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Verdades y Rumores

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EL AGENTE 007

Dicen que ya se empiezan a barajar -y descartar- algunos nombres de quienes acompañarán al panista Jorge Zermeño en su minialcaldía de un año. Uno de los que empieza a circular en los corrillos es Sergio Lara Galván, regidor del actual ayuntamiento y coordinador de la bancada del PAN en el Cabildo. Los subagentes disfrazados de macetas comentan que don Jorge le tiene reservado un cargo interesante a Lara que pudiera ser la Secretaría del Ayuntamiento que hoy está en manos del neopriista expanista José Ignacio Máynez, de quien se dice que poco se le ve por la Presidencia Municipal. Hasta ahora el regidor no ha dicho “esta boca es mía” y ha asumido una postura de “yo voy a donde me llamen”.

Lo más seguro es que don Sergio no quiere adelantarse a los hechos, por aquello de que del plato a la boca se cae la sopa, y más bien prefiere esperar a que salga humo blanco del cuartel zermeñista. De confirmarse la especie, Lara seguiría la misma ruta que Miguel Mery, pero a la inversa, ya que el priista primero fue secretario, luego regidor y al final terminó perdiendo la elección por la alcaldía. Las lenguas viperinas han comenzado a esparcir su ponzoña sobre que hay algunos integrantes de la actual administración que buscan sobrevivir al cambio de color en el gobierno local, cosa que es común en esta ciudad. Uno de ellos, dicen, es Raymundo Rodríguez de la Torre, gerente técnico del Simas, quien ya lleva sus años en la empresa de aguas y drenaje. Cuentan que incluso don Ray ya tuvo acercamientos con Zermeño para ponerse a la orden de lo que se le ofrezca en cuanto a información de la operación de la paramunicipal y, de paso, ser considerado por si se abre la oportunidad de seguir cobrando en la nómina.

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Más allá de los discursos beligerantes que tanto anayistas como riquelmistas mantienen en torno al resultado de la elección del pasado 4 de junio y el pleito en tribunales que se sigue, hay quienes dentro de los cuarteles no ven claro para dónde se va a inclinar la balanza de los magistrados electorales federales. Mientras que para los dos Anayas, Ricardo -pastor nacional del PAN- y Guillermo -excandidato blanquiazul-, la anulación es “inminente”, para el gober Rubén Moreira es “hecho seguro” que él le entregará la estafeta a su ahijado político Miguel Riquelme porque, dice, la impugnación de los panistas está escrita literalmente con lápiz. Estas posiciones de aparente firmeza no hacen más que confirmar que la lucha mediática continúa a pesar de que por debajo a quienes, de ambos bandos, comienzan a dudar de que el fallo les vaya a favorecer. Por ejemplo, dentro del equipo anayista hay los que ven que don Memo está jugando a dos bandas por si el resultado no le favorece y que, en esa lógica, lo que está haciendo no sólo es para pelear por la anulación de la elección, sino también para mantenerse vigente por si la resolución del tremendo tribunal no le favorece. Y es que dicen que, un ojo al gato y otro al garabato, Anaya mira de reojo cada vez con más frecuencia la candidatura a la senaduría de 2018, como una tabla de salvación para su carrera política. Pero no la va a tener fácil, puesto que hay otros panistas que sienten que ya se merecen una oportunidad mejor y que creen que don Memo ya debe hacer espacio a caras nuevas. Del equipo de enfrente, el riquelmista, hay quienes de plano no ven color y ya mejor andan buscando chamba en otros lares. Entre ellos, algunos creen que no les va a tocar nada del reparto de huesos en caso de que se confirme el triunfo de don Miguel porque simplemente la prioridad la tendrán los de Saltillo -como ya lo dijo el propio gober electo. Pero hay otros que piensan que la victoria no está tan amarrada como dicen y que prueba de ello es que la próxima semana el PRI montará en Coahuila su show de la Asamblea Nacional con la plana mayor tricolor para tratar de cobijar a Riquelme. Dicen los agoreros del desastre, que si el fallo de los magistrados fuera mero trámite, no sería necesaria tal demostración de músculo.

