Columnas Social

Nuestra salud mental

DR. VÍCTOR ALBORES GARCÍA

ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A.C. (PSILAC)

CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA

ADOLESCENCIA EN EL SIGLO XXI

SEXAGÉSIMA NOVENA PARTE

Es interesante, como en este proceso educativo a nivel superior, podemos darnos cuenta de que no todo marcha suavemente una vez que los adolescentes entran a las diferentes universidades que hemos mencionado. El primer año de cualquier carrera suele ser una especie de proceso selectivo y de prueba para tantos de los estudiantes, especialmente para aquellos que no están seguros todavía de su vocación, ni de sus objetivos o las necesidades que los impulsaron a una determinada decisión, al grado, que un buen porcentaje de ellos desertan durante ese primer año, ya sea que se cambien de carrera al darse cuenta de las dificultades inherentes a esos primeros peldaños de un nivel universitario, generalmente más exigente y estresante que la preparatoria que acaba de dejar atrás. Muchos otros pueden perder el interés fácilmente y abandonar la escuela, porque de por sí las bases para decidir esa carrera, no tenían cimientos lo suficientemente sólidos para llevar a cabo el esfuerzo. Por otra parte, cierto tipo de conflictos personales suelen recrudecerse en estos momentos, que tienen que ver con el hecho de si la decisión de iniciar esa carrera estaba o no aprobada y secundada por los padres y la respectiva familia, o si había sido el resultado de un conflicto de intereses entre ambas partes, y el chico o la chica estaban rebelándose o desafiando a las autoridades familiares, con la consecuente cascada de una variedad de sentimientos, tales como ansiedad, culpa, decepción, vergüenza e incertidumbre en el momento de llevar a cabo su decisión. Hay que tomar en cuenta, que usualmente durante esta etapa de la vida, los jóvenes en su mayoría se encuentran ubicados entre esta línea tan fina que divide sutilmente y con poca claridad, lo que llamamos el final de la adolescencia y la entrada a la etapa de adulto joven, tampoco muy bien definida. Se enfrentan entonces a ese complejo proceso que explora la cimentación y conformación de su identidad y personalidad, a través de una serie de importantes esfuerzos para manejar y superar una serie de experiencias internas y externas que debe aprender a definir para así irse moldeando como parte de su desarrollo personal, lo que lo convierte automáticamente en un individuo más fuerte, pero a la vez más sensible y vulnerable ante los cambios y los enfrentamientos en el mundo de las relaciones humanas, sean familiares o sociales en general. Las decisiones que se toman en esta etapa, como la vocacional en cuanto a la elección de una profesión futura, no siempre están bien pensadas, planeadas o cimentadas, de manera que en tantos de los casos, llegan a desplomarse fácilmente y ceden y a ceder ante el embate de las múltiples y diferentes presiones que los acechan, lo que doblega las mejores intenciones iniciales y para bien o para mal, le puede hacer cambiar de rumbo en una u otra dirección, trayendo como resultado la inmediata o paulatina deserción de esos niveles iniciales de la educación superior, un fenómeno que es mucho más frecuente, extenso e importante de lo que se puede pensar a simple vista (continuará).

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