EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

El verdadero reto de Torreón

FRANCISCO JAIME

Los graves problemas de Torreón- como los de México- tienen no sólo años, sino lustros, son de verdad añejos. Es por lo tanto evidente que la solución de los mismos no puede ser inmediata, y aún -como ya lo advertimos en días pasados- con la implementación de políticas, programas y acciones adecuadas, los frutos sólo se cosecharán en el largo plazo. John Maynard Keynes, el más grande economista del siglo XX, afirmaba que "El problema de la humanidad consiste en combinar tres cosas: eficiencia económica, justicia social y libertad individual"; sin embargo, esto no se puede lograr fácilmente. Concentrémonos entonces en la parte económica y específicamente en el municipio de Torreón.

Si observamos el desarrollo económico y urbano que han alcanzado en pocos años ciudades como Aguascalientes, Querétaro, León, Celaya, San Luis Potosí y Saltillo por citar algunas, podremos percatarnos del enorme rezago que presenta Torreón. El crecimiento económico ha sido insuficiente para alcanzar un mayor nivel de vida. Hasta hace algunos meses era una de las ciudades más violentas del país; en pocos años, servicios públicos como agua, drenaje, pavimento y vialidades se han deteriorado. La imagen urbana es deprimente en muchos sectores de la ciudad y continúa existiendo pobreza y marginación en algunas capas de la sociedad.

Retomar la senda del desarrollo requiere trabajar en varios temas con seriedad, conocimiento y honestidad. Los más importantes se refieren al crecimiento económico, desarrollo humano, empleo y combate a la pobreza. Tiempo hace que dejé de creer en voluminosos y ostentosos planes de desarrollo nacional, estatal y municipal: me aburren y me repugnan a la vez por lo fantasioso, superficial, irrealizable, utópico pues. Algunos son en realidad sólo una hemorragia de románticas propuestas copiadas de ciudades distantes o de proyectos sugeridos por organismos internacionales de escasa aplicación en nuestro país. Estoy convencido de la eficacia de una estrategia sencilla, creíble, viable, y sobre todo clara, que siente las bases de un futuro más promisorio para Torreón.

Ya Pericles, el principal estratega de Grecia, dirigente honrado y virtuoso, nos alertaba hace casi dos mil quinientos años: "El que sabe y no se explica claramente, es igual que si no pensara".

La estrategia propuesta se resume en tres palabras: "atracción de inversiones". Así de simple. ¿Por qué? Porque el nivel de vida de un país, de una ciudad, depende primordialmente del crecimiento económico, y el motor que lo impulsa es la productividad. El crecimiento de la productividad- y así lo avala la evidencia empírica- se alcanza con mayor capital físico, mayor capital humano, y avances tecnológicos. Pero el fortalecimiento del capital humano y los avances de la tecnología no se logran en pocos años. Orientemos entonces la estrategia al corto plazo, esto es a uno o dos años. Centremos la atención en lo más importante en estos momentos: impulsar primero el crecimiento económico y posteriormente avanzar hacia el desarrollo económico y social.

La variable estratégica para crecer, desde el punto de vista económico, es la inversión privada nacional y extranjera, ya que ésta expandirá la capacidad productiva de la ciudad, generará mayores y mejores empleos y coadyuvará al desarrollo tecnológico. Sin embargo la inversión no llega por decreto, se ubica donde es rentable, y para hacerla rentable, requiere de incentivos: ofrecer infraestructura de calidad, seguridad, estabilidad política y buen gobierno. Existe el potencial para crear un círculo virtuoso del crecimiento económico y la generación de empleos a través del desarrollo de clústeres como el automotriz, agroalimentario, metalmecánico, turismo de negocios, tecnologías de la información, entre otros.

La estrategia sugerida, sencillísima de enunciar, que no de implementar, se complica y se convierte en un gran desafío, pues requiere de un diseño inteligente, así como de la participación activa de los empresarios locales, las universidades y los funcionarios públicos. Los tres pilares en los que descansa son el diseño de un programa integral de promoción de inversiones nacionales y extranjeras, un mejoramiento de la infraestructura municipal a través de inversión pública, y una colaboración estrecha entre los sectores público y privado. Reitero al lector que paciente haya leído hasta aquí, que la estrategia contemplada no significa, por supuesto, descuidar la parte social y de gobierno, sino dar prioridad al crecimiento económico en el corto plazo, a través de la atracción de inversiones.

(Economista)

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: FRANCISCO JAIME

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1352370

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx