I.- Cecilia Lavalle, Gaby Vargas y Adela Celorio son damas que escriben, y escriben bien sobre temas diversos, todos de interés y trascendencia, captando la atención y el reconocimiento de un público heterogéneo informado y exigente.
Son poseedoras de amplia y sólida cultura, conferencistas, escritoras, conductoras de talleres literarios, activistas, defensoras de los derechos humanos y exponentes de la equidad de género; cada catorce días en las páginas de Siglo Nuevo (Cada página un mundo), encontramos el trabajo literario y periodístico de estas distinguidas mujeres que hacen importante aportación al campo de las letras, lo cual representa desde nuestro modesto punto de vista, motivo de orgullo y admiración.
Es indudable que la mujer ha ganado terreno en espacios varios de la actividad humana; sin embargo, el propósito de este Enfoque es ahora destacar la colaboración femenina en el ámbito de la literatura. Soy asiduo lector de sus artículos periodísticos, y esa constancia resulta de la reflexión que dichos trabajos generan, haciéndonos partícipes de la temática que plantean y abordan con conocimiento de causa, con decisión, con atrevimiento y valentía, dependiendo del asunto que traten, lo que de cualquier manera conduce a despertar el interés, de quienes tenemos el gusto de leerlas.
Tenemos, además en la Sección Nuestro Mundo, el trabajo de otras damas que igualmente vienen dejando huella en el sinuoso camino del periodismo crítico y reflexivo: Angélica López Gándara y Marcela Pámanes, Comparten créditos en dicha sección con plumas de mucho peso. Bien por doña Olga de Juambelz, Yohan Uribe Jiménez y Jessica Ayala Barbosa, directora, editor y coeditora de Siglo Nuevo, respectivamente, por haber conjuntado este selecto grupo de escritoras que quincenalmente nos deleitan, informan e instruyen sobre temas de actualidad.
Luego están Jessica Ayala Barbosa, Perla del Rocío Favela García, Liliana Ayala y Gloria Piña Espinoza con interesantes y notables colaboraciones; suficientes para demostrar su talento y capacidad creativa, con temas de contenido sociológico, educativo, ecológico, ético y filosófico que atraen y atrapan la atención y despiertan el interés del público que pide periodismo de altura, y estas damas escritoras lo desarrollan y ejercen con atingencia y honestidad.
A través de sus trabajos se manifiesta y adivina una refinada calidad humana, solidaridad social y un nacionalismo patriótico de honda raíz mexicanista. Sé que las distinguidas señoras mencionadas, no necesitan de adjetivos como los aquí expresados y que no tengo mérito ni autoridad para hacerlo, pero confío en que sabrán perdonar el atrevimiento de este comentario que se hace con franqueza y objetividad.
II.-Veamos desde otra perspectiva la aportación femenina a la literatura, y la participación de la mujer en los grandes sucesos de nuestra historia: "Mexicanas del tiempo en que el Cemanahuac recibió, con violencia, la cultura de allende el Atlántico, como la legendaria Malinche o la orgullosa hija de Moctezuma, después llamada doña Isabel. En plena Colonia, Sor Juana, la monja que utilizó el claustro como santuario del intelecto. Criollas y mestizas que mostraron la casta y fueron actoras directas en la Guerra de Independencia, Josefa Ortiz y Leona Vicario, inteligentes y decididas, pusieron al servicio de la libertad su posición, prestigio y patrimonio".
"La Güera Rodríguez inspiró a más de un héroe de su tiempo y usó sus encantos y su sagacidad para influir en los acontecimientos. Margarita Maza fue el sustento de la fortaleza de Juárez, como Concha Lombardo, de su enemigo Miguel Miramón. Melchor Ocampo, el paladín del matrimonio civil, vivía en amasiato con su hermana, Ana María Escobar. Pepita de la Peña, la adolescente que se unió al general francés, cambió su lealtad a la Patria por el amor a su marido, y mostró la madera de que estaba hecha al rescatarlo. Porfirio Díaz puso a los pies de su amante oaxaqueña las vías del tren, y fiel a su deseo de modernizar México, permitió a una mujer convertirse en médico".
"Sara Pérez acompañó a su esposo, Francisco I. Madero, en la descabellada aventura de retar al poderoso dictador; Carmen Serdán se unió al movimiento antirreeleccionista con el mismo ardor que sus hermanos. Muchas adelitas y manuelas siguieron a sus hombres durante la revolución. Otras, como la Carambada, demostraron que no se necesita un hombre para ser brava y vencer a cualquiera. Mamá Cuca inauguró en nuestro país la profesión de enfermera, con una abnegación a toda prueba, Antonieta Rivas Mercado, la millonaria heredera, impulsó el arte y la cultura de nuestra patria hacia una nueva era".
Lo entrecomillado anterior es parte de la presentación que hace Bertha Balestra del Libro de Cuentos "Las Revoltosas" que, editado por el Taller Monte Tauro, contiene una selección de escritoras compuesto por Adriana Abdó (Lo que la mujer quiere, Dios lo quiere y Epístola); Erma Cárdenas (Los puntos rojos, El perfume del ahuehuete y Adulterio); Ana Díaz Sesma (La Revoltosa y Mamá Cuca); Sandra Frid (Y si Manuela se fuera con otro y Obstinada Matilde); María Teresa Gérard (Antonieta y sus dos cuentos y Heroínas fantasmales); Rebeca Orozco (A sus pies, doña Josefa, y Sandunga, mamá, por Dios); Beatriz Rivas ( Este texto, lector mío, Sus mejores Armas y Querida Tía Luz); y la propia Bertha Balestra (Palabra de leona y Se me acabó la gracia), quienes "recrean mediante el cuento, anécdotas, emociones y figuras que hacen de la historia de México una galería de personajes maravillosos. Entre paréntesis, los títulos de sus cuentos.
"Con la magia de la pluma, esas damas cobran vida; su entorno se materializa y el lector vive con ellas sus aventuras, sus pasiones. La literatura nos permite romper las barreras del tiempo y del espacio. Llenar los huecos que deja el dato histórico duro o cambiar el curso de los acontecimientos, gracias a los vuelos de la imaginación". Invitación y sugerencia a nuestras damas laguneras a que lean este libro con la seguridad de que disfrutarán plenamente los cuentos que lo componen.
III.- Originaria de la Ciudad de México, donde nace en 1960, Celia del Palacio es otra pluma femenina que incursiona con éxito en el terreno de la literatura. Es escritora, investigadora y coordinadora del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación de la Universidad Veracruzana. "Leona", es el más importante de los frutos de su trabajo de investigación; excelente novela histórica, editada por Suma de Letras que se publica en 2010 en la que Celia del Palacio "nos sumerge en esta aventura apasionada y nos revela a uno de los personajes fundamentales, dejados en el olvido, de la Independencia de México: Leona Vicario, una mujer que jugó un papel decisivo en un momento crucial de la historia del país, al organizar el correo de los insurgentes y renunciar a vivir entre la clase más privilegiada de la Nueva España para que fuera posible el sueño libertario de una nación"; esposa de don Andrés Quintana Roo, es María Leona Soledad Camila Vicario Fernández de San Salvador, que tal era su nombre completo, mejor conocida como Leona Vicario.
