Fortalece los vínculos

¿Estamos preparados para tener un hijo? Es una pregunta que todos nos hacemos en diferentes etapas de nuestra vida. En el caso de las personas que deciden adoptar, pareciera que la respuesta está más que confirmada, pero aún así debe de existir una base sólida a nivel emocional. La llegada de un bebé o un niño a la vida de una familia lo cambia todo, pues ya sea un hijo biológico o adoptado, el proceso de adaptación no es sencillo.

La adopción es un largo proceso que implica en primera instancia, hacerse el planteamiento sobre la posibilidad de adoptar, recabar información sobre el trámite, formular el ofrecimiento, prepararse y recibir formación sobre la adopción, realizar evaluaciones, ser aceptado como padre adoptivo, permanecer a la espera de la asignación del menor, el encuentro con él, la adaptación inicial y su integración en la familia. Todo este trámite viene acompañado de una gran carga emocional: dudas, alegría, temores, preocupación, etc.

Durante el proceso de adopción, las personas se someten a una rigurosa evaluación, en la que se debe especificar los motivos por los cuales se quiere adoptar y las expectativas sobre la experiencia de crianza y la vida familiar. Todo esto es importante tenerlo bien claro, pues por lo general las falsas expectativas pueden disolver la adopción.

Expectativas

Muchas parejas, tienen altas expectativas sobre la llegada de un hijo a su vida, Sin embargo, una vez que lo tienen, deben estar preparados para aceptar la diferencia entre el niño ideal que imaginaban y el niño real que vive con ellos. Si esto ya es difícil con un hijo biológico, con uno adoptado puede convertirse en una verdadera prueba para todos los involucrados, pues es una etapa de cambio en la que debe estar siempre presente la tolerancia, el respeto y el amor.

Aceptar al niño tal y como es, resulta primordial para que la adaptación se lleve a cabo de la manera más natural. Para ello se debe dejar a un lado las expectativas generadas para evitar frustración o decepción, y percibir el momento como lo que es: una etapa de transición, en la que toda la familia debe de estar involucrada.

Es muy importante conocer los antecedentes del niño adoptado: daños, traumas, vivencias, porque todo esto influye en su personalidad, su carácter, su manera de percibir la realidad y la convivencia familiar. Tener esta información permitirá a los padres adoptivos entender mejor al niño y saber si necesitan apoyo especializado a nivel familiar.

Los bebés y el vínculo de apego

Una de las mayores preocupaciones de los padres adoptivos es la formación de un vínculo con su hijo. Aunque puede ocurrir antes en algunos padres que en otros, los niños adoptados y sus padres pueden vincularse tan bien como lo hacen los padres biológicos con sus hijos.

En el caso de que el niño adoptado sea un bebé, es necesario establecer un contacto físico inmediato, como mecer al bebé y acariciarlo suavemente. Todo esto es necesario para que el bebé se acostumbre al olor y tacto de sus nuevos padres.

La formación del vínculo es una experiencia compleja y requiere su tiempo, no se puede forzar. A medida que los padres se sienten más seguros sobre todos los aspectos que implica la crianza, el apego se reforzará.

Un niño mayor

La adopción de un niño mayor puede implicar un reto más complejo en la adaptación. Estos son algunos de los factores que podrían complicarse al inicio de la convivencia:

Contacto. Una de las imágenes más comunes entre padres e hijos es el abrazo. Un niño adoptado podría estar reacio a este tipo de manifestación emocional, pero es importante darle su tiempo para que deje de sentir el abrazo como una amenaza. Paciencia es la palabra clave.

Empatía. La relación entre los padres y el hijo adoptado no debe necesariamente ser 'amor a primera vista'. Esto suele desarrollar culpa y temor a que nunca se sienta un lazo fuerte hacia el niño, pero se debe recordar que el vínculo se elabora poco a poco, no es una situación que pueda afianzarse de la noche a la mañana.

