CRÓNICA LERDENSE

La acequia del Municipio de la calle Coahuila

En la arteria histórica de la Corona, hoy Coahuila que fue tomada en el primer trazo de urbanización de la Villa Lerdo de Tejada en el año de 1864, en que corrían por la antigua calle Corona (hoy Coahuila) dos canalitos de tierras que nacían en la Presa de San Fernando, cruzaban la ciudad de sur a norte, a los cuales los bautizaron como del Municipio y el otro como San Antonio, ambos como límite entre la floreciente Villa y la Hacienda de San Fernando, en las orillas se encontraban centenares de frondosos árboles de fresnos y álamos, desde donde le decían el Sifón hasta lo que hoy conocemos como el bulevar Alemán. También la calle Corona fue escenario en 1910 de la batalla del Puente Blanco que se dio en noviembre de 1910, entre guerrilleros maderistas contra el ejército federal de Porfirio Díaz. En tiempos mozos era placentero recorrer esta vía de tierra tan llena de aire y oxigeno limpio, siendo parte de la reserva ecológica con la cual fue reconocido Lerdo por propios y extraños, como el Vergel Lagunero o Ciudad Jardín por excelencia.

Debemos recurrir a la historia para tener un semblante más amplio para darnos cuenta de lo que nos legaron nuestros antepasados como herencia ecológica para nuestra querida ciudad, que, de acuerdo con informes recabados, el 25 de agosto de 1879 se concertó un convenio de los nuevos límites de la Villa de Lerdo, suscrito entre el Sr. Juan Nepomuceno Flores y Alcalde y el Coronel Vicente Carreón como Jefe Político de la Villa Lerdo de Tejada, testimonio en el Registro Público de la Propiedad de Lerdo, registrado con el No. 62, donde estipula la cláusula 6ª. de que el Sr. Flores da en arrendamiento perpetuo al Ayuntamiento de la Villa para usos Públicos, dos surcos de agua de la presa de San Fernando, por la pensión anual de treinta pesos cada surco, además a arrendar a particulares que tuvieran propiedades urbanas en la Villa, hasta otros seis surcos de agua en iguales términos.

En la arteria histórica de la Corona, hoy Coahuila que fue tomada en el primer trazo de urbanización de la Villa Lerdo de Tejada en el año de 1864, en todo ese tramo de la avenida, se construyeron estas obras hidráulicas a las que se suministraba agua rodada procedente del Río Nazas. Es así como desde ese tiempo los lerdenses se dieron a la tarea de plantar infinidad de ejemplares de árboles, como fresnos, álamos, ahuehuetes, etc., por las orillas de las acequias que pasaban por el centro de Lerdo, allí surgieron los grandes y frondosos árboles en sus plazas y parques. De la acequia del Municipio, se dio el nacimiento a otras que fueron construidas en diferentes calles y avenidas del centro de la Ciudad, en la que en una gran superficie de su cuadro urbano se conformaron las grandiosas fincas con sus huertas familiares de la Villa y después de la Ciudad, las cuales se regaban todo el año con las tandas y estiajes de agua rodadas surgidas de nuestro Nilo lagunero, donde había árboles frutales, ornato y flores: como las higueras, manzanos, ciruelas, zarzamora, fresas, mísperos, duraznos, chabacanos, granadas. Después el vivero forestal y la gran vegetación que se propago en la ciudad Lerdo, fueron los principales pulmones que daban oxigeno limpio que dieron el origen al bonito clima, razón por lo cual a Lerdo le asignaron el nombre de vergel lagunero o Ciudad Jardín.

En 1910 la acequia de la Coahuila se convirtió en histórica, con motivo del surgimiento de la Revolución Maderista suscitado en las ciudades de Lerdo y Gómez Palacio, se llevaron a cabo tiroteos por los rebeldes guerrilleros contra el ejército federal de Porfirio Díaz, en el recorrido del camino para trasladarse de Lerdo a Gómez Palacio, en el cual se ubicaba la acequia de San Antonio y por ende filas de árboles de frenos por ambos lados, prosiguiendo un combate en el crucero de la acequia del municipio en el lugar donde existía un puente blanco. Al hacerse el enfrentamiento los maderistas se parapetaron en adentro de las dos acequias por más de 20 minutos, para después salir huyendo por dentro de los bordos de las acequias, replegándose por toda la hoy calle Coahuila hasta el punto de las compuertas del Tlahualilo, que se encontraban en la presa de San Fernando.

