Desesperación. Luz María tiene más de seis años sufriendo por la desaparición de su hijo Alberto Villagrana. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Desde hace más de seis años, Luz espera que su hijo regrese a casa. El dolor que vive es inmenso y no desea que nadie más lo sufra. Aunque forma parte de las buscadoras de Grupo Vida, la muerte reciente de su madre, la hizo suspender por un momento su labor, su lucha de buscar hasta encontrar.
Alberto Villagrana Flores, desapareció el 21 de marzo de 2011. A sus 23 años, era policía municipal. Por circunstancias aún desconocidas, fue arrestado por su superior, y desde entonces no se sabe nada de él.
"Sí se buscó, se presentó la denuncia, pero de ahí ya no tuvimos respuesta de ese señor que fue el que lo mandó a arrestar, ya no supimos nada de él a pesar de que dijo que estaba arrestado", dijo Luz, quien reservó los detalles aún por temor.
Su madre lo recuerda como un buen hijo, y con un joven de su edad que salía a fiestas, a los antros, y que se divertía con los chicos de su cuadra, "no con los del trabajo", aclaró.
Para Luz, la ausencia de su hijo le provoca un dolor inmenso, que asegura "a nadie se le desea".
Hoy su dolor es doblemente fuerte, su madre falleció recientemente y no se tienen pistas del paradero de su hijo mayor. Debido a esta pérdida, la mujer buscadora ha decidido retirarse por un tiempo, para recuperar fuerzas y seguir, seguir recorriendo centímetro a centímetro los terrenos áridos en donde se han localizado miles de fragmentos de huesos humanos, que aún esperan ser identificados.
"He salido a las búsquedas, desgraciadamente ya no porque hace poco falleció mi mamá y situaciones que se le vienen a uno, (pero) está uno al pendiente… es otro dolor más grande", dice con tristeza.
Para Luz, ser buscadora es una esperanza de encontrar, ante la incertidumbre en la que viven cientos de madres de familia, quienes lloran por la ausencia de su hijo.
"Es una desesperación no sabes si está vivo, está muerto, vives con la esperanza de saber dónde está, si durmió, si comió, si lo tratan bien".
Es por ello, que el memorial que se construye en la Alameda Zaragoza y que contará con los nombres de cada desaparecido, será un lugar especial en el que podrán llorar, platicar y pedir por sus desaparecidos. "No hay dónde llorarle, pero puedes venir aquí, a mitigar un poco tu dolor".
A quienes sufren por la ausencia de un ser querido, Luz les dice "No hay que perder la fe, seguir adelante con este dolor, hay que echarle ganas, no hay de otra".
