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EL SíNDROME DE ESQUILO

LA NOCHE DE TLATELOLCO

VICENTE ALFONSO

Publicado en 1971, cuando Elena Poniatowska tenía 39 años de edad, La Noche de Tlatelolco es una cátedra de periodismo en donde la periodista no se ve: por supuesto que la advertimos detrás del telón armando el entramado de voces, pero sólo de esa manera notamos su presencia, pues más allá no hay opiniones, ni inferencias, ni análisis: sólo testimonios recogidos de fuentes muy diversas y contrastantes, retazos zurcidos con la habilidad de un sastre experto.

Gracias a la pericia de Poniatowska para combinar fragmentos, una historia terrible se va formando en la mente del lector a medida que avanzan las páginas: escuchamos voces de padres de familia, de maestros universitarios, de estudiantes que se esfuerzan en cimbrar a un país apático que desde entonces no hacía mucho por cambiar sus inercias. También escuchamos a comerciantes, a oficinistas, a corresponsales extranjeros que estaban ya en México para cubrir las olimpiadas, al entonces presidente de la República. El libro reproduce documentos oficiales, discursos, notas periodísticas y poemas. Todo le sirve a Elena Poniatowska para confeccionar este tejido, incluso voces anónimas y algunas páginas escritas mucho antes de los hechos, como La Visión de los Vencidos o El Llano en Llamas de Juan Rulfo.

La primera parte, titulada "ganar la calle" ofrece el contexto: desde las manifestaciones multitudinarias, las asambleas estudiantiles y la marcha del silencio (realizada para demostrar que el movimiento podía defender pacíficamente sus demandas), hasta el ingreso de los tanques a Ciudad Universitaria y los consiguientes relatos de encierros, torturas, interrogatorios y desapariciones de muchachos y maestros.

La segunda parte, titulada "La Noche de Tlatelolco", se enfoca en lo ocurrido en un lugar y una fecha: en la plaza De las Tres Culturas durante la tarde y noche del 2 de octubre de 1968. Consigna las voces de quienes estuvieron esa tarde allí, quienes vieron disparar a los soldados, quienes sintieron miedo por el sobrevuelo de los helicópteros, quienes vieron los cadáveres de muchachos asesinados a filo de bayoneta. A quienes, suspicaces, dudan que hubiese muertos esa tarde, habría que recordarles que en su momento, y tras una exhaustiva investigación, el diario británico The Guardian estimó la cifra más probable de muertos en 325.

Tras casi veinte años de conocer el libro, esta relectura me ha cimbrado. Indigna cómo puede haber tantos testimonios sobre una acción que resultó en la muerte de jóvenes, niños, mujeres y ancianos. Indigna recordar que, a pocos días de que comenzara una olimpiada que pretendía mostrar a México como nación ejemplar, desde algún escritorio de gobierno se orquestó un operativo para disparar contra civiles.

A casi medio siglo de los hechos, el caso Tlatelolco ha ido empobreciéndose en la memoria colectiva, derivando en un capítulo diluido, cargado de rumores y prejuicios que se añaden a los que circulaban entonces. No es sólo el paso de los años. Conviene recordar que en tiempos turbios (y aquí casi siempre vivimos tiempos turbios) las peleas se libran no sólo gritando consignas y publicando desplegados. También hay mucho trabajo subterráneo, labores de inteligencia: oficinas destinadas a crear noticias falsas, a generar rumores que infundan en la población miedo y desconfianza.

Es el caso, por ejemplo, del libro conocido como "¡El Móndrigo! Bitácora del Consejo Nacional de Huelga", que circuló en 1969. Se trata del supuesto diario de uno de los líderes del movimiento estudiantil, cuyo cadáver fue descubierto en Tlatelolco por vecinos del edificio Chihuahua. Al cadáver jamás se le identificó, pero en un prólogo titulado "Explicación Necesaria", se afirma que el manuscrito se encontró "manchado de sangre fresca" junto al cadáver. En el libro del Móndrigo, publicado por una misteriosa editorial de la que no hay registros, el supuesto líder estudiantil confiesa los planes del Consejo General de Huelga para derrocar al gobierno e instalar en nuestro país un régimen socialista. (Convendría preguntarse por qué, a un año de la masacre, ese libro circuló ampliamente en un México donde el gobierno controlaba el suministro de papel y los puntos de venta de impresos).

Así, el Móndrigo era un intento de contraponer una voz anónima a los testimonios de personas claramente identificadas que conformarían La Noche de Tlatelolco. El panfleto se ha perdido y los pocos ejemplares que quedan son auténticas rarezas, mientras que, con más de setenta reediciones, la crónica de Poniatowska es quizá el libro más vendido en la historia del México contemporáneo.

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Escrito en: El síndrome de esquilo

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