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¿De qué se mueren doce mil personas en un año?

DAVID PÉREZ

Apenas ayer El Siglo de Torreón daba cuenta en su portada que el año pasado se registraron 12 mil 604 homicidios con arma de fuego, según cifras oficiales. Lo que arroja el dato de que en México aumentó en un 400 por ciento las muertes en ese rubro en los últimos 14 años. El punto de quiebre es el año 2006. "Haiga sido como haiga sido", allí están los muertos en contextos violentos.

¿De qué manera ha afectado el actual ciclo de violencias en México a la concepción tradicional sobre la memoria de los procesos de muerte?, ¿cómo recordaremos a los muertos de la última década?, ¿hasta dónde se ha vaciado o transformado el sentido de algunas de las expresiones tradicionales que abordan el fenómeno de la muerte como un proceso de transición en "paz"?

Recuperar la identidad de los muertos, desmasificarlos, ponerles rostro e historia concreta permitiría recuperar la verdad de los sujetos y construir a partir de esta verdad una memoria narrativa que interpele a la sociedad en su conjunto, a la sociedad que los quiere olvidar.

En este contexto histórico en el que las crisis y el vacío de sentido es el común denominador de nuestras configuraciones sociales, los discursos que se pretendan establecer pueden tener el carácter de producción de sentido que se convierta en asidero existencial del sujeto posmoderno, por lo tanto en este tiempo como en otros "las formas retóricas constituyen recursos importantes para la divulgación de mensajes teológicos y políticos" (Valdés, 2009).

"Morir en paz" es una expresión que en nuestra sociedad va transformando su significado y su universalidad. Hacer memoria de víctimas de la violencia que han sido asesinadas implica dar cuenta aquí y ahora de su muerte, explicitar el entramado de circunstancias que provocan su ausencia, y emprender el camino para que su muerte pueda aportar sentido para la sociedad.

Dos hechos traumáticos suscitaron en occidente la reflexión de la historia sobre el tiempo presente en el siglo pasado. La crisis del 29 y la segunda guerra mundial, por ejemplo. En el siglo que corre, las cifras oficiales de muertos por armas de fuego sin duda pueden ser una fuente de comprensión de la sociedad que configuramos y los discursos sobre la muerte que nos vamos contando unos a otros.

Desde ahora nos vemos ente la ocasión de explicarnos de qué murió esa cantidad de personas. Hasta ahora la narrativa dominante es la criminalización. "Por algo les pasó, en algo estaban metidos". Afirmamos que esas explicaciones son demasiado superficiales, y al mismo tiempo fáciles de asumir. Consideramos que las categorías utilizadas en el siglo pasado para explicar los asesinatos masivos tampoco nos permiten a lo que acontece actualmente en México.

Así, de frente a nosotros mismos nos encontramos la necesidad de explicarnos por qué acontecieron tantos homicidios con arma de fuego en nuestra sociedad. Parece que nosotros podemos seguir la vida sin atender mucho a esa necesidad. Será difícil que la generación que he hemos convivido con esta realidad quede exenta de ser cuestionada.

Twitter: @davidsecular

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