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Día de la Madre

Irresponsabilidad compartida genera madres adolescentes

COAHUILA ES EL ESTADO QUE ENCABEZA LA LISTA NACIONAL DE EMBARAZOS DE MENORES DE EDAD

Al alza. La Encuesta Intercensal 2015, elaborada por el Inegi, registró 400 mil embarazos de mujeres de entre 15 y 19 años.

Al alza. La Encuesta Intercensal 2015, elaborada por el Inegi, registró 400 mil embarazos de mujeres de entre 15 y 19 años.

ELIA BALTAZAR

Cada día nacen casi mil bebés de mujeres de entre 10 y 19 años. Son adolescentes y jóvenes que se convierten en madres por la falta de prevención, acceso a métodos anticonceptivos, violencia de pareja y la poca corresponsabilidad de los hombres en el ejercicio de la sexualidad y la salud sexual y reproductiva.

Ese ejercicio de la "masculinidad", como la llaman los expertos, es uno de los factores que el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) identifica como causa del embarazo adolescente, aunque advierte también razones culturales, sociales, educativas y económicas.

"La violencia y el poder que ejerce el hombre sobre la mujer conlleva a relaciones sexuales sin protección, aunque las adolescentes quieran utilizar un método anticonceptivo", dice Mariana Mancilla, integrante del programa "Jóvenes en Acción por Nuestros Derechos", de la Red Balance.

La Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica (ENADID) 2014 reportó que una de cada tres mujeres adolescentes (29.3 %) del grupo de 15 a 19 años ya inició su vida sexual y 16.4 % declararon ser sexualmente activas. Pero casi la mitad (44.9 %) de estas últimas declararon que ella o su pareja no utilizaron algún método anticonceptivo en su primera relación sexual.

El rol de la masculinidad también está enunciado en la Estrategia Nacional para la Prevención de Embarazo en Adolescentes (ENAPEA), que el gobierno federal puso en marcha en 2015 para revertir los altos índices de embarazo entre mujeres de 10 a 19 años.

Sin embargo, "no hay proyectos que permitan un desarrollo de la corresponsabilidad masculina", afirma Ángel Ruiz, investigador del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir (ILSB).

Los esfuerzos por parte de los gobiernos federal y estatales resultan insuficientes, dice, "si la responsabilidad se le atribuye únicamente a la mujer".

El investigador afirma que hasta ahora poco se ha tomado en cuenta la responsabilidad de los hombres en la salud sexual y reproductiva, y en el embarazo. Pero "mientras no haya corresponsabilidad entre mujeres y hombres en cuanto a su vida sexual -advierte- no funcionarán las políticas públicas por más ambiciosas que sean".

Por eso Mancilla señala que "es tiempo de involucrar a los hombres en el ejercicio de la sexualidad y en las relaciones".

VACÍOS EN LA ESTRATEGIA DE PREVENCIÓN

La Encuesta Intercensal 2015, elaborada por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), registró 400 mil embarazos de mujeres de entre 15 y 19 años, y 10 mil de menores de 15 años. Estas cifras indican que 7.8 % de las adolescentes entre 12 y 19 años ya ha procreado, y 85.2 % de ellas tiene sólo un hijo.

Frente a esas estadísticas, el gobierno federal puso en marcha la ENAPEA, como una política social prioritaria que, sin embargo, no ha contado con los recursos suficientes para abatir las cifras de embarazo adolescente.

"La ENAPEA nunca ha tenido dinero", dice Mancilla, de la Red Balance, quien considera que es muy pronto para evaluar los resultados de esta estrategia que tiene dos objetivos: disminuir 50 % la tasa de mujeres embarazadas de 15 a 19 años y erradicar el embarazo en adolescentes de 10 a 14 años, en un plazo de 15 años que se cumple en 2030.

"Son claras las metas de largo plazo de la ENAPEA, pero no exige resultados de corto plazo", afirma Ruiz, del ILSB. "Hay vacíos en la estrategia que contribuyen a que el índice de embarazo adolescente siga aumentando", asegura.

 COAHUILA ENCABEZA LA LISTA NACIONAL

El ámbito rural y de bajos ingresos concentra 70 % de los embarazos adolescentes y la Ciudad de México reporta 14 % del total nacional, colocándose en el último lugar de la lista nacional que encabeza Coahuila, con 22 %. A esta entidad le siguen Chihuahua con 21.4 % y Durango con 21 %.

Ruiz, del ILSB, afirma que las campañas de comunicación social y muchos de los programas de la ENAPEA están dirigidos a una población adolescente urbana, mientras los adolescentes de las comunidades rurales quedan fuera de la estrategia.

La ENAPEA además no considera a los adolescentes que hablan alguna lengua indígena, dice el investigador, pues los materiales sólo se encuentran en español, y el personal tampoco está capacitado para brindar atención a estas comunidades.

Esto representa un problema en estados con población indígena, como Yucatán, Chiapas, Oaxaca, entre otros, pues carecen de personal calificado y la información no llega de manera adecuada y oportuna.

Por eso los especialistas consideran que es necesario fortalecer las capacidades del personal administrativo y médico que brinda atención sexual a los adolescentes, pues en muchas clínicas los cuestionan y juzgan.

"Muchos no conocen las normas oficiales básicas para atención de violencia sexual, por ejemplo, lo cual es fundamental para la atención de embarazos producto de violaciones", dice Ruiz.

Mancilla, por su parte, dice que es importante que los adolescentes se sientan seguros y en confianza. "Las personas adolescentes no se acercan a los servicios de salud porque todavía hay muchas barreras estructurales y culturales que les impiden acudir".

 ESTADOS DEBEN APOYAR A ENAPEA

La falta de presupuesto para la ENAPEA ha debilitado la confianza en sus resultados. No obstante, Mancilla y Ruiz consideran que es una política pública importante porque atiende a un sector vulnerable.

"Reconoce la necesidad de brindar educación integral de la sexualidad a los adolescentes para que puedan decidir sobre su plan de vida y el ejercicio de su sexualidad", dice Mancilla.

Pero desde su puesta en marcha, afirma, ha funcionado sin recursos y sólo "por el interés y la buena voluntad de las instancias que han visto la manera de sacar recursos para poder hacer estrategias y acciones", asegura Mancilla.

Ruiz y Mancilla coinciden en la ENAPEA necesita de un presupuesto específico, y no que las dependencias sacrifiquen presupuesto para realizar las actividades que contribuyan con el objetivo de la estrategia.

Ruiz afirma que sólo el Consejo Nacional de Población (Conapo), el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y la Secretaría de Salud, a través del INSP, destinan recursos para la ENAPEA, afectada por los recortes presupuestales del gobierno federal.

El ILSB documentó que en 2015 el presupuesto asignado a la ENAPEA fue de 23.4 millones de pesos y en 2016 se redujo 45 % para quedar en 12.5 millones.

Por lo anterior, Ruiz considera que debe haber una asignación presupuestal para los estados, y no que la Federación concentre los recursos.

"Los estados con deuda y poco presupuesto no le van a dar la atención que requiere la ENAPEA, pues tienen otras prioridades antes que la prevención del embarazo adolescente", dice.

Ruiz y Mancilla coinciden en que los gobiernos estatales deben coordinar la estrategia, pues estos aplican las acciones.

"Hace falta mucho trabajo y una voluntad política que se traduzca en presupuesto", concluye Ángel Ruiz, del ILSB.

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