Polémica. Marine Le Pen, es la líder y candidata del partido político Frente Nacional.
Los dos favoritos para disputarse las presidenciales francesas, el socioliberal Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen, enfocaron ayer el inicio oficial de la campaña en sus propuestas en materia antiterrorista, en la que la segunda dijo que no se debe tener miedo a la represión.
Sus respectivas conferencias sobre sus métodos contra el yihadismo y la delincuencia escenificaron sus diferencias de enfoque, en la que apenas coincidieron en la necesidad de no rebajar la presión ante el elevado nivel de amenaza y de elevar el presupuesto de Defensa al 2 % del PIB.
"Nuestro país está profundamente desarmado" frente al terrorismo yihadista, dijo la presidenta del Frente Nacional (FN), que abogó por una respuesta "global y coherente", en la que no se permita que "la mano de la Justicia tiemble".
La candidata evitó la polémica en la que se ha visto envuelta desde que el pasado domingo negara la responsabilidad de su país en las detenciones de judíos durante la ocupación nazi para convencer a los franceses de que pueden contar con ella para "arrodillar a los terroristas".
Macron, en cambio, hizo hincapié en ese escándalo para destacar que la postura de su contrincante ha servido para mostrar "su verdadero rostro", pese a sus esfuerzos por distanciarse del radicalismo de su padre, Jean-Marie Le Pen.
Sendas intervenciones marcaron un intento por desacreditar al rival.