El evento contó con un ambiente cien por ciento familiar y fraterno, con los motoristas circulando a una velocidad moderada por el bulevar Constitución hasta llegar al bulevar El Tajito e incorporarse al periférico para tomar la ruta a Mapimí. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Con una estupenda participación de más de 500 motocicletas, ayer se celebró la séptima edición de la “Bendición de Cascos” en el Pueblo Mágico de Mapimí, Durango, que está comenzando sus fiestas anuales que incluyen actividades deportivas.
Centenares de motoristas pertenecientes a distintos clubes, así como “bikers” independientes, se congregaron en el estacionamiento de un conocido centro comercial ubicado en la confluencia de bulevar Constitución y calzada Colón, desde donde comenzó el trayecto hacia la localidad de Mapimí. El evento contó con un ambiente cien por ciento familiar y fraterno, con los motoristas circulando a una velocidad moderada por el bulevar Constitución hasta llegar al bulevar El Tajito e incorporarse al periférico para tomar la ruta a Mapimí.
Ya en el Pueblo Mágico estaban esperando algunos otros “bikers”, ya que desde un día antes se habían trasladado hasta dicha localidad para acampar en los parajes cercanos al emblemático Puente de Ojuela, promoviendo el ecoturismo en la región. Al filo del mediodía comenzó la Santa Misa en la parroquia de Santiago Apostol, tras la que el sacerdote salió a la plaza principal para rociar con agua bendita los cascos y las motocicletas de los asistentes, en un acto de fe que los motoristas realizan con la intención de sentirse protegidos durante sus trayectos.