Las aguas que rodaban por esas acequias fueron concesionadas en el año de 1895 de acuerdo con un reglamento de distribución General de Aguas del Río Nazas, y que fueron aplicadas por la Comisión Inspectora del Nazas, invalidando así los llamados surcos de agua que se concertaron por Juan Nepomuceno Flores y el Ayuntamiento de la Villa de Tejada en 1879. El sistema de agua de la acequia de la Coahuila en aquel entonces se distribuía a los usuarios propietarios de las huertas que se encontraban en las manzanas urbanas, éstos se habían acostumbrado a manejar el agua haciendo uso de los "cruceros" tierra, al tomar la tierra del lugar más cercano, ocasionaban con ello muy serios perjuicios a las calles.

Para que el reparto del agua de río Nazas fuera más controlada entre los usuarios pertenecientes al Municipio de C. Lerdo, la Tercera Zona de Aguas realizó obras de construcción en las bocatomas de sus acequias de acuerdo con las disposiciones que señalaba el reglamento respectivo, habiéndose comisionado por el jefe de la Tercera Zona de Aguas, al Ing. José Valenzuela para que asesorara la construcción de las obras de concreto y por cuenta de la Junta de Aguas de Ciudad Lerdo, las cuales una vez terminadas los usuarios deberían de reintegrar a la Junta la cantidad que se haya gastado en la construcción de las compuertas respectivas. Para 1919 existían en la Centro Urbano de Lerdo 136 huertas familiares, que eran explotadas por habitantes muy conocidos de la sociedad lerdense, como: Dolores N. Vda. De Galindo, Cirilo Reyna, Sostenes Gallegos, José Estabané, Pedro Meraz, Amadeo. G. Sagüi, Zenón Rodríguez, Antonio Gilio, Félix Ramírez, Longino González, Genaro Estupiñán, Rosalío Ceballos, Manuel Olivar, Ramón Bretado y Luis Araujo.

El Ing. Manuel Bancolori jefe de la Comisión Inspectora del río Nazas que se encontraba en Cd. Lerdo, realizó un proyecto de Reglamento de aguas para Ciudad Lerdo, que aprobó la presidencia municipal de don Calixto Barbosa con algunas modificaciones. Estas fueron otras de las medidas que se tomaron para que los usuarios se preocuparan en mejorar su sistema de distribución del agua, disminuir los gastos de la conservación de las acequias y en general la aplicación de medidas para cumplir con sus obligaciones y procurándose mejoras que sólo redundaron en beneficio de los propios usuarios. Así también se construyeron puentes sobre las bocacalles por donde pasaban las acequias, que regaban las huertas, plaza, parque y plazuela. Así fue como nacieron los dos puentes de la calle Hidalgo y Coahuila, que actualmente se conoce con ese nombre al famoso barrio que todavía existe pegado a la hoy Calzada Guadalupe Victoria.

En 1926 resultaron conflictos entre los Ayuntamientos de Lerdo y Gómez Palacio,

Por la concesión de las aguas del Nazas y por el cobro de las cuotas a los usufructuarios. Todo empezó al dar instrucciones del Síndico del Ayuntamiento de Lerdo de que se diera agua a los arrendatarios de los laboríos situados en las calles que estaban marcadas dentro de la zona urbanizada, motivo por el cual se dispuso a su vez fuera cortada el agua al Ayuntamiento. Solucionándose este problema al solicitarse a la Federación el reconocimiento de concesionarios de las aguas del Río Nazas que correspondían al ayuntamiento de Gómez Palacio, para que los usuarios pagaran el impuesto en la Tesorería Municipal que entregaban en las oficinas de la Tercera Zona en Lerdo. Continuará.