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Basta de publicidad sexista

ANGÉLICA FUENTES

Desde un punto de vista empresarial, entender a las mujeres como consumidoras representa una ventaja competitiva

La publicidad es una herramienta poderosa que influye en actitudes sociales, reforzando ideas y maneras de entender el mundo. Durante muchos años la industria de la publicidad ha estado dominada por una lógica masculina que coloca a la mujer en una posición inferior y la convierte en un objeto. La publicidad es sexista porque perpetua roles tradicionales de género; fija estereotipos de belleza estrictos; ejerce presión sobre las mujeres para verse y comportarse de cierta manera; propaga la creencia de que son imperfectas y constantemente tienen que esforzarse para cumplir con lo que se espera de ellas; las discrimina en el ámbito profesional y engrandece en el ámbito doméstico.

Ha habido algunas campañas publicitarias con un enfoque de empoderamiento femenino. Muchas empresas se han sumado a los esfuerzos por romper con los estereotipos de género que encasillan a la mujer. Aunque todavía son minoría, celebro a marcas como Pantene, Dove, Kotex, Nike y Cover Girl que promueven un mensaje que motiva a las mujeres a sentirse bien con su cuerpo y a salir del molde tradicional para ser ellas mismas.

Estoy convencida que estamos en un proceso de cambio respecto a la percepción de las mujeres y las niñas en la sociedad. Tengo una visión positiva acerca de la superación colectiva de actitudes y conductas que continúan discriminando a la mujer. Cada vez más hombres y mujeres están conscientes de que el género no tiene por qué decidir quiénes son y cómo deben vivir.

Las empresas y los medios de comunicación se deben adaptar a esta tendencia. Las mujeres ya no queremos ser sólo bonitas, jóvenes y esperar a que un príncipe azul nos resuelva todos los problemas. Queremos ser independientes, fuertes, asertivas, valientes, exitosas, pero sobre todo queremos ser libres de tomar nuestras propias decisiones y llevar la vida que mejor nos parezca. Basta de sentirnos limitadas por prejuicios arcaicos que dictaminan cómo nos debemos comportar por el hecho de ser mujeres.

La industria de la publicidad tiene que reaccionar a este proceso de cambio. No es sólo una cuestión de justicia social, también es un buen negocio. Desde un punto de vista empresarial, entender a las mujeres como consumidoras representa una ventaja competitiva. Hoy en día apostar por la mujer es más que una simple alternativa, es el camino a seguir para toda empresa informada que busca estar a la vanguardia y prosperar. Las mujeres representan 70 % del gasto de consumo global y su poder adquisitivo está en constante crecimiento. Las mujeres son un poco más de la mitad la población y, por lo tanto, son un potencial de innovación y creatividad.

Todos los días trato de enseñarles a mis hijas con el ejemplo del significado de la palabra fortaleza, que la verdadera belleza está en el interior de cada persona, el inmenso poder de la mujer y su papel tan importante en el desarrollo de las comunidades. Sin embargo, todavía estamos expuestos a demasiados mensajes sexistas que desvalorizan a la mujer. Qué bueno que muchas marcas se han unido a este movimiento de empoderamiento, pero todavía queda un largo camino por recorrer. Como consumidores debemos mantener una actitud crítica ante la publicidad. Como emprendedores es necesario adaptarse a las necesidades y verdaderos deseos de las mujeres actuales; dejando atrás ideas preconcebidas que nos limitan en lugar de hacernos crecer. El futuro no está en manos de hombres ni de mujeres, el futuro está en la igualdad.

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Escrito en: Angélica Fuentes

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