Dixon sale ileso de aparatoso choque

Scott Dixon, quien había largado desde el primer puesto, quedó fuera de las 500 Millas de Indianápolis, tras sufrir una escalofriante colisión, en la que su bólido salió despedido por los aires y se impactó contra la cerca de seguridad, antes de partirse en dos.

Takuma Sato se convirtió en el primer japonés en ganar la carrera, Helio Castroneves terminó segundo y Fernando Alonso, quien debutaba en la competencia no pudo terminar debido a que se rompió su motor a 20 vueltas del final, el español marchaba en séptimo lugar.

Pese a la fuerza del impacto, el habitáculo del auto permaneció intacto y volvió a la pista, dejando una cauda de chispas y llamas. Así, el campeón de la temporada de 2008 en la IndyCar pudo salir por su propio pie, mientras el público lo ovacionaba.

El neozelandés caminó hacia una ambulancia y se izó la bandera roja en la carrera, para que las cuadrillas de trabajadores retiraran los restos del vehículo, esparcidos en un radio de decenas de metros.

"Sólo estoy un poco golpeado. Definitivamente fue un accidente muy duro", comentó Dixon. "Lo lamento por el equipo. Teníamos una gran oportunidad de ganar".

Las 500 Millas de Indianápolis han deparado emociones intensas para Dixon, quien logró las vueltas más rápidas en la clasificación desde 1996 para quedarse con la pole. En esa misma noche, esperaba en el carril de atención a los automovilistas de un Taco Bell, junto con su colega Dario Franchitti, y ambos fueron asaltados a punta de pistola.

Howard culpó por el accidente a Ryan Hunter Reay, quien trató de rebasarlo y lo obligó a que se desviara hacia la parte alta de la pista. El auto del inglés golpeó la barrera y se desplazó hacia el interior de la pista, donde Dixon lo embistió.

"Estábamos ahí, tratando de recuperar algunas vueltas, y Hunter-Reay se fue sobre mí", dijo Howard. "Me desvié, tratando de ser cortés. Pero se fue directo hacia mí".

Tras golpear el auto de Howard, el de Dixon voló. El impacto dejó un boquete en la cerca de seguridad. Un fotógrafo que estaba colocado en ese lugar se agachó justo a tiempo para evitar que lo golpeara el bólido.