Jackson Square en Nueva Orleans, Estados Unidos. Foto: Aaron Peterson
Conocer las cámaras de gas de Auswitchz, prisiones en las que fluyó la sangre de miles de personas, participar de la recreación de batallas famosas de la historia o vivir la experiencia de ser un ilegal, son algunas de las opciones 'oscuras' a la hora de viajar en busca de cultura.
Cuando la desgracia le ocurre a otros y es de una magnitud lo suficientemente grande como para llamarla catástrofe se da un fenómeno que deja al descubierto la fascinación que ejerce la tragedia en el género humano.
Sucede que hay sitios ubicados en vulnerables coordenadas geográficas o estratégicos desde el punto de vista militar y es ineludible verlos apaleados por alguna portentosa manifestación de la naturaleza o por la eficiente capacidad destructiva del género humano. Una vez que el huracán se tranquiliza o la nube de polvo se asienta, inicia un periodo de reconstrucción, reponer lo que se pueda: inmuebles, infraestructura, prácticas. Recobrar la normalidad entraña una variedad de acciones, unas más complejas que otras, y a veces la recuperación se desarrolla bajo la mirada de foráneos atraídos por la galopada regional de los apocalípticos jinetes. En 2009, en China, después de los sismos que afectaron su territorio, el gobierno de ese país asiático ideó otorgar incentivos económicos a las agencias de viajes y compañías hoteleras que difundieran las zonas afectadas y que, luego de trabajos de rehabilitación, ya estaban listas para recibir turistas.
La derrama foránea que arriba a las zonas deprimidas a fuerza de bombazos, olas gigantes y demás imprevistos es llamada 'tanaturismo'. También recibe el nombre de 'turismo oscuro'. Una definición básica hablaría de viajar a donde hubo algún tipo de desastre o masacre.
Una descripción más profunda abarca lugares de eterno descanso o complejos en los que quedó marcado el sufrimiento sin precedentes infligido entre seres humanos.
ATRACTIVOS OPACOS
Contemplar el dolor, satisfacer la curiosidad y el mero morbo son razones que alientan las estrategias de comercialización, después de todo, en esas tierras, entre esos muros, la condición humana fue llevada al filo del abismo y arrojada sin piedad.
Un historial de ciudad capital asaltada y destruida o de asentamiento cuya rutina fue pisoteada por un huracán funciona como incentivo y le abre a los siniestrados territorios la posibilidad de obtener ingresos considerables.
En la categoría de los destinos para el viajero oscuro el escalón más bajo es el de aquellos relacionados con el ritual de la muerte en civilizaciones antiguas, como la Pirámide de Keops, en Egipto. Uno de sus atractivos es conocer el interior de la cámara funeraria.
Un poco más arriba se ubica el Coliseo de Roma, recinto donde se realizaba la ejecución de prisioneros a manos de gladiadores, los productos más acabados de la industria militar del Imperio. A esa atracción acuden seis millones de personas al año y algunas de ellas intentan dejar huella de su paso. Desde 2014 se han registrado al menos una docena de actos vandálicos en ese recinto. En agosto pasado una turista de Sri Lanka de 43 años de edad pensó que era una buena idea escribir el diminutivo de su apellido en una columna de mármol travertino original del símbolo de la capital italiana. “No sabía que estaba prohibido”, fue su defensa.
Torre de Londres, Inglaterra. Foto: Gogo Discover
VOCES DE BATALLA
Un nivel más oscuro del turismo es el relacionado con lugares en los que se registraron desastres naturales o batallas de gran calado. Hace apenas dos años, cerca de 68 mil personas acudieron a Bélgica a presenciar sobre terreno la representación de la batalla de Waterloo a 200 años de ese enfrentamiento que, según el historiador Philippe Raxhon, “determinó el destino de Europa”. El también profesor de la Universidad de Lieja recuerda a los interesados en acudir a la bélica puesta en escena que la “sangrienta Ruta de Napoleón por Valonia” dejó 100 mil fallecidos y heridos. Entre las opciones a considerar por el visitante está pasar la noche en el campamento de alguno de los ejércitos.
El atractivo del turismo de batallas, señalan expertos, radica en la calidad del espectáculo y en su carácter de opción cultural y familiar. Para los poblados en que se llevan a cabo las recreaciones representa una importante generación de empleos.
