zygmunt Bawman.

De antemano reconozco las limitaciones materiales de la Iglesia Católica de la Comarca Lagunera, incluyendo la de Torreón; sin embargo, continúa estando presente la gran fuerza y vitaldad de los jóvenes, que se mantienen alejados de la religión por falta de instrucción, motivación y orientación de pastores que encabecen la marcha hacia una mejor vida personal y social.

En ese campo hay mucho trabajo por hacer, empezando por rejuvenecer el lenguaje y utilizar los medios que ellos manejan; mostrando las bondades del "bien saber para bien pensar, bien hacer y bien ser, para el bien trascender".

Buen reto para un líder joven que además debe poseer la valentía de enfrentar las corrientes opositoras. Bienvenido.

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