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Verdades y rumores

EL AGENTE 007

En medio del estira y afloja por los bloques y alianzas que se anuncian un día sí y otro también en la oposición, nuestros subagentes disfrazados de tambora morada nos reportan que en el escritorio de Javier Guerrero, candidato independiente a la gubernatura de Coahuila, hay dos carpetas con sendas propuestas. Una de ellas es la del morenista Armando Guadiana Tijerina, quien esta semana intentó, sin éxito, llevar al “Corcel Negro” a su corral. Dicen que esta propuesta incluye de entrada una posición en el gabinetazo del suspirante del sombrero en el remoto caso de que este resulte triunfador en la elección de 4 de junio.

Luego, para la elección federal de 2018, bien lo pudieran colocar como candidato a senador y colgarlo de la nueva ola de Pejemanía que se ha desatado. En el probable caso de que don Armando no gane, esta segunda vía se le mantendría abierta a don Javier. La otra carpeta es la del panista Guillermo Anaya, en la cual la oferta es la misma en su primera parte, pero muy diferente en la segunda. Como prácticamente todas las candidaturas para 2018 ya están amarradas en el PAN, la apuesta es que, de ganar don Memo, Guerrero se integre al “gabinetazo del cambio” y que ahí se mantenga hasta que llegue 2023, año en el que se renovará otra vez la gubernatura, para la cual pelearía pero ahora bajo los colores del PAN. Nada más que aquí hay un pequeño detalle y es que quien ya se apuntó para ir por la Silla Máxima del Palacio Rosa en esa fecha es el senador Luis Fernando Salazar, quien en esta ocasión se quedó en la raya, con berrinche y toda la cosa. O sea que, en caso de aceptar la oferta anayista, lo cual pudiera darle el triunfo a los panistas, don Javier tendría que enfrentar al Hooligan dentro de seis años. Ahí les encargo el pleitazo. En fin, esto no son más que especulaciones y puede ser que el “Corcel Negro” siga cabalgando por su camino independiente con todo y que sus posibilidades de triunfo son escasas, incluso menores que las de Guadiana, y que su campaña ni ha repuntado como se esperaba, según las encuestas. A propósito de este último punto, nuestros subagentes nos reportan que varios de los importantes empresarios que apoquinaron a la campaña del expriista, al ver que no crece a un ritmo más acelerado y ante las escasas tres semanas que faltan para la jornada electoral, han decidido cambiar de gallo y han comenzado a poner sus monedas en la charola de Anaya. ¿Será?

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Y ya que hablamos del suspirante de la coalición “Alianza Ciudadana por Coahuila” que encabeza el PAN, dicen que se siente tan seguro de su eventual triunfo que ya está mostrando claros signos de ese mal que aqueja a los que se quieren comer el pastel antes de la fiesta: el exceso de confianza. Y que fue eso precisamente lo que le ha llevado a cometer errores muy burdos como el del fin de semana pasado en un mitin en la zona norte de la provincia. Dicen que don Memo estaba tan emocionado frente a un público mayoritariamente femenino que no cuidó las formas y comenzó a hablar de más. En resumidas cuentas, lo que el candidato dijo es que como siempre el PRI y sus lideresas “les han dado chile” a las electoras, ahora a estas les toca darles lo mismo a las lideresas priistas y que eso es lo que les van a dar. Seguramente Anaya intentó causar gracia y motivar a la risa y aunque la expresión es bastante coloquial en la calle, tiene fuertes connotaciones sexuales y puede ser interpretada, en ciertos contextos, como una ofensa con carácter de género. Y así, efectivamente, fue como lo tomaron las priistas y demás integrantes de los partidos que conforman la coalición “Por un Coahuila Seguro” que lidera el PRI, quienes, representadas por Verónica Martínez, dirigente estatal del tricolor, presentaron una queja ante el IEC por violencia política de género. O sea que el “chistecito” de Anaya le dio armas a sus rivales para atacarlo y vender entre el electorado femenino que es propenso a actitudes misóginas. Y tal parece que las priistas no van a cesar su campaña hasta obligar a don Memo a que se disculpe. Ahora sí que, como cantaba Juan Gabriel, pero qué necesidad la del candidato de meterse en broncas de manera tan torpe. Pero, siendo justos, este tipo de expresiones y actitudes no son exclusivas de un solo partido, sino que se presentan en todos e, incluso, en el PRI. Por lo que sería bueno que este último partido, además de denunciar la suciedad de los de la casa de enfrente, también comenzaran a barrer su banqueta en ese sentido.

