Columnas Social

LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA

Juan Recaredo

Los apellidos de San Pedro

Muy cerquita de mi querida ciudad de Monterrey, dentro de su área metropolitana, se ubica San Pedro Garza García, N.L., un municipio que se distingue nacionalmente por ser uno de los que tiene mayor potencial económico en el país. Pero el topónimo o nombre geográfico de San Pedro Garza García con frecuencia provoca que algún despistado exclame al llegar: ¡Hasta que por fin supe cómo se apellidaba San Pedro! Por supuesto que no es así. ¿Cómo cree?

Hace más de 400 años, allá por la época en que se fundó Monterrey, San Pedro era el Valle de los Nogales. La costumbre de ponerles nombre de santos a las poblaciones hizo que luego se le adjudicara el del líder de los apóstoles, San Pedro, y a partir de entonces fue San Pedro de los Nogales.

Los apellidos le llegaron cuando el gobernador Genaro Garza García lo elevó a la categoría de villa, y "en agradecimiento", la población se adjudicó los apelativos de este señor al que se le considera como un benefactor del municipio.

Esa tendencia obsesiva de agregar al topónimo el nombre de algún prócer local con el objeto de honrar su memoria, ha causado muchas confusiones. Ahí tiene usted el caso de Dolores Hidalgo, Guanajuato, que antes de la llegada de los españoles era un paraje conocido como Cocornacán, que en el idioma de nuestros antepasados aborígenes significa: "Lugar donde se cazan tórtolas".

Luego, en la época de La Colonia, viene a ser la Congregación de Nuestra Señora de los Dolores y así pasan años y siglos hasta que llega el 16 de septiembre de 1810, cuando el Padre Hidalgo da ahí el Grito de Independencia, razón por la cual se le agregó a Dolores el apellido del sacerdote y ahora se llama Dolores Hidalgo. No, perdón, la gente le dice Dolores Hidalgo, pero el nombre completo con el que está registrada oficialmente la población es "Dolores Hidalgo, Cuna de la Independencia Nacional…". ¡De veras! Así se llama.

El asunto es que mucha gente se engaña creyendo que la población de Dolores se ubica en el estado mexicano de Hidalgo, pero no, está en Guanajuato.

Tal como se lo digo, hay muchos casos similares a éste que se prestan a confusiones. En el mismo estado de Guanajuato, se ubica San Miguel de Allende. Por la costumbre, en nuestro hablar cotidiano eliminamos la preposición y lo dejamos en San Miguel Allende.

Ese hecho aparentemente insignificante es suficiente para que haya quien suponga que el héroe de la Independencia se llamaba Miguel Allende, pero no, ¡qué barbaridad! El prócer se llamaba Ignacio, más precisamente le diré que fue bautizado como Ignacio María de Allende y Unzaga, nacido en esa población, que antes de él se llamó San Miguel el Grande. Hay que recordarlo muy bien, si no queremos cambiar el curso de la historia.

ESCRÍBALE A JUAN RECAREDO: [email protected].

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

¿Existe alguna diferencia en cuando se debe usar el verbo ver y cuando es mas indicado el verbo mirar? Fabián Sánchez, Santiago, N.L.

RESPUESTA:

Gramaticalmente, VER es simplemente poner los ojos en algo. MIRAR implica razonar o tener conciencia sobre lo que se está viendo. Sin embargo, en el uso cotidiano, aplicamos ambos verbos indistintamente.

El digestivo es una pastilla efervescente que sí hace una tormenta en un vaso de agua. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

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