El que manda, manda...
Hablaba yo con mi lenguaje coloquial, que es el que aprendí a hablar, con una persona perteneciente al ejército del comercio informal, sobre el tema político de nuestro país y en particular de nuestra región y me decía del apoyo que reciben del PRI, los que como ellos luchan en el diario vivir. Estaba a punto de asistir a un viaje a Parras, que como paseo les ofrece dicho partido ahora que se acercan las elecciones. A esto les llamamos los muchos acarreo y no pocos apoyo. Así si así, está diseñado el sistema político mexicano que se jacta de la definición de mandatario y de mandante, ahora muy utilizadas en los que promovemos la participación ciudadana.
“El que manda, manda, y no se equivoca, y si se equivoca, vuelve a mandar” dicho emanado de la sabiduría popular como la mayoría de ellos. Me atrevo a expresar que esto viene desde la Conquista en donde se tenía que obedecer y callar. Según el significado político de las palabras mandatario y mandante, el primero administra lo que el segundo le encomienda y de estas definiciones se carcajean los que pertenecen al sistema político mexicano.
Nos acostumbraron dentro del seno familiar autoritario, a callar y a obedecer y aquí está lo que los psicólogos difieren entre autoridad y autoritarismo. El primero se refiere a la obediencia a alguien que representa la ley y es el primero que la respeta, mientras que el segundo impone su criterio esté o no de acuerdo con la misma ley.
Y regresando a a los que viven al día con el esfuerzo de su trabajo; una sociedad tan económicamente desigual no es su prioridad analizar lo que es un mandatario o un mandante, ellos concentran su atención en su diario vivir, o sea, vivir al día.
Hay tantas cosas que cambiar en nuestro país, entre ellas eliminar la concentración de la riqueza para que la gente que vive al día luche por recuperar sus legítimos derechos y mientras tanto aceptar las ayudas momentáneas y el acarreo para llegar a ellas. Pero no olvidemos que el acarreador es uno de los concentradores de riqueza, pero que la sabe disimular a través de los actos arriba mencionados.
Jesús Humberto Orduña R.,
Ciudadano lagunero.
Reductores de velocidad
Los habitantes de Sol de Oriente que tenemos hijos en la escuela Donaldo Ramos Clamont T.M., tenemos años pidiendo a nuestras autoridades municipales unos reductores de velocidad, pues hace unas semana fue atropellada una alumna a la hora de salida.
Hemos hecho peticiones para que nos manden un agente de vialidad, para que controle el tráfico a la hora de entrada y a la hora de salida, pues los automovilistas no respetan: tanto padres de familia que se estacionan en doble y triple fila, como maestros que dejan sus autos estacionados donde les da su gana, pues la mayoría de estos dizque “docentes” dejan sus carros estacionados en el camellón central de la avenida Juárez, sin importar que suceda una accidente o una tragedia con los alumnos y alumnas u otra persona.
Pasan vehículos oficiales de vialidad y ni tan siquiera una infracción a todos lo que están estacionados en lugares indebidos.
Espero que por este medio tengamos resultados positivos, y que pongan en su lugar a estos maestros ya que hasta el director Enrique Ramírez Aguilera, transitan en sentido contrario cuando le da la gana, supuestamente porque tiene hijos que son Gates.
Moisés Cantú,
Torreón, Coahuila.
