La invención de don Edmundo O'Gorman

O'Gorman postula como prioridad el estudio de los procesos que dieron nacimiento a la idea del descubrimiento del nuevo continente, considerando este supuesto un tanto arbitrario.

Edmundo O'Gorman fue un historiador mexicano que influyó de manera profunda en la historiografía mexicana. Desarrolló actividades pedagógicas, de investigación y divulgativas. Su ingenio configuró una de las aportaciones más importantes a nuestra historia.

Josefina Zoraida Vázquez ha dicho que “don Edmundo llegó a desarrollar gustos y habilidades casi renacentistas”. Hizo estudios de Derecho y ejerció como abogado litigante. Esto le ayudó a construir argumentaciones punzantes y críticas, también enriqueció sus célebres debates, quizá el más intenso haya sido con Marcel Bataillon. Después de ejercer la carrera legal durante diez años, decidió abandonarla para dedicarse de lleno a la Historia.

En su libro La invención de América, O'Gorman postula como prioridad el estudio de los procesos que dieron nacimiento a la idea del descubrimiento del nuevo continente, considerando este supuesto un tanto arbitrario en el sentido de que obedece más a una construcción ideológica para legitimar a ciertos actores. La obra plantea comprender la relación entre dominador y dominado como un binomio que pudiera sustituirse por descubridor y descubierto, pues, estas nociones son más cercanas a un dogma espistemológico impuesto por un modo de interpretación europeizante.

O'Gorman se sumerge en las estructuras que han permitido esa lectura, la cual halla su origen en el discurso y en cómo se han enfocado los estudios sobre el tema. El embrión de esta narrativa tiene en Colón su objeto, dado que el genovés suponía que el nuevo mundo ya había sido visto y, por tanto, alteraba la existencia de este nuevo plano en el viaje. Por otro lado, al ser Colón el primero en tener conciencia de haber llegado a un supuesto territorio ignoto, la invención de América comienza su periplo como idea.

Este hecho permitió que el 'descubrimiento' se convirtiera en una especie de dogma. Así, don Edmundo O'Gorman atiende a un par de opuestos que se enfrentan en la construcción del discurso que une al encuentro de lo imprevisto con el mundo revelado. Dos textos fueron convidados a su análisis. Primero, la Historia General de las Indias de Francisco López de Gómara, escrita en 1552, hacedora de las leyendas de un piloto anónimo que había visto un mundo nuevo durante un viaje previo. Y, segundo, la Vida del Almirante, escrita en 1539, por el hijo de Cristóbal Colón, de nombre Fernando, donde se pondera la idea de que la travesía pudo llevarse a cabo gracias a la erudición del genovés, y que el nombre dado a su descubrimiento fue más una alevosa estrategia política para despertar el interés de los monarcas y así, adquirir un financiamiento más amplio.

O'Gorman añade otra tesis con respecto a los planteamientos de Bartolomé de las Casas que, a través de su Historia de las Indias escrita entre 1527 y 1561, consigue proponer que Colón y su hallazgo tienen nacimiento en un hecho que involucra más a la providencia que a otras hipótesis. Nada más carente de veracidad para O'Gorman pues, sugiere que la intención de Cristóbal Colón era más bien encontrar una ruta entre Asia y Europa.

El absurdo del descubrimiento accidental y la idea preexistente de América radica en varios aspectos fundamentales del problema. Si América siempre ha existido como tal, es susceptible de ser “descubierta” en un acto limitado a mostrar su ser a otros. El acto del “descubridor”, al ser físico, no necesariamente es de comprensión de lo descubierto. O'Gorman califica la idea del “descubrimiento” como insatisfactoria en cuanto a la producción de contradicciones y absurdos con respecto a la práctica historiográfica y un punto de crisis en la historiografía sobre América que se basa en una idea de unidad como sujeto histórico posible de ser descubierto.

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