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Blindaje e impunidad

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LUIS F. SALAZAR WOOLFOLK

La designación de los magistrados que integrarán el Tribunal de Justicia Administrativa del Estado de Coahuila, es un paso más en el blindaje que cubre de impunidad la trayectoria de corrupción de los hermanos Moreira, Humberto y Rubén, de cara al fin del segundo sexenio de dicho régimen que amenaza prolongarse tanto en cuanto a la impunidad que le es propia, como en cuanto a su tiempo de duración.

Como es del conocimiento, el Tribunal referido ha sido creado como resultado de la reforma constitucional que ha dado origen al Sistema Nacional Anticorrupción y en esa virtud, los organismos de la sociedad civil que a nivel local están empeñados en la lucha contra la corrupción y en favor de la transparencia y de la rendición de cuentas, pidieron con toda oportunidad que sus propuestas fueran escuchadas a fin de poner sobre la mesa y someter al escrutinio del público, candidatos a los puestos mencionados conforme a un perfil ciudadano reconocido por su honestidad y calidad profesional.

Sin embargo, como corresponde al estilo del régimen, los cinco magistrados designados fueron escogidos del primer círculo de Moreirato de funcionarios que han hecho carrera en diversas dependencias del Poder Ejecutivo durante los últimos doce años. El botón de muestra lo ofrece Sandra Rodríguez Wong, que como consejera jurídica del Gobierno de Coahuila fue la encargada de maquilar y presentar al Congreso por cuenta de Rubén, la iniciativa de la misma ley que crea el tribunal respecto del cual ahora se pretende, según el nombramiento, que la referida persona sea magistrada por los próximos quince años.

Lo anterior implica que sin previa consulta a la sociedad y sin tomar el parecer de otras fuerzas políticas, los Moreira imponen como magistrados en el combate a la corrupción para los próximos dos sexenios y medio, a personas a las que desde hace doce años han tratado como empleados y en consecuencia, ningún resultado ni positivo ni eficaz podemos esperar. Todo lo contrario. El nombramiento cuyo comentario nos ocupa contamina en favor de la impunidad de los Moreira, y opera en el largo plazo aun en el caso de que la impugnación de la elección a gobernador del pasado cuatro de junio prospere y exista una nueva oportunidad para que los coahuilenses echen del poder al nefasto Moreirato.

Vistas así las cosas, es evidente que los Moreira trabajan en este momento en un blindaje que les pueda servir en uno y en otro caso es decir, en el caso de que permanezcan o sean echados del poder, puesto que revertir las designaciones de los magistrados referidos con antelación resultará tarea difícil, sea cual fuere la suerte que corran los Moreira en una nueva elección.

Prueba de que el Moreirato está considerando en serio la posibilidad de que la viciada elección de Miguel Riquelme sea anulada, lo ofrece el reciente allanamiento policial de diversos domicilios vinculados al Partido Acción Nacional, en busca de pruebas de un presunto fraude electoral que se atribuye al excandidato Guillermo Anaya. La maniobra torpe, tardía e infundada, sólo tiene sentido como represión con vista a intimidar a quien aparece como el candidato más competitivo frente al PRI de los Moreira, y descarrilar la participación de Guillermo de cara a una nueva elección.

Los coahuilenses somos testigos de que la elección del cuatro de junio revivió un pasado de graves irregularidades que creíamos superado en nuestro país, y a muchos no nos cabe duda de que las elecciones deben ser anuladas con razón y en estricta justicia. Dada la magnitud del fraude electoral y la tensión que ha generado en la sociedad y en seno mismo de los órganos encargados de impartir justicia electoral, es posible que los tribunales decreten la anulación del proceso electoral.

Por si las consideraciones que anteceden no fueran suficientes, el escenario actual de Coahuila ofrece una oportunidad que el priismo nacional querrá aprovechar para simular apego al estado de derecho, y para lavarse el cochambre de cara y manos frente a las elecciones del año entrante y por ello, los Moreira están en la carrera de generar un blindaje con el que pretenden enfrentar a la tan esperada justicia, que tarde o temprano llegará.

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