El tanaturismo es un giro de negocios en expansión. Los conflictos a recrear no se sujetan a un periodo o situación específica. La maquina del tiempo reproduce episodios de la Grecia clásica, de la Edad Media con sus caballeros y justas, de las guerras europeas y de escala mundial. Recurrir a este tipo de espectáculos satisface la búsqueda de nuevas sensaciones y sirve para adquirir conocimiento de los hechos representados, también permite interaccionar con personajes famosos del devenir humano y ver sobre terreno el funcionamiento de artefactos que suelen estar a resguardo en los museos o estáticos en los libros de historia. Andar a paso veloz entre las legiones romanas comandadas por Marco Antonio o recorrer las filas del Tercer Reich junto al general Rommel tiene su atractivo.
MÁS OSCURO
Agregar capas de oscuridad a la cuestión implica viajar a monumentos de la muerte como cárceles y camposantos.
Ejemplo de tumbas con un nutrido flujo de visitantes es el cementerio del Père- Lachaise en París. Desde 1804 este sitio de eterno descanso con una superficie de 44 hectáreas aloja a intelectuales y artistas. La lápida más visitada pertenece, sin embargo, a un estadounidense, el líder de la banda The Doors, Jim Morrison. Esa distinción no es menor toda vez que allí yacen las cantantes Edith Piaf y Maria Callas así como el compositor Chopin. La ilustre lista incluye al poeta Guillaume Apollinaire, al pintor Modigliani, a la bailarina Isadora Duncan, y al escritor inglés Oscar Wilde.
La entrada a este recinto no tiene costo, literalmente. Se ofrecen visitas guiadas así como mapas para evitar que los visitantes se extravíen. Gracias a sus distinguidos usuarios se ha convertido en un paseo muy frecuentado de la capital francesa.
Un destino que goza de negro historial bañado con sangre real es la Torre de Londres. Esta construcción fue usada por la Corona Inglesa como residencia, armería y cárcel. Entre sus muros es posible apreciar las Joyas de la Corona. Sus cimientos se remontan al siglo XI y su pasado, escrito con tinta escarlata, se nutrió con la ejecución de miles de personas. En esos muros estuvieron a la sombra personajes como el autor de Utopía, Tomás Moro, las esposas del rey Enrique VIII, Ana Volena y Catalina Howard, y la reina breve, Jane Grey. Ninguno de los mencionados vivió para contarlo.
México tiene oferta para el turista al que atrae el dolor humano: la cárcel de Lecumberri, también conocida como el Palacio Negro. Desde hace más de tres décadas ese inmueble resguarda el Archivo General de la Nación, pero se ofrecen recorridos toda vez que ahí estuvieron renombrados representantes tanto del mundo criminal como de las artes mexicanas. En los años sesenta del siglo pasado pasaron por sus celdas David Alfaro Siqueiros y el escritor José Revueltas. Otro convicto distinguido, uno que permaneció dentro de las sombras de Lecumberri a lo largo de dos décadas, fue Ramón Mercader, también conocido como el asesino de León Trotsky.
Palacio de Lecumberri, México. Foto: Zaruhy Sangochian
HOLOCAUSTO
Lugares que en la época moderna conocieron una crueldad sin parangón y permanecen como recordatorio de las eficientes maquinarias de muerte concebidas por los humanos ejercen un fuerte magnetismo sobre el tanaturista.
El ejemplo recurrente es Auswitch, el campo de concentración ubicado a 70 kilómetros de Cracovia, importante ciudad polaca. A ciertas horas la entrada es gratuita. Se estima que cerca de 1 millón 400 mil personas visitan estas instalaciones de funesta fama.
Además del complejo construido en 1940 (que tuvo una ampliación para acelerar el exterminio de judíos) con capacidad para albergar hasta 20 mil prisioneros, el turista recorre el pueblo donde vivían los doctores y comandantes del Tercer Reich. En los pasillos de los barracones se ofrecen a la vista innumerables fotografías de las personas que padecieron el horror de la 'solución final'.
En el tanaturismo más extremo se hallan locaciones para observar el pesar de quienes acabaron envueltos en alguna catástrofe de proporciones épicas.
