‘Son un sector ‘educado’ y no quieren regresar al país por el modelo económico y social’, dice un investigador. (ESPECIAL)
Los 800 mil de hijos de mexicanos nacidos en Estados Unidos serían ciudadanos de segunda, en caso de no ser deportados, o encabezarían la lista de trabajadores temporales.
De acuerdo con Rodolfo García Zamora, doctor en ciencias económicas por la Universidad Autónoma de Barcelona y experto en migración, "la segunda opción no haría a los dreamers nada felices, pero frente a la posibilidad de que los echen y no puedan regresar de ninguna manera, esta sería la menos mala de las situaciones".
Los dreamers son un sector "educado" y no quieren regresar al país por el modelo económico, político y social que se refleja en bajos salarios y falta de oportunidades, explica el también investigador de la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).
Si son deportados "habría la posibilidad de que se quedaran en la frontera norte, en la Ciudad de México o, eventualmente, en Cancún, por el perfil de los dreamers", dice.
Los estados que tienen la mayor cantidad de migrantes en Estados Unidos y que reciben mayor cantidad de remesas son Michoacán, Jalisco y Guanajuato. Sin embargo, en caso de ser retornados, los dreamers no necesariamente regresarían a los lugares de origen de sus padres, afirma el académico.
RESPUESTA INSUFICIENTE
El académico García Zamora afirma que el canciller mexicano, Luis Videgaray, no tuvo la mejor reacción al decir que el país recibirá a los dreamers con los brazos abiertos, pues debió de enfatizar en el desarrollo de una política pública integral y responsable para aprovechar el potencial de esos jóvenes.
"El tema de fondo son las políticas públicas, en las cuales los ciudadanos sean los actores fundamentales", destaca García Zamora.
Afirma que las cancillerías y consulados juegan un papel importante, pero han participado con una defensa muy limitada de los mexicanos.
"No quiero decir que no haya un apoyo en una determinada cantidad de casos, pero si tenemos una población de 36 millones de personas de origen latino, 12.2 millones de mexicanos, los 58 consulados deberían tener una actividad sin carencia de recursos humanos y de recursos financieros", afirma.
El 30 de abril del 2014 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Programa Especial de Migración, elaborado por académicos, organizaciones de migrantes, de la sociedad civil y religiosas. Sin embargo, su presupuesto es de apenas 50 millones de pesos, advierte.
"Tiene la firma del Presidente, de 12 secretarios, pero no tiene financiamiento", afirma. En cambio, al Programa de Frontera Sur por decreto le otorgan 102 millones, dice. "¿Cómo le están dedicando 50 millones al Programa Especial de Migración, que debería de ser el más importante, cuando aquel año mandaron 24 mil millones de dólares por conceptos de remesas".
En la aplicación de una verdadera política pública para apoyar a los jóvenes de origen mexicano que eventualmente vuelvan al país, explica, es necesario garantizar sus derechos y también para quienes migran.
"Para que lo haga de manera regular, ordenada y segura, pero no demagógica, porque a (Enrique) Peña Nieto le hacen el discurso, va y lo lee en las Naciones Unidas, pero hace todo lo contrario acá".
El académico afirma que los ciudadanos no deben desanimarse por el decreto del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por desaparecer el programa de apoyo a los hijos de migrantes nacidos en Estados Unidos, conocido como DACA.
"Fue más difícil la invasión de Estados Unidos y la Revolución mexicana y el país salió adelante. Hay una gran indignación, un gran coraje, pero hay que convertirlo en creatividad, hay que sacar adelante este país, y eso tenemos que hacerlo día con día todos los mexicanos".
