EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

PJC, ¿por qué no?

FEDERICO REYES HEROLES

Platón imaginó a los mejores, siempre a los mejores, en la conducción de la cosa pública. Gaetano Mosca, el brillante teórico italiano, creía en la "clase política" -que incluía a los líderes empresariales y a la intelectualidad- como ese fino sedimento de lo más depurado de las sociedades. Ellos debían conducir a las naciones. Hoy el brutal desprestigio de nuestros gobernantes corroe los cimientos del servicio público.

Los departamentos por aquí, las prebendas por allá, las empresas fantasmas, los ocultamientos y mentiras. Los colores partidarios nada garantizan. Son la misma porquería gritan por allí, ahuyentando y confundiendo a los jóvenes. Por eso no les interesa el servicio público. ¿Cómo salimos de esta terrible trampa? Los débiles se rodean de débiles y así empequeñecen al país. Lo primero es que los partidos realicen en sí mismos una autentica poda de elementos putrefactos. Hoy el infinito reciclaje apesta. Lo segundo es señalar a quienes han entregado su vida al servicio público con honestidad. Pongo un ejemplo.

Se trata de un abogado, sólido abogado, que desde muy joven decidió que lo suyo era el servicio público y no continuar con los prósperos negocios de su familia. Vino a la capital a estudiar y de inmediato se regresó a su tierra. A los 24 años le tocó en suerte ser diputado constituyente de su entidad. Después fue secretario general de Gobierno, se metió a las entrañas de su estado. De ahí, su partido lo postuló a la diputación federal, donde aprendería el oficio legislativo que mucho habría de ejercer en su vida.

Esa posición lo proyectó como candidato de su partido a la gubernatura que ganó muy holgadamente. El muy joven gobernador se entregó en cuerpo y alma a trabajos de infraestructura, educación, fomento al turismo. Mucho trabajo. Hubo desgracias. Tuvo un grave accidente carretero en el que perdería a un colaborador y amigo. Aun hoy, más de treinta años después, la gente lo recuerda con respeto y cariño, lo saludan por la calle y el responde con su sencillez habitual. Gran gobernador.

Al dejar la gubernatura fue designado director de Fonatur. Conocedor del área, supo canalizar inversiones e impulsar nuevos polos de desarrollo. Conoció el gobierno federal desde su interior. Esa experiencia lo hizo un candidato lógico a la Secretaría de Turismo en la cual permaneció cuatro años. De ahí regresó a su partido como secretario general. A la muerte de Colosio se le mencionó como uno de los candidatos substitutos. Nuestro personaje fue Comisionado para la Paz en Chiapas, posición en la que ejercitó su oficio político hasta el cansancio. Posteriormente fue enviado como embajador en Cuba donde permaneció dos años.

En 2006 fue postulado al Senado siendo designado presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, la más relevante. Desde ahí impulsó la reforma de Derechos Humanos más importante de nuestra historia jurídica. Sus buenos oficios y maneras lo llevaron a tejer una relación muy fluida e incluso cordial con los opositores, sólo así logró que la reforma saliera por unanimidad. Nada más lejano a un "chapulín", regresó a su partido el cual presidió durante la campaña presidencial. Ganaron. Sospechará el lector de quién estoy hablando. Se trata del actual secretario de Energía, el hombre que supo encaminar la Reforma Energética. Por si fuera poco, al sólido abogado le ha tocado la elaboración del entramado legal e institucional que de ella se desprende. Ojo, no existía ninguna experiencia interna similar, de allí que el secretario y su equipo -sabe escuchar y trabajar en equipo- con toda la paciencia se pusieran a estudiar cómo operan las inversiones y asociaciones en el sector en otros países.

La responsabilidad ha sido enorme, pero el secretario ha sabido conducir las muy complejas licitaciones y otro tipo de asociaciones -nadando entre tiburones- con las más grandes corporaciones, verdaderos expertos en la materia, todo sin el menor sobresalto y cuidando siempre el interés nacional. Ha comprometido alrededor de 100 mil mdd de inversiones y ha recibido felicitaciones internacionales por la transparencia de los procesos. Todo ha ocurrido sin aspavientos.

Hay otros casos de trayectoria pública ejemplar, apasionada y profesional en varios partidos. Por eso, si queremos romper el círculo vicioso del descredito y desprecio al servicio público, lo primero es exigir que los partidos proyecten a sus mejores cuadros. Más allá de los colores partidarios, ¿cuánto le ha costado a México formar a personajes así que serían la envidia de muchos otros países? Hay muchos ejemplos: en Relaciones Exteriores, en el aparato de Salud, en las universidades. Ya hablaremos de ellos. Sólo desde la mezquindad "la caballada está flaca". Lo primero es romper la endogamia, la pequeñez, salir de las "sectas del capricho", como las llamó Gracián.

¿Por qué no Pedro Joaquín Coldwell?

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: Federico Reyes Heroles

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1325822

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx