Nacional AMLO Reformas Constitucionales Violencia Reformas estructurales Transportistas

Ceresos, hacen la misma función, pero en diferentes condiciones

UNA DE LAS CáRCELES MEJOR EVALUADAS EN EL PAíS ES EL CENTRO PENITENCIARIO FEMENIL DE SALTILLO, COAHUILA

El último. Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria de la CNDH el Cereso de Chilpancingo fue el peor calificado con 3.91.

El último. Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria de la CNDH el Cereso de Chilpancingo fue el peor calificado con 3.91.

AGENCIAS

En el último mes, los Centros de Readaptación Social (Cereso) han sido foco de atención debido a las malas condiciones y desatención de las autoridades. Sin embargo, no en todas las entidades del país hay deficiencias en la operación de cárceles, pues hay algunos estados que utilizan sus recursos adecuadamente y mantienen en buen nivel la operación de sus centros penitenciarios con actividades, disciplina y programas de rehabilitación.

Los estados del país que cuentan con más Ceresos son el Estado de México con 19, Chiapas, Puebla y Veracruz con 17 cada uno, así como Oaxaca y Guerrero con 15. Las entidades que menos centros penitenciarios tienen son Durango con uno, Tlaxcala, Morelos, Nayarit, Campeche y Colima con 2.

 EVALUACIóN PENITENCIARIA

A principios de junio, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) presentó su Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2016 en el que evaluó cinco rubros de atención penitenciaria.

El diagnóstico indica que las cárceles mejor evaluadas fueron el Centro Penitenciario Femenil de Saltillo, Coahuila, con 8.57 de calificación; seguido del Cereso de San Miguel de Allende, Guanajuato, con 8.53, y el Cereso para Mujeres de Aguascalientes, con 8.50. Asimismo, las peores condiciones fueron encontradas en el Cereso de Chilpancingo, Guerrero, calificado con 3.91; la Penitenciaría Central de Oaxaca con 4.11 y el Cereso de Cancún con 4.17.

Respecto a la sobrepoblación penitenciaria, llama la atención el caso de Nayarit, donde la prisión Venustiano Carranza presenta un sobrecupo de 290 %, ya que tiene capacidad para 850 reos, pero alberga a 2 mil 470.

 GASTO CARCELARIO

De acuerdo con cifras del mecanismo de evaluación y transparencia del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en 2016 la entidad que contó con más recursos fue Baja California con 76.4 millones de pesos, seguido de Nuevo León con 64.4 y Guanajuato con 48.7 mdp. Una parte de estos recursos es aportada por el gobierno federal y otra la pone el Estado. El mecanismo indica que las entidades menos favorecidas fueron Puebla, con 2.1 millones de pesos y Colima con 3.8 mdp.

Sin embargo, algunos estados no ejercieron el total de sus recursos pese a tener problemáticas en sus Ceresos, como fue el caso de Nuevo León que disponía de 64. mdp y dejó sin ejercer 50.6 millones o Tamaulipas con 13.1 millones de pesos y no ejerció 5.1 mdp, según datos oficiales.

 VIOLENCIA

En cuanto a los incidentes registrados al interior de los penales desde 2015 a la fecha, Tamaulipas lleva el peor récord al registrar la fuga de 29 reos en el penal de Ciudad Victoria a través de un túnel en marzo pasado. Además, el 5 de junio se presentó un motín en el que hubo tiroteo por varias horas con armas de grueso calibre que dejó un saldo oficial de cuatro muertos: tres policías y un interno.

En Quintana Roo se han registrado tres motines. El más reciente fue en el Cereso de Chetumal, donde el traslado de reos a penales federales, entre ellos Heriberto Campos Martínez, alias "El Diablo", desató la rebelión de los internos que ocasionaron destrozos. Un día antes, en el penal de Topo Chico en Nuevo León, los internos se amotinaron luego de un traslado de reos. La versión oficial fue que la revuelta se debió a un rumor sobre el control que asumiría un grupo al interior de la prisión.

En cuanto a cifras de presos muertos por diferentes circunstancias, Nuevo León lleva el mayor récord con 49 fallecidos por una riña en febrero de 2016.

Caso particular es el de Tabasco, que registra 26 fallecidos, de los cuales 21 fueron por enfermedad, tres por suicidio y el resto por diferentes circunstancias.

 La cárcel donde se debe pagar por vivir

En la cárcel peor evaluada del país todo tiene un precio. Si un reo no quiere pasar sus días en una celda de cuatro por seis metros acompañado por otros cinco o seis presos más, debe pagar. Si no quiere enfermarse del estómago por comer la comida que dan en el penal, su familia le debe proveer los alimentos. Si pretende montar un negocio dentro de la prisión, también tiene que pagar una cuota.

En el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria de la CNDH el Centro Regional de Reinserción Social de Chilpancingo fue el peor calificado con 3.91. Tiene un capacidad para albergar a 604 reos, entre hombres y mujeres, pero su población es de mil 3, es decir, 399 internos de más.

El hacinamiento es una realidad: una celda del penal de Chilpancingo puede ser habitada por seis, ocho o hasta 10 reos, pero si un reo quiere una celda para él solo debe pagar hasta unos 15 mil pesos.

Hegel Mariano Ramírez es defensor de derechos humanos y abogado, actualmente defiende a varios reos de este reclusorio.

Hegel cuenta la historia de una mujer que tenía a su hijo preso en una celda compartida con cinco reos más que lo molestaban y le quitaban sus pertenencias. Un día ella se enteró de que un reo recuperaría su libertad en otra celda, así que fue con el director del penal para pedir que lo cambiaran ahí.

El director le dijo que sí era posible, pero que tenía que pagar 15 mil pesos. La mujer no tuvo el dinero y su hijo se quedó con sus cinco compañeros que lo molestaban.

