Charla. Ayer, Gerardo Gaya, de Iluminemos de Azul, presentó una conferencia magna en la Universidad Iberoamericana de Torreón. (ANGÉLICA SANDOVAL)
A casi dos años de que se promulgó en el Diario Oficial de la Federación (DOF), la Ley General para la Atención y Protección a Personas con la Condición de Espectro Autista se ha quedado en "letra muerta".
Además de que la mayoría de los estados, entre ellos Coahuila y Durango no se han pronunciado con iniciativas que busquen expedir una ley a nivel estatal, a fin de reconocer los derechos de las personas con autismo, de brindar atención en salud y diagnóstico médico oportuno y de lograr la inclusión en escuelas públicas y privadas y también en el campo laboral.
"No hay peor ley que la que queda en letra muerta, el gran reto es seguir fomentando el tema para que la gente actúe. La Ley federal no viene sola, necesita de leyes estatales, lo que se tiene que hacer, por ejemplo, en Coahuila, es fomentar esa iniciativa de ley y a partir de ahí empezar a trabajar", consideró Gerardo Gaya, fundador y director de la asociación civil Iluminemos de Azul, a nivel nacional y que ayer estuvo en La Laguna para impartir una conferencia magna, en el marco del Día Mundial del Autismo, que se conmemora el próximo 2 de abril.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el autismo es una afección neurológica permanente que se manifiesta en la primera infancia, independientemente del género, la raza o la condición social y económica.
Según Gaya, hasta el año pasado se tenía la cifra de que, 1 de cada 115 niños que nacen en México, es diagnosticado con Autismo. Dijo que algunas de las dificultades que enfrentan actualmente las familias de los niños autistas, es la falta de información, de protocolos de diagnóstico, de intervención, de modelos de atención y de inclusión escolar y laboral.
"El tema se tiene que abordar en todos los niveles, porque tenemos por un lado la necesidad de desarrollo social, y por otro la necesidad de trabajo, de fomento a la inclusión. La información que tenemos es que tan sólo el 20 por ciento de los pediatras en México conocen de autismo y son los que tienen el contacto con los niños".