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Una nueva religión está surgiendo, aunque se desconoce aún quién es su profeta. Se trata del priismo que se ha organizado ya como Iglesia Revolucionaria Institucional. Y aunque esto parezca una broma excesiva, algo tiene de sustento. Resulta que en puertas y ventanas de varios domicilios de Saltillo han aparecido unas extrañas leyendas que tienen como objetivo alejar a los que profesan otra fe. Sí, como aquellos que colocan los católicos y que dicen más o menos así: “Este hogar es católico, no aceptamos propaganda protestante ni de ninguna otra secta. ¡Viva Cristo Rey!”. Y por lo regular, el mensaje va acompañado de una imagen de Jesucristo. Pues bien, los priistas han hecho la suya propia cambiando ligeramente el mensaje y también la imagen. En el cartel de los tricolores se lee: “Este hogar es priistas, no se aceptamos propaganda panista ni de otros partidos. ¡Viva el PRI! ¡Viva Colosio!”. Y la imagen es, ya sabrá usted, del santo laico de los revolucionarios institucionales: Luis Donaldo Colosio, es decir, el Cristo de los tricolores, o algo así. Con estas demostraciones de fe, surge una duda: si para los católicos la misa es el acto colectivo que reafirma su identidad religiosa, ¿cuál será el de los priistas? Algunos maldicientes aseguran que son las fiestas y entregas de apoyos patrocinados por el erario -o sea, el bolsillo de los ciudadanos-, como la organizada al alimón entre el Simas y los riquelmistas esta semana en beneficio de las mamás en un conocido club social y deportivo del norte de la ciudad, o la que se está convocando para apapachar a la comunidad LGBT con bebidas gratis para todos los asistentes. Extrañas cosas las que a uno le toca ver en estos tiempos electorales.

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Por si faltaba algo más para aumentar las dudas sobre la capacidad e imparcialidad del árbitro electoral en Coahuila, ayer se dio a conocer que otro consejero del IEC fue porrista del PRI. Se trata de Gustavo Espinosa, quien hace seis años fue un activo promotor de la campaña “Más mejor” del entonces candidato priista a la gubernatura, Rubén Moreira. En una primera instancia, don Gustavo negó que esto haya sido así, pero luego le sacaron varias fotos y videos en donde se ve muy contento apoyando la campaña del ahora gobernador. Tal vez ahora diga que él sólo iba pasando por ahí, casualmente. Este nuevo hecho se suma a las dudas que existían sobre una posible penetración del gobierno estatal en la estructura del Instituto Electoral de Coahuila. Hay que recordar que hace unos meses el consejero Alejandro González fue balconeado sosteniendo conversaciones virtuales con el primero operador del estado, David Aguillón, quien prácticamente le dictaba la agenda. No es de extrañar que, en este contexto, cada vez sean más las voces de quienes piden que el INE se haga cargo de la elección estatal.

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Del otro lado del Nazas, todo parece indicar que el asunto de las sanciones contra los traviesos del pasado quedó en llamarada de petate, al menos por ahora. Y es que, según dicen, la alcaldesa de Gómez Palacio, Leticia Herrera Ale no tiene pensado tomar medida alguna en contra de sus antecesores y exfuncionarios de pasadas administraciones que anduvieron haciendo travesuras con el erario, pese a que en su momento se dijo que las auditorías que se practicaron a las gestiones de hasta siete años atrás habían detectado “graves” irregularidades. Y, como para desmarcarse de este incumplimiento, el Cabildo acordó esta semana solicitar a la Entidad de Auditoría Superior del Estado los avances en la revisión a los resultados de dichas auditorías, y para que finque las responsabilidades contra quienes hayan cometido dichas irregularidades. La postura de la administración municipal es que a la Entidad, dependiente del Congreso del Estado, le corresponde sancionar estos casos, por lo que se dejará en manos de dicha instancia toda la responsabilidad de ejercer la ley y aplicarla contra los exfuncionarios. O sea, ya estuvo. Esto, pese a que como gobierno municipal también está facultado para presentar las denuncias correspondientes, sobre todo teniendo todos los elementos que le aportaron dichas auditorías y que hacen referencia a un daño patrimonial considerable durante los últimos siete años. Facultad que no están tan dispuestos a ejercer, por lo visto. Habrá que ver por qué.

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