En Ucrania, un nombre que reúne la condición antes descrita es Prípiat. El asentamiento quedó despoblado a consecuencia de la explosión del cuarto reactor de la planta nuclear de Chernóbil sucedida en 1986. La orden inmediata fue desalojar a las familias, no se les permitió llevar consigo ninguna pertenencia. Hoy día los caminos de la urbe están abiertos al público e incluso se ponen a consideración del interesado recorridos por la planta nuclear.
Se estima que el accidente provocó la emisión de una radiación equivalente a 500 bombas atómicas como la que Estados Unidos lanzó en Hiroshima. Convertido en un pueblo fantasma, Prípiat ejerce un influjo irresistible en quienes gustan de recorrer negros episodios de la humanidad.
Si bien se informó que a causa de la explosión murieron unas cuantas decenas de personas, el efecto contaminante liberado en el ambiente produjo una cantidad indeterminada de afectados por males como trastornos genéticos, malformaciones internas y cánceres.
Se estima que más 30 mil turistas al año son atraídos por lo que el periodista español Jon Sistiaga llama el 'paisaje apocalíptico' de la ciudad desalojada.
BOGA
El incremento en los traslados que siguen las huellas más funestas de la andadura humana impulsó la creación de un Instituto para la Investigación del Turismo Oscuro en la británica Universidad Central Lancashire.
En territorio mexicano han surgido propuestas de tanaturismo que llaman la atención. En Hidalgo se ofrece a intrépidos en busca de emociones distintas la experiencia del 'ilegal'. Los recorridos pueden ser cortos como dos horas o extenderse hasta ajustar la jornada laboral corriente. La acción se presenta con la forma de 'asaltos' perpetrados por pandillas locales, ataques a manos de delincuentes organizados y persecuciones por parte de las autoridades migratorias.
Debe aclararse que el turista no representa a un inmigrante centroamericano de camino a los Estados Unidos. El escénico desafío recrea las dificultades de los mexicanos en pos del sueño americano.
En Sinaloa llaman a los tanaturistas los recorridos que conducen a cementerios donde descansan famosos elementos de organizaciones criminales y a sitios donde fueron capturados capos importantes.
En la Ciudad de México, la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, reúne huellas de prehispánicos días y sus pirámides, una obra colonial, el templo de Santiago Apostol, y dos recuerdos frescos, el de la matanza de estudiantes del 2 de octubre de 1968, y el de una de las zonas más afectadas por el terremoto registrado en la capital en 1985.
Otra muestra del turismo oscuro en territorio capitalino brinda al visitante paseos seguros por el tradicional y peligroso barrio de Tepito.
Corredor de una escuela desierta en Prípiat, Ucrania. Foto: Ap/Efrem Lukatsky
POTENCIAS
En el estudio Indicadores turísticos de la OMT 2017 se consigna que Francia, Estados Unidos, España y China ocupan los primeros lugares en destinos por llegadas internacionales. En la comparación por ingresos, España queda fuera y Tailandia ocupa el tercer puesto. México se ubicó en la octava posición entre los países que reciben más visitantes, pero se quedó fuera de los diez con mejor derrama económica.
La Organización Mundial de Turismo destaca que el arribo de visitantes a territorio mexicano creció un 9 por ciento el año pasado.
En el análisis titulado El imaginario social de la muerte y turismo oscuro en pueblos mágicos, Fernando Andrés Meza Rojas, arquitecto por la Universidad de Sonora, expone que el tanaturismo “es fuertemente relacionado con el turismo educacional y cultural” ya que “es importante para el conocimiento de culturas ajenas al turista, para conocer la historia bajo la seducción y el morbo del acercamiento con la muerte”.
Su investigación expone que plantear la idea de la muerte genera interés en turistas y locales, una fascinación motivada por el morbo, por el sentido de supervivencia, por un interés sádico presente tanto en vendedores como en consumidores.
El analista, y en esto coincide con el investigador del Instituto de Geografía de la UNAM, Álvaro López López, destaca el potencial del tanaturismo como actividad lícita y en aumento a nivel mundial que ha sido poco explorado en México. Dicho de otro modo, desaprovecha su condición de Estado que renueva de forma constante el repertorio de tragedias.