Sensación de abandono. Si el niño tiene más de cinco años, las experiencias y recuerdos son mayores, por tanto, gran parte de la rabia y el dolor sentido por las pérdidas y las separaciones podrían ser dirigidas a los padres adoptivos, quienes deben ser especialmente tolerantes con esta situación.

Enfermedad. Las visitas al médico pueden tener un toque de preocupación o ansiedad, pero esto es normal en todos los padres.

No hay que dudar en pedir ayuda

En ocasiones, más allá de las dificultades normales en un proceso de adopción, aparecen problemas que requieren el apoyo de un especialista. Se trata de situaciones en las que han aparecido problemas de adaptación escolar, social y familiar, dificultades en establecer vínculos afectivos, trastornos emocionales, de conducta, alimenticios, de lenguaje, etc. En estos casos, la intervención temprana de un especialista es fundamental para lograr fortalecer la unión familiar.

Requisitos institucionales para la adopción nacional:

1.- Exhibir en original o copia certificada, así como en copia simple los siguientes requisitos:

Solicitud de adopción debidamente llenada y firmada:

Acta de Nacimiento de los solicitantes

Acta de Matrimonio

En el caso de que los solicitantes tengan hijos, deberán presentar actas de nacimiento de los mismos.

Comprobante de ingresos para proveer la subsistencia y educación del adoptado.

Constancia de trabajo, misma que deberá hacer referencia al puesto de ocupa el o los solicitantes, las actividades que desarrolla en dicho puesto, su antigüedad y sueldo. En el caso de que los solicitantes estén imposibilitados a exhibir constancia de trabajo, deberán presentar una constancia contable, o bien, un documento privado u oficial del que se desprenda su actividad laboral, y el ingreso que perciben, así como el tiempo que se lleva realizando dicha actividad.

Comprobante de domicilio del o los solicitantes.

Constancia médica expedida por Institución oficial con interpretación de las siguientes pruebas de laboratorio: 1) Grupo Sanguíneo y Rh 2) Biometría Hemática 3) Química sanguínea de veintisiete elementos 4) VDRL (por sus siglas en inglés, “enfermedades venéreas” 5) VIH (Virus de la Inmunodeficiencia Humana 6) Examen General de Orina 7) Examen toxicológico de las siguientes sustancias: anfetaminas, cocaína, canabinoides, opiáceos y benzodiacepinas.

En su caso, certificado médico de imposibilidad para procrear.

Dos Fotografías tamaño credencial de los solicitantes.

Fotografías del domicilio a color y tamaño postal, en donde se deberá apreciar la fachada del inmueble, así como el espacio en que se ubique la sala, comedor, cocina, las recámaras y cada uno de los espacios.

Fotografía familiar y con familiares, tamaño postal.

Carta de no antecedentes penales de los solicitantes.

Dos cartas de recomendación expedida por personas que los conozcan, que no sean familiares, debiendo contener domicilio y teléfono, así como copia simple de identificación oficial de quien recomienda.

Estudio Socioeconómico y Psicosocial, los cuales serán practicados por la Procuraduría para Niños, Niñas y la Familia.

Currículum. Vitae del o los solicitantes.

Copia de la CURP e identificación oficial con fotografía.

Constancia de participación del Curso para Padres Adoptivos.

Requisitos Legales:

Persona mayor de edad y que tenga por lo menos 17 años más que la persona que trata de adoptar.

Consentimiento de quien ejerce la patria potestad, ante la Procuraduría o autoridad judicial competente.

El consentimiento de los ascendientes de los solicitantes de adopción plena.

En su caso, sentencia ejecutoriada de Juicio de Perdida de la Patria Potestad.

Si el adoptado es mayor de 14 años, su consentimiento otorgado ante la Procuraduría o autoridad judicial competente.

Capacidad Jurídica de los adoptantes.

Situación personal, familiar, social, médica y económica para determinar que son aptos y adecuados y de buenas costumbres.

Nombramiento de tutor especial, en su caso.

Fuentes: Pronnif, www.guiadelnino.com, http://revista.consumer.es/, www.kidshealth.org/, www.psicomed.es/