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Cuentan que es cuestión de días, incluso pudieran ser horas, para que el general Juan Manuel Díaz Organitos deje la comandancia del Mando Especial de La Laguna, que ocupa desde hace alrededor de un año y medio. Los amantes del sospechosismo dicen que el relevo en esta institución extraordinaria, creada por el gobierno federal para obligar a las fuerzas policiacas municipales y estatales de la región a coordinarse, se debe a que el general no pudo llevarse del todo bien con las autoridades de Torreón. Cabe recordar que don Juan Manuel tuvo sus diferencias con el alcalde con licencia y hoy gobernador electo, Miguel Riquelme, por algunos puntos de vista relacionados con las estrategias aplicadas sobre todo en la vigilancia en los vados y puentes que unen a Torreón con Gómez Palacio. Además, cuentan que hubo otros desacuerdos con el teniente Adelaido Flores, jefe de Seguridad Pública Municipal, por las peculiares formas que éste tiene de manejar a la institución a su cargo, así como con el actual alcalde Jorge Luis Morán. No obstante, la versión que corre con mayor fuerza es que el general Díaz Organitos se va a cumplir otros encargos en el Ejército Mexicano producto de la rotación normal que lleva a cabo dicha institución. En justicia a su labor habría que decir que don Juan Manuel tuvo que lidiar con la ausencia de policías en Gómez Palacio y Lerdo y los recelos de las autoridades torreonenses, y supo contener los índices delictivos aunque se va en un momento en el que se observa un repunte en algunos ilícitos de alto impacto.

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Del otro lado del Nazas, cuentan que Vicente Reyes Solís, quien está recién desempacado como presidente de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje de Gómez Palacio, no ha asimilado aún que su encargo corresponde al de una dependencia del gobierno estatal, pues a más de dos semanas de haber tomado posesión del mismo, se sigue empeñando en afirmar que de quien recibe instrucciones es de su exjefa, la alcaldesa Leticia Herrera Ale. El extitular del Tribunal de Justicia Municipal ha generado confusión entre quienes laboran en la Junta de Conciliación, por lo que ya son muchas las personas que han externado sus dudas sobre el tema y manifiestan que el funcionario de la administración estatal no ha guardado las formas, contrario a lo que por lo menos sí hizo su antecesor, Eduardo Lira Chaparro quien por cierto duró bastantitos años en el cargo. Aunque se dice que la presidencia de la Junta de Conciliación es una de las concesiones que el gober José Rosas Aispuro hizo a la alcaldesa al igual que en otras áreas de la administración, se comenta que a Reyes le ha faltado ser más institucional y hacerse a la idea de que ya es un servidor del gobierno estatal.

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Dicen que las cosas en la subsecretaría de Educación en La Laguna de Durango se pusieron color de hormiga, y es que aseguran que quien le anda lanzando dardos emponzoñados a Julio Castañeda, director de Administración y Planeación de Educación en la región, es nada menos que quien le habla al oído al subsecretario de Educación, Cuitláhuac Valdez, es decir, el secretario particular Carlos Alberto Fuentes Puentes, quien desempeña este cargo desde diciembre de 2016. Pues resulta que, de todos es sabido que de andar en la política, la grilla y demás, la gente no queda del todo bien y eso sería lo de menos si nuestros políticos se quedaran en casa. Pero no, amigo lector, con cordura o sin ella nuestros políticos tienen que comer y por supuesto que el gobierno de Durango tiene un lugar para ellos en la sagrada nómina. Tal es el caso del propio secretario Fuentes, de quien se dice que aunque desempeña en este cargo cobra una pensión por incapacidad total y permanente luego de que se desempeñara como director de una primaria, docente de otra y docente de una secundaria desde 1983. La incapacidad está vigente desde el 28 de marzo del 2011 y causó su baja por jubilación directa a partir del 15 de enero del 2016, es decir, fue contratado por el gobierno provincial pese a contar con una incapacidad total permanente que en teoría le impediría trabajar y realizar su labor que consiste principalmente en comunicar y atender todos los asuntos más importantes y urgentes de don Cuitláhuac al frente de esta importante Subsecretaría en la Región. La pregunta no es por qué lo incapacitan sino por qué los vuelven a contratar. Por cierto que Castañeda ya habló, dicen, con el gobernador de Durango José R. Aispuro Torres, respecto a que no lo dejan trabajar en esta dependencia como debe ser. Aseguran que no le aceptó la renuncia.

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