Cuenta Homero, en La Odisea, el camino que hizo Ulises para regresar a casa después de pasar muchos años en la guerra de Troya. Antes de llegar a la meta tiene que vencer muchas pruebas, una de ellas, al cruzar el mar, será resistir el bello canto de las sirenas. Muchos marineros fueron seducidos por ese canto y se perdieron en el mundo subterráneo. Ulises es muy curioso, no quiere perderse la fascinante melodía, por eso pide ser atado al mástil, a la vez que ordena tapar con cera los oídos de los marineros. En efecto, es atraído por el canto de las sirenas y pide a gritos ser desatado, pero nadie lo escucha, pasa así la prueba.
Es el caso, Chemours Company llega a La Laguna de Durango a invertir 1,600 millones de pesos para producir 65,000 toneladas al año de cianuro de sodio (NaCn), compuesto químico empleado para recuperar oro y plata de tierra mineral. Una gran oferta en tiempos de sequía de inversiones, todo parece tan atractivo que sería una gran necedad no aprovechar esta oportunidad.
Pero no es tan fácil. En dos notas publicadas en El Siglo de Torreón, Julio César Ramírez documenta la llegada de esta empresa a La Laguna y su antecedente, la doble expulsión de Guanajuato gracias a la articulación que logró la sociedad organizada, un equipo de técnicos especialistas y los gobiernos locales directamente involucrados.
Primero de Salamanca, Guanajuato el segundo semestre de 2016 y luego de San Luis de la Paz, donde el 5 de junio de este año los voceros de la empresa informaron que no podían cumplir el protocolo ambiental vigente.
Apenas tres semanas después de ese anuncio aparecen en La Laguna de Durango para instalarse en el ejido El 7. Afirman tener todos los permisos federales, estatales y municipales.
El cianuro es un compuesto altamente tóxico, al ingerirlo el ser humano muere envenenado antes que el químico llegue al estómago, pero el envenenamiento puede ocurrir a través de la piel o al respirar aire con partículas suspendidas en él.
Este compuesto se utiliza para recuperar oro y plata de tierras minerales mediante un proceso denominado lixiviación, que consiste en regar mediante aspersión, como se hace en las tierras de cultivo, la solución de cianuro sobre capas de mineral triturado, para recuperar por filtrado el preciado metal.
Debido a un terrible derrame de residuos mineros ocurrido en el año 2000 en Baia Mare Rumania, el Parlamento Europeo lo prohibió en abril de 2006 en territorios de su jurisdicción.
En Guanajuato la sociedad se logró articular gracias a la iniciativa Organización Ciudadana Ludovicense por el Derecho a Vivir en un Ambiente Sano que coordinó en un "Frente Unido" a colectivos, organizaciones y concejos rurales y urbanos para oponerse a la instalación de esta fábrica considerada de gran riesgo para la comunidad.
Esa misma movilización impulsó a las autoridades de San Miguel de Allende, Dolores Hidalgo, San Luis de la Paz y Salamanca a negarse a decretar el cambio de uso de suelo y demás trámites al hacer valer la autonomía municipal.
A la relación capital, gobierno y sociedad civil le es inherente la tensión, pues cada uno de estos elementos constitutivos de la sociedad en su conjunto intentará sacar adelante los propios intereses. La lucha es técnica-legal, pero también social, habrá que exponer los argumentos técnicos y jurídicos, pero también habrá que promover un intenso debate para que el ciudadano de a pie y el organizado discuta y asuma una postura contundente.
¿Habrá sido casual la elección de la empresa por La Laguna? En el horizonte de atajar este peligro común disfrazado de canto seductor, la sociedad civil lagunera, los medios de comunicación y las universidades de la región ¿serán capaces de organizarse rompiendo atávicas disputas a su interior? Está por verse.
