Se quitan el pelo. Las mamás conejo dejan su pelaje para cubrir del frío a las crías recién nacidas.
La crianza de conejos ha unido más a la familia de Elidia Valenzuela Díaz y a otras 17 madres de familia de León Guzmán, Durango.
Los planes de vida de estas mujeres trabajadoras se han transformado, pensando ahora en bajar recursos federales para instalar un rastro para conejos y una granja de mayor tamaño, envasar la carne al alto vacío, tener una marca propia y vender el producto a otras entidades y por qué no a otros países.
Elidia es madre de familia con cuatro hijos y es abuelita de 4 pequeños. Además de realizar sus tareas del hogar, atender a su esposo, hijos y nietos, ahora tiene que encargase también en criar sus 20 conejas y multiplicar el número de conejos.
En 2015 ella decidió apuntarse dentro del Programa Componente el Campo en Nuestras Manos de Sagarpa, en donde junto a su hija María de Jesús Veliz solicitaron un apoyo para iniciarse en la crianza de conejos y huertos familiares.
La entrega de un módulo de apoyo con 3 hembras y un macho ha permitido a Elidia junto con sus dos hijas ver los resultados de su esfuerzo y trabajo, por lo que tienen grandes planes para que su negocio crezca como la espuma. Ahora forman parte de la Asociación de Mujeres Emprendedoras de León Guzmán.
Relató que nunca pensó tener estos buenos resultados cuando metió la papelería junto con su hija María de Jesús. "No pensamos que nos dieran nada, éste es el primer apoyo que recibimos algo."
El proceso duró 3 meses el trámite y cuando les llegó estaban asombradas.
NIÑOS INTEGRADOS
Elidia Valenzuela relató que los niños estaban muy contentos al recibir los conejos y a las mujeres de la casa el material para el huerto.
Aunque los pequeños lloraban cuando se sacrificaban los conejos, dijo se les explicó a ellos por qué tenían que hacerlo, por lo que han entendido el negocio y ahora ayudan en la alimentación de los conejos.
Luego de recibir la capacitación técnica para criar conejos y el huerto, ahora la familia come diariamente verdura fresca del día, cortada del huerto. Desde calabazas, ejotes, chícharos, cebollas, verdolagas, chile, entre otros. En ocasiones si hay excedentes se regala la verdura o se vende en mercados, lo cual es un dinero extra.
El comer carne de conejo también ha beneficiado a la familia completa, ya que los beneficios de este tipo de carne han ayudado a los adultos mayores y niños.
DINERO EXTRA
Elidia Valenzuela relató que la vida también le cambió a ella y a sus dos hijas, quienes le ayudan en el cuidado de la pequeña granja.
Su hija Blanca tiene una niña y gracias a la crianza de conejos ha logrado mejorar su calidad de vida y dejar su empleo en un banco y dedicarse a su familia y a criar conejos.
Blanca dijo que gracias a que el negocio ha crecido y que la producción de conejos ha ido en ascenso, esto le permitió tomar la decisión de dejar su empleo, en donde pasaba gran parte del día y no podía ver a su pequeña.
Relató contenta que ahora puede cuidar de tiempo completo a su pequeña y ayudar en la granja. Ella junto con su hermana María de Jesús, quien tiene 3 niños también, tienen grandes planes junto con su mamá, piensan en grande y lo mejor de todo lo ven posible: tener una granja y una segunda granja con conejos.
María de Jesús es madre soltera de tres pequeños. Ella confió en el proyecto desde 2015, ya que buscaba mejorar su situación económica para sus pequeños. Relató que debido a que su hermana trabajaba todo el día en el banco, ella le ayudaba a cuidar a su pequeña.
Por su parte, Elidia Valenzuela comentó que su esposo es campesino y se dedica a las labores del campo. A partir que logró unirse con las 18 mujeres que tienen conejos el negocio ha ido en ascenso, viendo ahora mayores oportunidades de hacer crecer la venta de carne, de chorizo, de jamón de conejo y en un futuro curtir las pieles para su venta.
Dijo sentirse muy contenta por poder tener un dinero extra para cubrir sus gastos, tanto los de ella como el de sus hijas.
Señaló que se siente bien el poder tener esta independencia económica, pero sobre todo estar trabajando para lograr en el futuro mejores cosas no sólo para su familia, sino para todas las mujeres que conforman la asociación de Mujeres Emprendedoras de León, Guzmán.
Ahora, las puertas se han abierto para lograr un contrato con la Universidad de Chapingo, en donde cada 15 días venden carne fresca de conejo.
Relató que todos se emocionaron al lograr este primer contrato de venta grande. Esto, dijo, permitirá tener un dinero extra y esto ayudará en la educación de los niños.
"Toda la familia se ha involucrado y ven con buenos ojos y hay más comida sana".
Una madre realizada
María Elena Olvera Espino tiene el cargo de vigilancia en la asociación Mujeres Emprendedoras de León Guzmán. Ella es ama de casa, tiene dos hijos (21 y 14 años) y su esposo es jornalero.
Anteriormente, aunque también se dedicaba a labores de ama de casa y a la crianza de cerdos, ahora se dice contenta por criar conejos.
Dice que está contenta por los resultados que ha tenido al incursionar en esta nueva actividad, manifestando que ahora son mujeres empresarias y buscan en grupo vender más.
"Mi sueño particular es curtir la piel de conejo y hacer un nuevo producto con valor agregado, pero requerimos de capacitación".
Por su parte, Reyna Rodríguez tiene 70 años. Es viuda y tiene a su cargo 3 nietos. Comenzó en la actividad en 2016 y espera tener buenos resultados en la crianza de conejos, lo cual le permita mejorar su situación económica para dar educación a sus nietos.
Gracias a la pensión ha logrado sobrevivir hasta ahora, por lo que sueña progresar para salir adelante con sus nietos.
MADRES
De familia más participan en el proyecto de criadero.