Por la falta de espacio en la cárcel, asegura Hegel, se han tenido que habilitar los cuartos de las visitas conyugales como celdas.

En el penal de Chilpancingo están recluidos reos acusados por delitos del fuero común como federal y comparten celda lo mismo los que ya están sentenciados que los que aún tienen proceso abierto.

"Las únicas divisiones que percibo son tres: el área de mujeres, la de hombres y la de hombres que fueron funcionarios, un político o policías; no los juntan para evitar que haya un ataque", dice el abogado.

María [nombre ficticio para ocultar su identidad], dice que cada vez que puede le lleva alimentos a su familiar recluido, pues asegura que la comida que les dan es muy mala y se enferma del estómago. Su familiar, relata, se organiza con otro reos para poderse cocinar y evitar comer lo que les dan ahí.

"Si los presos quieren un mole u otro tipo de comida la tienen que comprar. Dentro del penal hay fondas, hay tiendas de abarrotes que son administradas por los mismos reos; pero para que las tengan tienen que pagar", explica Hegel.

Otro de los puntos de baja calificación del penal de Chilpancingo es la gobernabilidad.

"Yo la otra vez vi a un reo que estaba con su esposa y su hijo. Le pregunté si su esposa estaba también en prisión y me dijo que no, que estaba ahí porque su hijo había salido de vacaciones y lo iban a acompañar una semana", cuenta el abogado.

Y agrega otra historia: "Un señor que acaba de dejar la prisión, me contó que por el día en el penal todo es muy normal, pero en la noche se desata el desmadre. Me dijo que luego se escuchan los gritos de los reos a los que están golpeando. A veces son los mismos custodios quienes les abren la puerta".

Dentro de la prisión hay grupos que mantienen el control. Quien tiene el control afuera, lo tiene adentro.

'Aquí aprendió mi hijo a hacer artesanías'

Cada domingo, Teresa prepara una canasta con alimentos y junto con su nuera viaja desde Celaya para visitar a su hijo preso en el Centro Estatal de Reinserción Social de San Miguel de Allende. Reza por su libertad, aunque, aclara, en la cárcel lo tratan bien, "tiene agua calientita". Muestra dos cuadros, uno con la imagen de San Judas Tadeo, otro de La Última Cena y dos figuras infantiles hechas en madera. "Aquí aprendió mi hijo a hacer artesanías", cuenta la madre.

El penal de San Miguel de Allende tiene la calificación más alta de cárceles para varones en el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2016 de la CNDH. El reclusorio no tiene sobrepoblación, tiene capacidad para 291 internos y actualmente cuenta con 269.

De acuerdo con los registros de la Secretaría de Seguridad Pública del estado (SSP), el penal cuenta con sistema de vigilancia continua enlazado a un Centro de Monitoreo en la Dirección General de Seguridad Pública (DGSP) que supervisa simultáneamente cada uno de los 10 Ceresos de la entidad con el fin de verificar el estado que guarda la seguridad y gobernabilidad.

La SSP señaló que "existe supervisión permanente a todo el personal para evitar -y menos aún tolerar- posibles actos de corrupción o de maltrato que lastimen la dignidad de los internos".

Con ese mismo propósito se mantiene un estricto control para evitar que al interior de los Ceresos se ingresen objetos que puedan representar un riesgo y sustancias prohibidas por la ley.

El reclusorio cuenta con la certificación de la Asociación de Correccionales Americanas (ACA, por las siglas en inglés de American Correctional Association) por sus protocolos y procesos en seguridad, orden, cuidado, justicia, dirección, además de no tener registro de amotinamientos, homicidios ni sobrepoblación.

En la penitenciaría los reos desarrollan actividades deportivas como futbol, basquetbol y volibol, además de practicar yoga, charrería y ajedrez. Actividades educativas como círculos de lectura, alfabetización, primaria, secundaria y preparatoria; laborales en los talleres de carpintería, artesanías, tejido de hilo plástico, talabartería y elaboración de dulces típicos; y culturales, como teatro, danza, guitarra.

Asimismo, promueve la convivencia familiar celebrando los días de la familia, la madre, el padre y con acciones de planificación familiar, círculos de lectura, risoterapia y campañas de matrimonios.

De 2012 a la fecha, 19 internos concluyeron la primaria, 63 la secundaria y cinco la preparatoria.

La SSP reportó que a través del Departamento de Psicología se aplican programas para el desarrollo de la salud mental, prevenir la agresión sexual y comportamientos violentos, así como la deshabituación del consumo de sustancias tóxicas por medio de un programa llevado a cabo en el Centro de Rehabilitación contra las Adicciones, con sede en el Cereso de León.

En la Coordinación de Criminología se llevan a cabo programas que permiten apoyar al privado de su libertad para una mejor asimilación de su reinserción social.

Otra de las madres que acudió a visita, Francisca, cuenta al salir del penal que su hijo, acusado de lesiones dolosas, se ha vuelto deportista; ahora participa haciendo box, que le gusta mucho, y futbol; además estudia y trabaja elaborando artesanías.

Adelante.  El penal de San Miguel de Allende tiene la calificación más alta de cárceles para varones en el Diagnóstico Nacional.
Adelante. El penal de San Miguel de Allende tiene la calificación más alta de cárceles para varones en el Diagnóstico Nacional.
Ceresos, hacen la misma función, pero en diferentes condiciones
Ceresos, hacen la misma función, pero en diferentes condiciones

Leer más de Nacional

Escrito en: Cereso

Noticias relacionadas

Siglo Plus

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

El último. Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria de la CNDH el Cereso de Chilpancingo fue el peor calificado con 3.91.

Clasificados

ID: 1354196

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx