En la semana que recién termino leímos en las páginas de El Siglo de Torreón la agradable noticia de la posibilidad de modificación genética de factores que influyen en la miocardiopatía hipertrófica por investigadores médicos orgullosamente mexicanos, este trastorno es un factor altamente predisponente para la muerte súbita en deportistas profesionales, pero no exime a la población en general al igual que otros factores, lo que representa un gran avance.
Las enfermedades cardiovasculares ocupan un lugar preponderante en la morbi-mortalidad en todo el mundo, en nuestro país en proporción de un 61.8% para hombres y un 2.6% por cada 100 mil habitantes. Dentro de los factores que condicionan el aumento de personas con estas enfermedades son el creciente aumento de la población mundial, el mayor aumento de esperanza de vida y el aumento de riesgo de factores condicionantes para padecer enfermedad cardiovascular como producto de cambios económicos, sociales y culturales.
De los factores el mayor porcentaje, se dice que un 90%, para sufrir un infarto agudo del miocardio se encuentran las dislipidemias (alteraciones en colesterol y triglicéridos), hipertensión arterial, diabetes mellitus, tabaquismo, obesidad, malos hábitos de alimentación y dieta inadecuada, factores psicosociales y notoriamente el sedentarismo, de modificarse este último factor con una adecuada asesoría lograríamos un gran aliado en el combate de este grave problema de salud, ya que en prevención primaria y cuando las alteraciones biológicas no son tan avanzadas el ejercicio permite corregir estos factores, ya en prevención secundaria el ejercicio físico realizado bajo asesoría médica con indicación individual en cuanto a duración, intensidad y frecuencia se instala complementariamente como parte del tratamiento médico con resultados favorables.
Está ampliamente demostrado que aun en pacientes con trastornos de hiperco-lesterolemia, pero que mantienen un programa de actividad física disminuyen el riesgo de mortalidad igualándolo al de un paciente con colesterol normal. En cuanto al IMC (Índice de Masa Corporal) cuando éste se sitúa entre un 22 y un 25 Kg/m2, la posibilidad de riesgo es igualmente menor, mientras que con un aumento de 5 unidades se aumenta el riesgo en un 30%, cuando el IMC se sitúa entre 30 y 35 (Obesidad grado I) la probabilidad de vida se disminuye en promedio de 2 a 4 años y cuando se encuentra entre 40 y 45 (Obesidad Mórbida) la supervivencia disminuye de 8 a 10 años, todo esto producto de la conjugación de todas las enfermedades mencionadas. Es por esto que el altamente recomendable apego al tratamiento y a la modificación de hábitos para lograr un estilo de vida saludable bajo una asesoría médica adecuada ¡Hasta la próxima!
