Fuego real. Los aviones realizaron ensayos con fuego real en respuesta al misil lanzado por Norcorea hace unos días. (EFE)
Aviones de combate de Estados Unidos y Corea del Sur realizaron ayer una demostración de fuerza en la península coreana, coincidiendo con el fin de las maniobras militares conjuntas, dos días después de que Corea del Norte lanzó un misil balístico que sobrevoló territorio japonés.
Dos bombarderos B-1B de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, procedentes de su base en la isla de Guam, en el Pacífico, así como dos cazas F-35 de la base de Iwakuni, en Japón, participaron en las maniobras, junto a cuatro cazabombarderos F-35B surcoreanos, informaron fuentes castrenses locales.
Los aviones han realizado ensayos con fuego real en la provincia de Gangwon, en el este de Corea del Sur y a 150 kilómetros al sur de la zona desmilitarizada que divide a las dos Coreas. Las aeronaves llevaron a cabo un simulacro de bombardeo aire-tierra que simulaba un "ataque quirúrgico" de las instalaciones clave del enemigo, sobrevolando la cordillera Pilseung, precisó la Fuerza Aérea surcoreana.
El ejercicio fue diseñado para "contrarrestar las repetidas pruebas de misiles balísticos de Corea del Norte y el desarrollo de sus armas nucleares".