El hombre no sabe para quién trabaja, y la mujer para quién lo tiene.
El hombre propone y Dios dispone.
El hombre que no se equivoca no es humano.
El hombre se arropa, hasta donde la sábana le llegue.
El hombre se tuerce; pero no se rompe.
El hombre y el oso, entre más feo más hermoso.
El humor y el amor son las mejores maletas para el viaje de la vida.