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CRÓNICA LERDENSE

La acequia del Municipio de la calle Coahuila

En la primera imagen, la acequia del municipio que nace en la parte lateral derecha del Tlahulilo; enseguida, parte de  su recorrido por la calle Coahuila rumbo al norte.

En la primera imagen, la acequia del municipio que nace en la parte lateral derecha del Tlahulilo; enseguida, parte de su recorrido por la calle Coahuila rumbo al norte.

JOSÉ JESÚS VARGAS GARZA, CRONISTA OFICIAL DE LERDO

Dichosos aquellos tiempos en que los lerdenses nos divertíamos y deleitábamos con la fruta de las famosas huertas de nuestro pueblo, es la nostalgia que nos hace recordar en los años 50→ s del Siglo XX, en que la población de Lerdo disfrutaba las huertas de frutales, como las higueras, manzanos, ciruelas, zarzamora, fresas, mísperos, duraznos, chabacanos, granadas y limoneros. Venían familias enteras de Torreón y Gómez Palacio en tiempo de su cosecha, quienes se trasladaban en el tradicional tranvía, era más prolífica las visitas el sábado y domingo, en el interior de las huertas comían toda clase de fruta por 1 peso, y si querían llevar para sus casas pagaban 2 pesos. Otros visitantes venían a pasearse y disfrutar del clima agradable de los paseos públicos. La Ciudad se hizo muy famosa por sus higos pasas, recibiendo el nombre de los viejitos de Lerdo y traspasando las fronteras comerciales fue mencionada como la metrópoli de los higos.

En esos tiempos la Avenida Coahuila era una arteria amplia por donde corrían las dos acequias, por el lado izquierdo la del Municipio y al derecho la de San Antonio, y se conservaban los grandes ejemplares de árboles que se encontraban de sur a norte, era una protección natural de la ciudad contra los fuertes vientos y tolvaneras, mismas que se rompían al chocar con los frondosos árboles verdes criaturas de la naturaleza. La acequia de San Antonio desde su nacimiento lindaba con los terrenos de la hacienda, después las parcelas del Ejido Lerdo, así mismo en su tiempo esta acequia irrigaba los viñedos de la hacienda, que para 1900 los rentaba a don Amadeo Sagüi, originario de Italia, además algunos huertos propiedad de vecinos del barrio famoso de los Dos Puente. Bien recuerdan los románticos lerdenses de la acequia que emanaba de la del municipio, que nacía en los Lavaderos Públicos ubicados al sur de la calle Juan E. García, la que una vez que pasaba por el medio de los 80 lavaderos, de donde la gentes utilizaba el agua para la asear la ropa, continuaba por la calle Pino Suarez y volteaba hacia el norte por la Av. Donato Guerra, esa acequia era muy vistosa, con sus grandes ejemplares de árboles y en sus orillas se mezclaban en el agua toda clase de plantas silvestres, como la flor de la amapola, zarzamora, lengua de vaca, etc.

En la ciudad las acequias formaban parte de sus tradiciones e identidad, esta cultura se empieza a perder al pasar los años cuarenta, con la modernidad mal interpretada por las autoridades de aquellos tiempos, con motivo de la iniciación de la urbanización como el drenaje y el pavimento, afectando también el empedrado de las calles, al mismo tiempo toda la infraestructura hidráulica antigua con la que se regaban las huertas. En esos tiempos las casas habitación que se encontraban dentro de la zona urbana y que colindan con la avenida Coahuila habían respetado los 3 metros de los derechos de vía de ambos canalitos. Para 1959 la SARH rehabilita del sistema hidráulico de los canales de riego de la Laguna, auspiciando obras de rehabilitación, obras que se llevaron a cabo en 1960, sustituyendo el Canal de Tlahualilo de tierra, por un nuevo trazo al lado lateral del anterior enlozado de cemento, desde la boca en la Presa de San Fernando hasta las tierras ejidales del pueblo de Tlahualilo. Con tal motivo la bocatomas de la acequia del Municipio y en ese tiempo la acequia de San Antonio había desparecido por el desuso, razón por lo cual la bocatoma de la acequia se construyó en la parte lateral derecha del nuevo canal de Tlahualilo, precisamente donde nace la avenida Coahuila.

