Luego de una larga espera por la fecha FIFA, el futbol regresó ayer al estadio Corona y los aficionados demostraron que ya estaban ansiosos de ver nuevamente a sus Guerreros en acción, haciendo una sensacional entrada en el inmueble de la carretera Torreón - San Pedro.
El horario de verano puede "sacar de onda" a los laguneros en muchos sentidos, pero nunca en algo que interfiera con su querido Santos Laguna, así que todos llegaron temprano a la cita futbolera. Tremendo Sol se asomó en el estadio y bañó en serio a los espectadores, haciendo recordar las épocas del viejo Corona, donde el astro rey ahogaba a los equipos contrarios y también a los ocupantes de la grada popular, una de las características tradicionales del futbol de la Comarca.
La congregación de personas fue aprovechada por los políticos que inician sus respectivas campañas, todo se vale en la lucha por los votos, ahora convertir al balompié en su tribuna fue la táctica de los distintos candidatos. Las acciones del primer tiempo transcurrieron escasas de emociones, parecía que los equipos estaban aletargados tras la larga pausa, mientras que en la grada sonaban las melodías de la banda siempre presente en el Templo del Desierto.
Para la parte complementaria mejoró un poco el espectáculo en el rectángulo verde, con los Guerreros buscando el triunfo que los catapultara a puestos de liguilla, se sabían los obligados a obtener los 3 puntos y a darle la satisfacción a sus aficionados. Un sensacional trazo de Osvaldo puso a Djaniny cara a cara con el guardameta, lo que el africano no desperdició y tras eludir a Volpi mandó el balón a las redes, haciendo explotar en júbilo a los espectadores.
Fue entonces que empezó el sufrimiento de los aficionados, recordando la historia que se ha repetido de los Guerreros en ventaja y siendo empatados en los últimos instantes, escenario que no deseaban repetir. El nerviosismo llegó al grado máximo en la tribuna Poniente, donde se registró una pelea entre dos aficionados que puso a sudar al propio jefe de policía de Torreón, aunque finalmente pudieron someter a los rijosos y tranquilizar los ánimos.
El equipo visitante trató tímidamente de ponerse en el marcador, pero sus esfuerzos fueron insuficientes y poco o nada metieron en predicamentos a Jonathan Orozco y a los Guerreros. Todavía en la última jugada los Gallos intentaron dar un picotazo, con un centro "a la olla" buscaban un cabezazo providencial que reviviera los fantasmas albiverdes, pero en esta ocasión la defensa fue férrea, estuvo concentrada y, aunque sí fue un Gallo el que impactó el balón, su remate fue muy flojo y sin dirección de portería.
Orozco ya ni siquiera realizó el saque de meta, el árbitro Fernando Hernández pidió el balón para recogerlo entre sus brazos y silbar el final del partido, acabando con el nerviosismo de los aficionados. Tres puntos que valen oro para los laguneros, ganan en la tabla general, ganan en confianza y en tranquilidad, han dado el primer paso de tres que tienen en casa, donde se escribirá la historia de Santos en el actual torneo.
En el complemento, se registró una espectacular bronca en el área de Platea Federativa, donde los involucrados fueron retirados del inmueble por elementos de seguridad privada y de la Policía Torreón. Nuevo horarios, misma pasión en el Corona
