Ahora que ha iniciado el proceso electoral en Coahuila, no debe sorprender que los políticos durante sus campañas para ser electos como funcionarios públicos, hablarán de manera insistente de la forma en la cual sus propuestas ayudarán a crear empleos. Y esto es así, por que como bien sintetiza N.G. Mankiw: "La pérdida de un empleo puede ser el acontecimiento económico más perturbador de la vida de las personas. Muchas de ellas dependen de las ganancias de su trabajo para mantener su nivel de vida y muchas también obtienen de su trabajo un sentido de satisfacción personal. La pérdida del empleo significa en el presente un nivel de vida más bajo, ansiedad acerca del futuro y menor autoestima".
En esta columna hemos comentado que el Producto Interno Bruto (PIB) es la variable macroeconómica más importante, ya que mide la actividad agregada de un país. Pero existen otras dos variables, el desempleo y la inflación, que analizan también aspectos fundamentales de la economía. En esta ocasión nos referiremos específicamente al problema del desempleo.
La tasa de desempleo se define como el porcentaje de aquellos que quisieran trabajar, pero que no tienen trabajo. Esta medida, es imperfecta pues algunos que se califican como desempleados, tal vez no quieran trabajar y algunos a quienes les gustaría trabajar, han salido de la fuerza laboral después de una búsqueda infructuosa y, por consiguiente no se cuentan como desempleados. Ahora bien, a los economistas les preocupa el desempleo por dos razones: la primera, por sus efectos directos en el bienestar de los desempleados, ya que el desempleo está asociado a un sufrimiento financiero y psicológico. La segunda, debido a que la tasa de desempleo es una señal de que la economía no está funcionando bien, es decir, no está utilizando sus recursos humanos eficientemente.
En México, con datos de Inegi al cuarto trimestre de 2016, la población total fue de 122.7 millones de personas, de las cuales 1.9 millones corresponden a la población desocupada abierta; 3.8 millones a la población subocupada; y 29.7 millones a la población ocupada que labora en la economía informal. Por lo tanto, ¿Qué medidas de política económica es necesario implementar para reducir los niveles de desempleo en el país? A continuación, sólo mencionaremos una de ellas:
Aunque cierto desempleo es inevitable, es decir, friccional, ya que la economía siempre está cambiando por variaciones en la demanda de trabajo entre diferentes empresas y regiones, por ejemplo, mientras más se difunda la información acerca de las vacantes y la disponibilidad de trabajadores, más rápidamente la economía puede vincularlos con las empresas. En este sentido, el Internet puede facilitar la búsqueda de empleo y reducir el desempleo friccional. Los programas de gobierno pueden también facilitar la búsqueda de empleo a través de agencias de empleo y programas de capacitación. Aquí debemos hacer hincapié en que los críticos de estos programas, argumentan que es mejor dejar que el mercado privado vincule a trabajadores con empleados. Además, gran parte de la educación laboral se lleva a cabo en privado, ya sea por medio de escuelas, o de capacitación en el trabajo.
De lo expuesto anteriormente, una cosa queda clara: la economía para operar en forma eficiente debe mantener ocupada a la fuerza laboral. Cuando un país mantiene a sus trabajadores tan ocupados como sea posible, logra un mayor nivel del PIB del que lograría si muchos de sus trabajadores permanecieran ociosos. Además, encuestas laborales realizadas en países desarrollados, confirman que la educación es una inversión con un rendimiento palpable. Estas encuestas no sólo muestran una relación directa entre nivel educativo y nivel de ingresos, sino también una relación inversa entre educación y desempleo, es decir, a mayor nivel educativo menor tasa de desempleo.
(Economista)
