Cerca de 100 personas han muerto debido a la violencia, incluyendo algunos civiles, aunque las autoridades seguían tratando de evaluar la magnitud de la matanza. (ARCHIVO)
Las fuerzas filipinas ahora controlan la mayor parte de una ciudad en el sur de país, sitiada desde hace casi una semana por milicianos vinculados al grupo Estado Islámico, dijeron las autoridades el lunes.
Solo pequeñas áreas de Marawi están bajo control de milicianos tras seis días de enfrentamientos, dijo el brigadier general Restituto Padilla, portavoz de las fuerzas militares. En días recientes, atacantes armados han podido eludir ataques de helicópteros, vehículos armados y un sinnúmero de soldados.
Cerca de 100 personas han muerto debido a la violencia, incluyendo algunos civiles, aunque las autoridades seguían tratando de evaluar la magnitud de la matanza.
"Podemos controlar quien entra y quien sale, quien está o no está andando, y estamos tratando de aislar a estos focos de resistencia que han quedado", dijo Padilla.
El jefe de la Policía Nacional de Filipinas, Ronald de la Rosa, dijo que la operación toma tiempo porque Marawi es una zona urbana, lo que permite que los hombres armados pasen un de una instalación a otra y así no ser detenidos.
La crisis en Marawi, donde viven unas 200.000 personas, ha causado temor de que el extremismo esté creciendo en el sur de Filipinas, a la vez que grupos milicianos más pequeños se unifican y alinean con el EI.
El domingo, las fuerzas filipinas dijeron que ellos hallaron cadáveres en las calles, incluyendo restos de al menos ocho civiles que parecían haber sido ejecutados por milicianos.
La violencia hizo que el presidente Rodrigo Duterte declarara la semana pasada 60 días de ley marcial en el sur del país, donde un levantamiento separatista musulmán persiste desde hace décadas.
Padilla dijo el domingo que los restos de cuatro hombres, tres mujeres y un niño fueron hallados en una carretera cercana a la Universidad Estatal Mindanao en Marawi.
Otros ocho hombres fueron asesinados a balazos y tirados a un barranco el domingo en la villa Emi, en Marawi, dijo el policía Jamail Mangadang. Un papel firmado que estaba adjunto a los restos de los hombres indica que ellos fueron "traicionados por su fe", agregó. Mangadang identificó a estos hombres como civiles.
Marawi es una ciudad mayormente musulmana.
