Academia China de Arte Popular. Foto: Eiichi Kano
La de Kuma es una visión que propone la vuelta a los orígenes, a la madera, a la piedra, porque confía en que los mejores materiales para una determinada obra en un lugar específico son los autóctonos. Mientras otros profesionales buscan que sus proyectos contrasten con el paisaje, al japonés le interesa que se fundan con el entorno.
Nacido en Yokohama en 1954, Kengo Kuma tiene en su haber galardones como el Premio del Instituto de Arquitectura de Japón de 1997. Más reciente es su obtención del premio Brand & Landscape 2016.
Cursó sus estudios en la Universidad de Tokio, salió de ella con una especialidad en el currículo en 1979 y, luego de unos años en el mundo empresarial, dejó su país para ser investigador visitante en la Universidad de Columbia en Nueva York en el ciclo 1985-1986.
Concluida su estadía en territorio norteamericano regresó a su nación y fundó su despacho: Kengo Kuma & Associates (KKAA).
En menos de tres décadas se ha convertido en uno de los creadores más prolíficos en el país asiático. Una característica de esos años ha sido la experimentación con materiales y técnicas tradicionales.
La de Kuma es una visión que propone la vuelta a los orígenes, a la madera, a la piedra, porque confía en que la mejor materia prima para una determinada obra en un lugar específico es la autóctona. Mientras otros profesionales buscan que sus proyectos contrasten con el paisaje, al japonés le interesa que se fundan con el entorno.
Su balance de la labor realizada a lo largo de la centuria pasada por el gremio de arquitectos se resume en que se cometió el pecado de utilizar los materiales como vestido, como un maquillaje.
Un objetivo de su arte es recuperar la tradición de los edificios japoneses y actualizarla con una relectura apropiada para el siglo XXI.
ECOLÓGICO
La postura a propósito de los recursos a emplear se transfigura en otro aspecto destacado de este profesional japonés, su inclinación a la arquitectura ecológica. La experiencia en la adopción de tecnologías especiales y el desarrollo de ideas enfocadas en aprovechar la condición medioambiental de un sitio se combinan con el uso que las personas darán al edificio. Esas directrices se combinan en imágenes como su propuesta para un hotel en París afincado en los conceptos de hospitalidad y sostenibilidad. En KKAA consideran que han diseñado un hotel de lujo innovador y ecológico. Se espera que sea terminado en 2022.
La arquitecto ecológico planea instalaciones que resten densidad a los problemas ambientales sin descuidar su tarea de tarea de humanizar el espacio o habilitarlo para la actividad humana. La cuestión es encajar el inmueble dentro de un sistema general sustentable.
Emplazar el edificio en plena naturaleza, de ser posible sin que haya separación entre esta y el edificio, es el planteamiento que Kuma se ha esmerado en concretar.
El Brand & Landscape 2016 le fue otorgado por su ideario trasladado al espacio en la Old House de la empresa de cerámica Casalgrande Padana.
El estudio japonés convirtió una villa rural italiana en una sala de exhibición para la compañía.
El premio se debió a que la vieja casa fue considerada una integración virtuosa entre arquitectura y paisaje dotada con la capacidad para promover una nueva visión de los ambientes laborales.
Además de los planos y los espacios transformados, a Kengo Kuma le interesa contribuir al debate acerca de la relación del arte arquitectónico con la cultura. Ha publicado libros como Geometrías de la naturaleza y Materiales, estructuras, detalles.
De unos años a la fecha, el artista japonés explica, en conferencias y entrevistas para la prensa internacional, que los edificios más grandes no pueden mostrar el futuro de su arte. Considera que los los arquitectos tienen que volver a usar piedra, madera y papel de arroz. También gusta de invitar a los colegas a pensar más allá de la cultura del concreto que dominó el siglo pasado y favorecer componentes más suaves, cálidos y ligeros.
Modelo de eco hotel de lujo en el vecindario Paris Rive Gauche. Foto: Kengo Kuma & Associates
ESCULTOR
Su propensión a dar una forma escultórica a sus objetivos ha derivado en obras como el Museo de Arte Moderno de Odunpazari que se construye en Eskisehir (Turquía).
El japonés extrajo ideas de las tradicionales casas otomanas de madera para concebir un lugar que va creciendo conforme se van apilando cajas que, en el primer nivel, son para instalaciones a gran escala. Los cubos de madera situados más arriba tendrán menor tamaño pensando en exhibiciones que requieran un mayor nivel de concentración e intimidad. Un atrio central conecta cada nivel y permite que la luz natural penetre.
Otro proyecto que ha contribuido al renombre internacional de su firma es el Museo de la Academia de Arte de China. Su propuesta fue elegida por el tratamiento del paisaje, el diseño del recinto y los recursos del entorno contemplados para su ejecución.
El fundador de KKAA se puso como objetivo representar la dualidad vigente en la arquitectura china del nuevo siglo: por un lado, tecnologías de construcción modernas, y, por el otro, tradición y artesanía.
El museo, en Hangzhou, China, está ubicado en un área que en el pasado fue un campo de té. Bajo la supervisión de la firma japonesa el lugar fue modificado para dar lugar a un paisaje escalonado que, además de traer a la mente la idea de una corteza terrestre artificial, implique para los visitantes una transición fluida desde el nivel más bajo del centro cultural en su recorrido, a través de terrazas, hacia los niveles más elevados. El japonés aprovechó una geografía irregular para usarla en la composición.
La división interior de los espacios determinó la estructura: una serie de cubiertas y unidades autónomas se unieron unas con otras mediante la pendiente, y al superponerse formaron espacios individuales más continuos. La elección de acabados también es consistente con la inspiración tomada de la usanza antigua, por ejemplo, se emplearon tejas viejas, extraídas de casas locales.
La imaginación del nacido en Yokohama no se limita a edificios. En recientes encuentros de arte participó con un par de creaciones. En 2015, el jardín de las Tullerías en París, montó un pabellón, aunque sería más preciso referirnos a él como un marco para escalar, a partir de un entramado de madera.
A la Bienal de Venecia 2016 llevó una cocina hecha a partir de ollas y sartenes.
Otras muestras de su portafolios están repartidas por Tokio, Japón; Shanghai, China; Dallas, Estados Unidos; Vancouver, Canadá, y, recientemente, Sidney, Australia.
MÁS MADERA
El debut de KKAA en tierras australianas llegó de escultórico modo: un centro cívico y cilíndrico de 30 metros de altura cintas. El artista asiático utilizó revestimientos de madera de color claro que envuelven el curvo inmueble. Se trata, según la descripción del despacho, de un envoltorio orgánico y espontáneo.
La inclinación por la madera es otro elemento clave. Una muestra en desarrollo es el estadio de Tokio para los Juegos Olímpicos que se celebrarán en 2020.
En un principio, se encargó el diseño del recinto a la arquitecta británica Zada Hadid. El protagonista de estas líneas criticó la decisión y lamentó que no se diera a algún representante del talento local.
El gobierno japonés no hizo oídos sordos, desechó el plan de Hadid y eligió como reemplazo la maqueta realizada por el quejoso.
El arquitecto ecológico propuso alzar un estadio de madera de tres niveles con 80 mil asientos que costará 1 mil 500 millones de dólares. El presupuesto original era de 850 millones de la moneda norteamericana. No obstante, el presupuesto de Kuma es inferior al presentado por Hadid: 2 mil 100 millones de dólares.
La postura profesional del referente asiático, a veces, representa dejarse guiar por una perspectiva minimalisista aunque innovadora en cuanto al uso de los materiales y con una calidad que logra una atmósfera serena y lumínica.
