VOZ DEL DIHABLO

Y pasó lo que tenía que pasar. La cita en el segundo México Metal Fest se cumplió hace exactamente una semana, con sorpresas y algunas decepciones. Difícilmente terminaremos de tocar lo relevante acerca del evento en Monterrey en esta entrega, por lo que iremos dejando material para próximas ediciones, pero tampoco dejaremos de lado los temas que nos atañen semana a semana. Bienvenido seas, pues, al lugar el rock: tu #VozdelDihablo.

El pasado viernes fuimos testigos de una jornada metalera intensa y bien lograda en la Sultana del Norte. Para gustos varios, para reclamos de otros tantos. Vámonos por partes, como le gustaría a Jack. Lo primero es felicitar a la organización del evento, que (como en todo) siempre salen detalles, pero la mesura y cordura los llevó a solucionarlos sin que se notara. Bien ahí. Y bien por el trato en general a los asistentes, la puntualidad, el orden y los escenarios, qué cosa más hermosa.

El MMF II tuvo dos escenarios pegados, de iguales dimensiones, debidamente dispuestos con todo lo necesario. El audio, una delicia; potente y claro. La cosa ya iba bien desde la primera ojeada.

El "ruido" comenzó temprano con dos bandas ganadoras de un concurso previo para abrir el evento: Mourn Blood y Equidad Catacráneo. Pasaban las 15:30 horas cuando desde afuera de la explanada del Estadio de los Sultanes ya tronaba el metal. Y no se oía para nada mal. Desfilaron luego las bandas locales, la sorpresa de LPD, mis consentidos de Zelichant, Avatar (quizá lo más flojo de la jornada) para dar paso dos bandas del centro del país: Cerberus y Strike Master, muy buen 'thrash'. Unos con más colmillo que otros, pero ambos grupos con mucha presencia y un sonido potente. De ahí, lo internacional: las populares (de un tiempo hacia acá) Nervosa.

Para el plato fuerte: Dark Tranquillity, Abbath, Sodom y Amon Amarth, en ese orden. DT me quedó a deber. Duele decirlo.

Apenas sonaron los primeros acordes, el teclado de Martin Brändström, y… sentí bonito. No hay otra frase que lo describa mejor. Pero esa emoción nunca llegó a un punto álgido. La voz de Mikael Stanne ya no es la misma; y el sonido falló justo en el peor momento. El teclado se dejó de sentir por un momento. El 'setlist' incluía canciones recientes, memorables, pero era inconsistente a la vez. No sé, algo faltó.

Minutos antes habíamos conversado con Stanne tras bambalinas. Se veía de buen humor, entero. Agobiado un poco por el calor regio, pero debidamente hidratado por cerveza (light). En el escenario, igual. Buena actitud, poca voz. Quien quiso, disfrutó pese a todo. Peter Iwers estaba en el bajo y Chris Amott en una guitarra, como detalle a mencionar. No se puede decir que fue un mal show, pero tampoco lo que un servidor esperaba. El sol se despedía apenas.

Vendría lo mejor: Abbath y Sodom; robaron. El sonido en el 'black metal' realmente envolvió a los 9 mil asistentes y colados. Fuerte, crudo, directo y con el toque característico de Abbath. Presentación de lujo. Y Sodom… pff! Pura energía. 'Thrash' sin contemplaciones. 'Mosh pit' y demás.

Y por hoy es todo. Luego, le seguimos.

Hoy en el armario, Aquerontte, Fragor, Oxxido, Nacxit y una banda más, unidos contra el cáncer. La cita, a partir de las 8:00 de la noche. ¡Ahí nos vemos!

Próximo 23 de septiembre, Dihablo Fest IV. ¡Esperen una gran fiesta de música dihabólica!

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