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CRÓNICA LERDENSE

Camino de Ciudad Lerdo a presa de San Fernando

JOSÉ JESÚS VARGAS GARZA, CRONISTA OFICIAL DE LERDO

PRIMERA PARTE

En el municipio de Lerdo todavía a principios del Siglo XX existían caminos muy antiguos de tierra donde transitaban las personas, animales y carromatos, por los cuales se comunicaban los habitantes con la cabecera municipal que era la Ciudad de Lerdo: como San Jacinto, La Goma y San Juan de la Casta, ubicados por la margen izquierda del río Nazas. Éstos utilizaban los caminos reales que atravesaban los cerros por el cañón de San Isidro y el Puerto de los Soldados; además los pobladores de la hacienda de La Loma, Sapioriz, San Juan de Avilés (Cd. Juárez), San Carlos, Nazareno y Picardías, su comunicación la realizaban rodeando hasta Torreón. Ante esa problemática de falta de caminos accesibles y la llegada de vehículos de gasolina, las autoridades en la tercera década del Siglo XX pusieron en actividad proyectos para construir caminos para que estos asentamientos rurales se unieran a Lerdo, además le apostaban en aquel entonces a establecer lugares pintorescos y atractivos para los visitantes de las ciudades cercanas, todo con el fin de lograr un mayor progreso y prosperidad en este municipio.

El 1º. de enero de 1927 en sesión ordinaria había tomado posesión el nuevo Cabildo como presidente municipal de Lerdo el C. David García Muñoz, como buen funcionario de inmediato viajó a la Ciudad de Durango y gestionó el proyecto de un camino de Lerdo a la presa de San Fernando ante el general Enrique R. Nájera, Gobernador del Estado, estuvo de acuerdo y autorizó los fondos reunidos en la Recaudación de Rentas por el pago del tres por ciento adicional en todos los impuestos para destinarlos a carreteras y caminos. Ese recurso fue entregado a la Junta de Mejoras Materiales que se encargó de dirigir los trabajos respectivos para construir la referida calzada, con la intención de establecer un paseo de diversión y esparcimiento y que desde un principio prometía muy buenos resultados y buscaba un acondicionamiento para beneficio del público en general. Siendo una obra meritoria debido al decidido empeño que pusieron las autoridades municipales de Ciudad Lerdo para unir la cercana población con la presa de San Fernando y la de Santa Rosa ubicadas en el Río Nazas.

En tal virtud el Ayuntamiento estimó conveniente solicitar recursos de particulares, dirigiéndose así a un grupo de conocidas personas de las ciudades cercanas solicitándoles el apoyo necesario en numerario, con el fin de llevar a cabo la importante obra material, como a comerciantes y empresarios laguneros que les caracterizaba un sentido de altruismo, que tenían un interés de colaborar con una obra que sería para beneficio de todos los habitantes, conociendo desde luego que estas obras harían resurgir la vida del Vergel Lagunero.

Fue así, que en los primeros días de febrero de 1927 se inició la construcción del camino de aspecto turístico con el fin de unir la zona urbana de ciudad Lerdo con la Presa de San Fernando y la de Santa Rosa, ubicadas en el Río Nazas, escogiéndose su curso entre el canal del municipio y el de los usuarios de aguas que corrían paralelos por la parte sur-este de la población, los cuales mostraban a sus lados abundante arboleda, que bien claro prestaba un espectáculo magnifico.

Para tal efecto el curso se inició por la prolongación de la calle Madero (Hoy Sarabia), hacia el sur, torciendo al oriente por la Abasolo, a la vez retomar el sur para proseguir la Catarino Navarro (Hoy Madero), la Gómez Palacio al oriente y luego continuar al sur por toda la línea que pasa por frente a los lavaderos públicos donde se ubicaban las acequias de la hoy prolongación de la calle Coahuila hasta llegar a los límites de la presa de San Fernando. Dentro el recorrido del camino por la zona urbanizada de la población y las acequias que conducían el agua de dotación del municipio, se construyeron magníficos puentes de concreto que fueron costeados por la Junta de Aguas. Además, sobre el cruzamiento de acequias conocido por “El Pósito”. Para esto las autoridades obtuvieron del Ing. Berumen, jefe de la III Zona de Irrigación el permiso respectivo para construir un puente que resistiera el tráfico y no constituyera un peligro para los paseantes.

Para la construcción del camino se contrataron un regular número de trabajadores, los cuales se ocuparon de desescombrar el camino y en acarrear los desperdicios del cerro del Mármol que en gran cantidad se encontraban situados cerca de la calzada utilizados como base de la vía, trabajos bajo la dirección de los miembros de la Junta de Mejoras Materiales Lerdense.

Sin embargo, las actividades de recaudación de fondos para los gastos de la obra continuaban, organizando la Junta en unión de algunos torreonenses una excursión campestre y un concurso de tiro al blanco. Para el 12 de marzo, el entusiasmo por la construcción de la Calzada a San Fernando se formaron algunas comisiones para realizar actividades con el fin de arbitrarse fondos para financiar los gastos de la obra, invitándose a numerosas personas a la barbacoa que obsequió en la Presa de San Fernando, después siguieron los concursos de tiro al blanco que tanto éxito alcanzó durante los domingos.

Además, de eso se hicieron funciones de teatro verificadas en el Teatro Cine Ulloa, en la que se presentaron algunas obras de mérito con la participación de un grupo de jóvenes amantes a las tablas. La Junta Patriótica no se quedó atrás pues organizó kermeses en el Jardín principal. En Julio de 1927 la obra de construcción del camino a San Fernando continuaba bajo los auspicios de la Junta de Mejoras materiales lerdense, que por algún tiempo estuvieron suspendidos por falta de recursos.

Pero la esperanza seguía, pues había una magnifica impresión entre el público desde el momento en que se hizo saber que el camino a la Presa de San Fernando merecería preferente atención, ya que estaba llamado a constituirse en el principal paseo de la Ciudad Jardín.

Pero de ese entusiasmo de los habitantes de Lerdo y de la región, la obra fue objeto de una obstrucción de José Valdés, jefe de la Junta de Aguas de Gómez Palacio.

Debido a eso los trabajos estuvieron en suspenso, con esa actitud parecía que con ello pretendía buscarse beneficios personales, quien ordenó la limpia de canales conductores de agua en Ciudad Lerdo, y al realizar esos trabajos, el azolve fue arrojado al borde del camino en construcción obstruyéndolo en tal forma, que su recuperación y acondicionamiento resultaba costoso. Esto desde luego causó muy mala impresión, pues se sentía que la labor del señor Valdés obstruía una acción encaminada al progreso de Lerdo, acciones que en tiempo atrás ocasionaron que la Ciudad quedara en la ruina. Ante una petición del Alcalde Municipal de Ciudad Lerdo, consiguió convencer a José de Valdés, para que el mal causado al camino fuera reparado por la misma Junta de Agua de Gómez Palacio y Lerdo.

Continuará.

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