Comenzará el largo y complicado proceso de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con la primera ronda oficial de conversaciones en Washington entre el 16 y el 20 de agosto. Donald J. Trump mantiene la iniciativa de la agenda y se prevé, por ahora, para 2019 la firma del pacto renegociado, tras el séptimo período de pláticas.
A diferencia de los gobiernos de México y Canadá, el 17 de julio pasado la Administración Trump envió al Congreso una lista de 22 objetivos que se propone alcanzar con la renegociación.
Robert Lighthizer, Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés), presentó el documento "Resumen de Objetivos de la Renegociación del TLCAN", en cuya redacción habrían participado Trump y el polémico estratega Steve Bannon, que marca los temas a incluir: comercio de bienes, medidas sanitarias y fitosanitarias; aduanas, facilitación del comercio y reglas de origen, obstáculos técnicos al comercio, buenas prácticas regulatorias, comercio de servicios, incluyendo telecomunicaciones y servicios financieros; comercio digital de bienes y servicios y flujos de datos transfronterizos; inversión; propiedad intelectual, transparencia.
Además, los tópicos de empresas estatales y controladas, política de competencia, trabajo, ambiente, anticorrupción, remedios comerciales, procuramiento (sic) del gobierno, pequeñas y medianas empresas (pymes), energía, solución de diferencias, provisiones generales y tipo de cambio.
Ya el 18 de mayo, Lighthizer había notificado al Congreso la intención de Trump de reiniciar las renegociaciones del TLCAN.
El Acta de la Vía Rápida (Fast Track) manda al Poder Ejecutivo de Estados Unidos informar al Congreso en plazo de 30 días de sus objetivos en una negociación internacional de comercio. Por ello, el USTR indicó en el documento que las renegociaciones de la Administración Trump con México y Canadá inician el próximo 16 de agosto.
La negociación será, pues, con Trump y no con el Congreso. La aprobación en Estados Unidos deberá pasar por las cámaras de Representantes y Senadores, las cuales tendrán renovaciones, total la primera y parcial la segunda, el 6 de noviembre de 2018, con lo que el calendario legislativo llevaría a la firma del hipotético TLCAN renegociado al 2019.
Desde su campaña Trump ha sido claro en que el TLCAN ha sido "mal negocio" para los Estados Unidos. Hizo primero fuertes declaraciones sobre conducir a su país a salirse del tratado, y tomó después, luego del triunfo y de asumir la presidencia el 20 de enero, el camino de la renegociación, anunciando el inicio de conversaciones para agosto de 2017.
Ha marcado, entonces, la ruta, los tiempos y contenido sobre el destino del TLCAN, hasta ahora, bajo la bandera "America First". Pero más aún, ha comunicado a la ciudadanía estadounidense y al Congreso de su país sus intenciones, por más polémicas y estremecedoras que resulten. Claro, todo se decide arriba, con la representación de los intereses principalmente económicos de menos del 1 % de la población; a la mayoría ciudadana tampoco se le consulta.
Múltiples son las reacciones en Canadá y México.
Un ejemplo: ciudadanos canadienses denuncian ante la opinión pública al primer ministro Justin Trudeau. -Es vergonzoso que Trump esté siendo más transparente con el pueblo de América de lo que Trudeau está con nosotros -dice una carta que envía en los últimos días de julio la organización The Council Canadiens que preside con sede en Ottawa la activista y escritora Maude Barlow, autora del libro "Oro Azul". "Aquí estamos a menos de un mes del comienzo de las conversaciones y el gobierno de Trudeau aún no ha publicado la lista de prioridades del TLCAN de Canadá y no parece estar preparado para hacerlo, ni ha habido ninguna consulta pública hasta la fecha."
En México, organizaciones campesinas demandan al gobierno federal abra un debate sobre el TLCAN y denuncian que muchos organismos empresariales, del sector agropecuario, de la industria textil y manufacturera jamás han sido consultados. Lo más grave, dicen, es la absoluta marginación del Senado de la República.
Innumerables agrupaciones toman posición paulatina en torno a temas de agua, petróleo, gas, minerales, derechos humanos, medio ambiente, tierras y territorio relacionados al TLCAN.
Un título trae la carta ciudadana canadiense: "No dejes que Trump nos intimide en el TLCAN".
¿Seguirá Trump marcando la pauta?
