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El uso de los insectos en la alimentación de los pueblos originarios

A la ciudadanía

MANUEL VALENCIA CASTRO

La mayoría de nosotros tenemos una idea lejana, quizá ninguna, de que en la dieta de nuestros antepasados se incluían los insectos como complementos alimenticios. En los códices prehispánicos y en otros documentos históricos de la conquista y la colonización española, se relata la degustación de gusanos, insectos y larvas, en ceremonias en las que la ofrenda principal era un platillo.

Desde luego su alimentación, a diferencia de lo que algunos piensan, era muy variada y se encontraba relacionada con la biodiversidad de su entorno. En algunos pasajes sobre la Nueva España, se describen de forma precisa el tipo de alimentos que se consumían y se exhibían en los grandes mercados como el de Tlatelolco, el de Monte Albán o el de Juchitán, destacando la variedad y colorido: "en los de origen animal se observaban numerosos pescados y mariscos, manatí, caracol de río, más de 247 especies de insectos, gallos de papada (guajolotes), faisanes, perdices, codornices, patos, venado, jabalí (puerco de la tierra), pájaros de caña, palomas, ardillas, liebres y conejos, perros (llamados tlalchichi), topos, ratas de campo, ranas, armadillos, monos, tepezcuintles, iguanas, tortugas y serpientes."

"Todos estos alimentos se exhibían en el mercado en un solo lugar, en otro lado se ofrecían los alimentos de origen vegetal entre los que destacaban los quelites, quintoniles, maíz, cacao, frijoles, semilla de amaranto o alegría (huauhtli), chile de diferentes especies, papas de varios tipos, aguacates, chilacayotes, huauzontles, nopales, alga espirulina, yerba santa o acuyo, achiote, la herbácea conocida como chipilín, epazote, palmitos, vainilla, chaya, jitomate, tomate, cebollín, ejotes, hongos, algas, verdolagas, malva, mezquite, flor de colorín, xoconostles y chayotes, así como una gran diversidad de flores y frutas."

El consumo de insectos en México llamó la atención de los españoles, Fray Bernardino de Sahagún relata el consumo de insectos, gusanos y flores: "...comían unas hormigas aludas con chiltécpitl. Comían también unas langostas que se llaman chapolin chichiahua; quiere decir "cazuela de unas langostas", y es muy sabrosa comida. Comían también unos gusanos que se llaman meocuilti chitecpin mollo; quiere decir "gusanos que son de maguey y con chiltecpinmolli", además de los gusanos: de maíz cinocuili y algunos acuáticos como el ocuiliztac, el atelepitz.

Antes de la llegada de los conquistadores, lo mexicas, mayas, mixtecos, zapotecos, entre muchos grupos étnicos, tenían una alimentación equilibrada y muy diversa. Combinaban el maíz, frijol y amaranto con proteínas de origen animal de diversas especies y una importante ingesta de insectos variados, hueva, verduras, flores, algas y gran variedad de frutas.

El consumo de insectos, conocido como entomofagia, aporta a la dieta principalmente proteínas: por ejemplo un chapulín o saltamontes contiene un 20 % de proteínas, comparable con el contenido de proteína de un filete de ternera de aproximadamente un 27 %.

Algunos gusanos que se consumían, y que se siguen consumiendo, pueden llegar a tener alrededor de 30 % y 80 % de proteína. Los insectos pueden aportar a la dieta humana otros nutrientes como las vitaminas, minerales y grasa.

En Mesoamérica, "los naturales comían el excauhuitli huevecillos de una mosca; los escamoles, huevecillos de hormigas; las hormigas llamadas chicatanas; las chinches acuáticas llamadas axayacatl y de estas chinches se comen sus huevecillos que dicen saben a caviar; los famosos ahuahutles. La chinche xamue que servía de condimento. En algunas regiones de Oaxaca hay una chinche grande a la que se le chupa el abdomen para extraerle una especie de miel y se le deja viva para que llene de nuevo el abdomen de ese líquido dulce. Los chapulines; los meocuili o gusanos blancos que se criaban en el maguey, y los tecaoli, de color rojo; otros gusanos de tierra llamados chilamuiles. Los jumiles, insectos pequeños que se comen vivos, condimentándolos con sal y limón. Los acociles y el mosco llamado axayacatl, eran el tributo de los lagos hoy desecados, entre ellos el de Texcoco. Los huevecillos del axayacatl llamados ahuahutle, se comían en tortas. Este sabroso platillo, los españoles acostumbraron a comerlo en los días viernes, cuando las carnes rojas no estaban permitidas. A su dieta de las libélulas, moscas, mosquitos, hormigas y gusanos, agregaron mariposas, orugas, pulgones y piojos."

Algunos de estos alimentos se siguen consumiendo actualmente, en lo personal he tenido la oportunidad de consumir una rica botana de chapulines preparados con chile y limón, acompañados con aguacate; en Tepozotlan consumí unos ricos escamoles; en Toluca me atreví a echarme un taco de jumiles vivos, sensación que aún no olvido, y desde luego los sabrosísimos gusanos blancos del maguey, éstos aquí en Torreón. Una copa de mezcal acompañada con la sal de gusano y limón, combina sin duda.

Aunque vivimos en la capital de la carne asada y la discada, no está de más hacerle un espacio a los riquísimos y nutritivos insectos, así nos iremos acostumbrando, es un decir, nada más.

(Se consultaron varios autores, incluyendo Wikipedia).

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