Desapariciones forzadas en la Comarca Lagunera
Hay en la temática periodística un tema del que poco se escribe; un delito criminal tan antiguo como la esclavitud misma, y pareciera que hoy en día está vetado o que en nuestra región no existe el delito de trata de mujeres, aunque sepamos que es tan grave como el tráfico de órganos o de drogas. Todos éstos, delitos del fuero federal.
Pareciera ser, que tenemos miedo de hablar de las desapariciones forzadas porque al hacerlo invocáramos su presencia en nuestra familia. Es un tema vetado por nuestra conciencia o quizá somos víctimas del síndrome del avestruz, y quisiéramos creer que cerrando los ojos el delito deja de existir, o que nuestra comunidad es inmune a esa clase de hechos delictivos. Ojalá fuera así, mas no deja de inquietar el aumento de personas desaparecidas en nuestra región, en estos los últimos años.
Quizá la comunidad no le dé importancia al hecho de que una joven de 19 años, un día no llegue a dormir a su casa, pues dada la libertad que en muchos hogares se les da a los hijos, generalmente damos por hecho, que se quedó a dormir con alguna amiga (o amigo-novio); ante este hecho, producto del cambio de costumbres, hecho consecuente al cambio de moral y de la pretensión de ir acorde a la “modernidad” y a la liberación femenina, las autoridades ante quienes se denuncia la posible desaparición no dan la importancia debida, precisamente por todos los escenarios posibles que pueden explicar la temida “desaparición”.
Y no es precisamente el caso de la fábula de Pedro y el lobo, ni de llamadas falsas al 911; sino de hechos reales que lo mismo pueden configurarse como delitos, o pueden quedar como simples ausencias planeadas (o no), pero que provocan angustia en los seres queridos.
Hasta hace cuatro meses, en este diario se reportó la desaparición forzada de 198 personas de enero a marzo, en Coahuila, según el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED). A esta cantidad, habría que agregar cuando menos tres personas más de Durango, y otros reportes más de abril a esta fecha; y según el Grupo Vida, las cifras van en aumento; lo que lleva a pensar en una delincuencia organizada, si no para trata de blancas, sí para homicidios dolosos por motivos diversos (robo, venganza, etcétera), pero que finalmente terminan en fosas clandestinas, mientras los familiares abrigan la esperanza de encontrarlos con vida.
Creo que en la escala de los delitos, tan detestable es el robo a casa-habitación como el homicidio o la desaparición forzada para fines inexplicables; por ello, urge el nombramiento de una fiscalía especializada en los delitos de desaparición, hechos delictivos en los que la rapidez y la inteligencia de la policía es determinante en la solución de casos.
La ciudadanía de la Comarca Lagunera, igual que todo México, merecemos vivir con tranquilidad, pensando en que nuestros hijos (él o ella) regresarán de su trabajo o de su escuela sanos y salvos. Después de todo, nuestro gobierno es está para salvaguardar la seguridad de las familias; y en Gómez Palacio, igual que en Torreón y en Ciudad Lerdo, los ciudadanos confiamos y queremos seguir confiando en los diferentes cuerpos policiales y en las autoridades ministeriales. Esperamos no nos defrauden. No dejen que la sociedad lagunera pierda la esperanza en quienes tenemos depositada la seguridad de nuestra vida.
Héctor García Pérez,
Comarca Lagunera.
