La peor infamia
Para pocos ha pasado como de menor trascendencia del retiro de Estados Unidos del acuerdo climático de París. Sin embargo, tal hecho esconde muchas cosas que es necesario sacar a la luz. Por una parte, enseña la felonía del demente presidente de ese país, quiere desconocer y renegar piratescamente de lo que gran parte del pueblo norteamericano reconoce, así como ya lo había hecho su antecesor Barack Obama
Pero en el fondo, enseña la entraña más negra que carga Estados Unidos durante toda su historia, o sea, robar, arrebatar, saquear.
Recordemos los territorios arrebatados a México, la provocadora guerra imperialista contra España para quedarse con sus colonias americanas, el simulado y escondido tratado del Canal de Panamá, y tanta y tanta invasión en todo el mundo. Sólo Vietnam con Ho Chi Min mandó por tierra los apetitos imperialistas del Tío Sam. Corrieron ante la inminente derrota en Indochina.
Lo anterior es un breve listado de tropelías que el yanqui ha perpetrado. Necesitaba un personaje al más puro estilo fullero para realizar el rompimiento de lo que ya institucionalmente se había comprometido.
No sé si nos podemos dar cuenta de lo que representa lo que hizo y sus consecuencias. Siendo EU junto a China los países más contaminadores del mundo y fingiendo demencia descarada Trump ignora o trata de ignorar lo que su acción representa.
Le lanza una bofetada a los países conscientes del grave problema del medio ambiente, les grita: “Paguen ustedes lo que a mí me corresponde”. Quiere seguir contaminando a sus anchas, no quiere detener el funcionamiento de enormes plantas que consumen la mayor cantidad de combustibles orgánicos en el planeta, o sea, que lo que le importa es llevarse las ganancias aunque perjudique a toda la humanidad y a las futuras generaciones de todo el mundo.
Quién sabe si eso sea más mortífero que las bombas de Hiroshima y Nagasaki. En este caso no usa armas, deja escapar más veneno para todos los humanos. Mientras otros luchan aportando soluciones, él se ensaña más con el medio. Igual que el muro, “México lo tiene que pagar”. Ni Calígula, ni Nerón cayeron en tan absurdas aberraciones.
Por lo pronto, ya pasó a todo el mudo la radiografía completa de toda su asquerosa personalidad, mucho más dañina que la de Al Capone. La infamia tiene límites, pero tipos comoTrump no los reconocen. Ha dejado la carga que a su nación le corresponde y que es la mayor para que otros países la carguen.
¿No es eso comparable con crímenes de guerra y lesa humanidad? Defensor del sistema: “comamos y bebamos que mañana moriremos” o “después de mí que caiga el diluvio”. Una vergüenza para los Estados Unidos, que dibujan la moral de una gran parte de la clase poderosa de ese país encabezada por el más infame presidente que ha tenido.
Miguel Ángel Hernández,
Torreón, Coahuila.