Todavía en los años de 70→ s del siglo XX se regaban los parques y parcelas ejidales con agua rodada del río Nazas. La acequia del Municipio que aun corre una parte de la calle Coahuila, hasta 1982 sirvió para el riego de 920 Has. de parcelas del Ejido Lerdo, 52 huertas urbanas, el Parque Victoria, y el Vivero Forestal de la SARH, contaba originalmente con una longitud de 7800 metros lineales, y un gasto de 3 metros cúbicos de agua por segundo, quedando en desuso 4,800 metros con la entrada en uso del canal lateral derecho del Canal principal Santa Rosa Tlahualilo, aunado a eso, se regaban algunas huertas paralelas a la calle Coahuila y el lado lateral derecho del Bulevar Miguel Alemán que irriga los árboles de una longitud de 1200 metros. Debido a esa situación la acequia de la Coahuila se redujo a una longitud de 3000 metros, desde su inicio hasta el entronque con el boulevard Miguel Alemán.

El agua rodada para los cultivos en la Laguna era soltada de las presas los primeros días del mes de marzo durante aproximadamente entre 20 y 25 días, teniendo luego una interrupción de 20 días hasta el primer riego de auxilio, después de lo cual ya no se interrumpía hasta el mes de agosto, contabilizando pues, se tenían solo cinco meses efectivos de agua y siete meses en que se utilizaba otro medio de riego siendo el más fácil. Por eso en el año de 1982 el personal que atendía el vivero Forestal de la SARH, después de un estudio técnico dejo de regar esa área con agua rodada para irrigar con agua de noria, que resultaba más seguro con un método racional y uso eficiente de la misma

Para 1995 la calle Coahuila desde su nacimiento en el canal revestido Santa Rosa-Tlahualilo, ya se encontraba la mancha urbana de las colonias, y debido al enajenamiento de los terrenos sobre el canal que hizo el Ejido de Lerdo provocó una mal trazada e ingrata urbanización, propiciando desde luego la construcción de casas sin ningún control urbano y que la autoridad municipal de ese entonces hizo caso omiso; de repente aparecieron bardas de ladrillo invadiendo la calle, con lo cual los colonos aprovechados crearon derechos de propiedad mal habida. Así algunos propietarios de las casas laterales a la Acequia Coahuila ampliaron sus propiedades violando los derechos de vía y algunas casas sobre el canal y en diferentes tramos el casateniente le dio el tránsito al agua según le convino (tubo de concreto de 6 a 8 pulgadas). Esos asentamientos lo formaban una gran cantidad de habitantes, que utilizaron la acequia como depósito de basura y toda clase de objetos, provocando que el canal quedara totalmente enzolvado, aparte de que en los meses de marzo a agosto crecía bastante la hierba y el pasto agravaba el transito normal del agua.

Así es como las grandes arboledas que en ese tiempo se conservaban al pie de la acequia de la Coahuila empiezan a deteriorarse y a secarse, en vista de que el agua que corría por el canalito que alimentaba esta gran área ecológica y las pocas precipitaciones de lluvia de temporada fueron escasas, y con la poca cultura y responsabilidad de los vecinos que habitaban a los lados de este sistema hidráulico, con su modo de ser estaban por terminar con una fábrica natural que produce oxigeno que da vida y que nos dejaron de herencia nuestros antepasados para que los cuidáramos. No se justificaba por un simple capricho y deseo de los humanos de realizar una urbanización que va en contra de los bienes naturales, debido a ese problema la comunidad lerdense empezó analizar esa anomalía, así mismo las autoridades municipales tomaron su papel para resolver con afinidad un conflicto que se estaba convirtiendo en político.

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