Siglo Nuevo

Chagas: un intruso que llega al corazón

Es el padecimiento parasitario que más le cuesta a Latinoamérica

Chinche picuda, animal transmisor del mal de Chagas, más conocido como la enfermedad de los pobres. Foto: EFE/David de la Paz

Chinche picuda, animal transmisor del mal de Chagas, más conocido como la enfermedad de los pobres. Foto: EFE/David de la Paz

FABIO PÉREZ VÁZQUEZ

La presencia del T. cruzi se remonta a miles de años en el pasado. Al principio sólo afectaba a animales silvestres. Después se propagó a los seres humanos. Erradicarlo es imposible a causa del gran número de organismos que alojan al parásito.

La enfermedad de Chagas se esconde en pequeños insectos y puede convivir con el ser humano durante décadas afectando su calidad de vida.

El médico brasileño, Carlos Ribeiro Justiniano Chagas, la descubrió en 1909. Es una afección que durante mucho tiempo fue exclusiva de América y, especialmente de los territorios al sur de Estados Unidos. El desarrollo de las vías de comunicación ha favorecido su migración a otros continentes.

La Organización Mundial de la Salud estima que alrededor del mundo hay entre 6 y 7 millones de infectados por el Trypanosoma cruzi.

Los anfitriones involuntarios de este agente nocivo se concentran en América Latina, en zonas endémicas de 21 países tan grandes como México, Brasil, Colombia, Argentina y Chile o tan pequeños como Belice, El Salvador, Guyana francesa y demás.

La transmisión hacia las personas se hace efectiva gracias a los integrantes de la familia Triatominae, cotidianamente denominadas como chinches.

El proceso de contagio es como sigue: Los insectos pican una zona de la piel y defecan cerca de la picadura. Luego, cuando el individuo se frota el lugar de la intrusión, sin saberlo, empuja las heces o la orina hacia la lesión abierta. De esa manera, los parásitos entran en el organismo.

Otras formas de que el endoparásito se instale son: por consumo de alimentos contaminados, por la transfusión de sangre infectada, por transmisión de la madre infectada a su hijo durante el embarazo o el parto.

/media/top5/SNchagas.jpg

Foto: El estímulo

TRES ETAPAS

Esta afección posee tres fases. La primera, la aguda, abarca las semanas siguientes a la infección. EN ocasiones llega a durar hasta cuatro meses. Su principal característica es que el torrente sanguíneo se congestiona con el tráfico de una gran cantidad de parásitos. Es común que no se manifiesten síntomas o que estos sean leves y vagos: fiebre, dolor de cabeza, fatiga, dolores muscilares, sarpullido, pérdida de apetito, diarrea, vómito, dificultad para respirar. El factor más reconocido es la inflamación del párpado en el lado del rostro donde el bicho hizo la picadura y depositó sus heces.

Es normal que los síntomas se desvanezcan solos. Sin embargo, eso no significa que el paciente ya esté libre del parásito.

Luego de las manifestaciones agudas, viene la fase asintomática indeterminada que puede durar hasta 20 años. En ella, los organismos intrusos desaparecen de la sangre. Entre el 70 y el 90 por ciento de los pacientes en esta etapa no vuelven a mostrar signos de estar infectados.

Los restantes, en su mayoría, ingresan en la fase crónica sintomática. Los parásitos adoptan como escondites el músculo cardíaco y el digestivo de manera que 3 de cada 10 afectados sufre trastornos cardíacos mientras el 10 por ciento presenta problemas digestivos, en especial en intestino y esófago.

La presencia en la zona del corazón es la más peligrosa ya que puede causar muerte súbita por arritmias o insuficiencia cardíaca derivadas de la destrucción del músculo cardíaco.

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

En la fase aguda se busca la presencia del T. cruzi en la sangre por medios como la microscopía de gota gruesa y el microhematocrito fluorescente (un sistema para teñir las nucleoproteínas celulares).

En la fase crónica asintomática y en la sintomática el diagnóstico debe fundamentarse en el hallazgo de anticuerpos circulantes contra el agente extraño.

Está demostrado que dos medicamentos, el Benznidazol (fase aguda y casos congénitos), y el Nifurtimox (para casos agudos y crónicos), matan el parásito. Son eficaces casi al 100 por ciento si se administran al comienzo de la infección, en la etapa aguda. Si el paciente, por cualquier razón, posterga la medicación, la eficacia de los fármacos disminuye. Los mismos productos suelen recetarse a los pacientes al principio de la fase crónica. La duración del tratamiento es de 60 días.

El par de remedios no debe administrarse a mujeres embarazadas ni a aquejados por insuficiencia renal o hepática. El Nifurtimox está contraindicado en individuos con antecedentes de trastornos neurológicos, del sistema nervioso o psiquiátricos.

No existe vacuna, si bien hay instituciones, como el Sabine Vaccine Institute PDP, que trabajan en una. El Chagas se cura si los medicamentos se administran al poco tiempo del arribo del intruso.

CONTROL

La presencia del T. cruzi se remonta a miles de años en el pasado. Al principio sólo afectaba a animales silvestres. Después se propagó a los seres humanos. Erradicarlo es imposible a causa del gran número de organismos que alojan al parásito.

El método probado en América Latina para prevenir su aparición es aplicar medidas contra los insectos. El repertorio de acciones incluye: rociar casas y sus alrededores con insecticidas; mejorar las viviendas (eliminar grietas de pisos y muros) y su limpieza; el empleo de mosquiteros y consumir alimentos preparados con higiene.

Por la forma en que perjudica el accionar del músculo cardíaco es potencialmente mortal. Un diagnóstico oportuno resulta fundamental en embarazadas, recién nacidos y adultos mayores.

En el artículo Enfermedad de Chagas en México, publicado en la Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM, y firmado por integrantes de la máxima casa de estudios y funcionarios del sector sanitario, se expone que este mal es considerado el padecimiento parasitario con mayor carga económica en Latinoamérica.

En el periodo comprendido de 2000 a 2012, la Secretaría de Salud registró 5 mil 559 casos; el T. cruzi infectó, principalmente, a mexicanos entre los 25 y los 44 años de edad; las entidades con la mayor incidencia fueron Veracruz, Morelos, Oaxaca, Yucatán, Chiapas, Guerrero y Jalisco. En 2013 se sumaron 762 positivos y en 2014 otros 729 expedientes.

La OMS ha llamado a mantener y consolidar los avances conseguidos en materia de control y a no descuidarse ya que en países como Argentina, Paraguay y Bolivia se han registrado rebrotes de ésta afección. Además, ha aparecido en regiones, como la cuenca amazónica, donde antes se consideraba que no existía.

CONTACTO: [email protected]

Foto: Nova Luz
Foto: Nova Luz
Foto: EFE
Foto: EFE

Leer más de Siglo Nuevo

Escrito en:

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Siglo Nuevo

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Chinche picuda, animal transmisor del mal de Chagas, más conocido como la enfermedad de los pobres. Foto: EFE/David de la Paz

Clasificados

ID: 1359798

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx