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Desajuste y fortalecimiento ecológico de los habitantes del desierto

A la ciudadanía

MANUEL VALENCIA CASTRO

Las plantas y animales del desierto con sus mecanismos de adaptación al estrés hídrico, son un ejemplo de ajuste al medio, sin ocasionar modificaciones ecológicas en los ecosistemas donde viven. Quienes habitamos hoy en estos ecosistemas, con toda la complejidad y sofisticación tecnológica de que disponemos, no hemos sido capaces de hacerlo.

Nuestra adaptación no ha sido basada en el ahorro ni en la conservación del agua. Por el contrario, es el derroche y el desperdicio lo que más nos caracteriza en este punto. Se podría pensar que los grandes reservorios de agua superficiales como las presas podrían amortiguar el efecto de las sequías recurrentes, pero la experiencia nos ha dicho lo contrario.

En una región como la nuestra, la verdadera reserva de agua se encuentra en el subsuelo, cuando ocurre una sequía y la actividad agropecuaria se ve disminuida, se recurre sin más a las aguas subterráneas, lo mismo ocurre cuando las nuevas demandas de agua aumentan debido no sólo al incremento de la población sino también al caótico crecimiento de la mancha urbana, se privilegia casi linealmente la oferta en lugar de gestionar la demanda.

El aprovechamiento que hacemos del agua subterránea se expresa en un gasto mucho mayor al que el sistema es capaz de producir naturalmente, y por otro lado, impactamos negativamente a este sistema constituido por los bosques y los pastizales naturales productores del precioso líquido vital, aumentando aún más el riesgo de la permanencia, del colapso de la sociedad, de la incertidumbre.

En suma, nuestra adaptación ha seguido un camino que no conduce a un ajuste exitoso al medio, esto es, vivimos en un forzamiento ecológico permanente que reduce notablemente la resiliencia de la sociedad lagunera para enfrentar fenómenos meteorológicos extremos y severos.

¿Por qué nos hemos alejado tanto de la naturaleza? ¿Por qué nos sentimos mejor fuera de ella? Ahora mismo, ¿por qué no somos capaces de imitar a los seres vivos exitosos, que nos guste o no convivimos a diario con ellos?

Respecto a la última pregunta, ya existe un esfuerzo académico que sienta las bases de la imitación de la naturaleza, se trata de la Biomimética (de bios, vida, y mimesis, imitar) es una nueva disciplina que estudia a la naturaleza con el propósito de imitarla y así encontrar soluciones prácticas a necesidades humanas, con la condición de que éstas sean sustentables. "Luego de 3.8 millones de años de evolución las soluciones de la naturaleza son siempre innovadoras, eficientes y funcionan dentro de un balance perfecto con el medio ambiente, situaciones que la raza humana aún está muy lejos de lograr. Biomimética significa copiar a la vida. Para lograr esto, los científicos de múltiples campos del saber han iniciado el desarrollo de gran cantidad de proyectos encaminados a imitar los procesos naturales. Si bien esta idea puede parecer un tanto radical para algunas personas, actualmente es ya un nuevo concepto empleado por muchas organizaciones alrededor del mundo para la construcción de bienes y servicios."

No obstante, esta nueva ciencia tendrá que remontar al resultado que la evolución cultural ha dejado y que, como se mencionó antes, se aleja de la evolución biológica no sólo del hombre mismo, sino también del resto de la naturaleza.

Esto suena extraño, pero quizá es en esta desviación donde se encuentran algunas de las explicaciones que andamos buscando cuando decimos que se "habla mucho de lo mismo", "que el problema del agua está sobrediagnosticado", y que finalmente "no se hace nada".

Quizá debemos recurrir a aquellos conceptos que ahora mismo duermen el sueño de los justos en algún peldaño de una biblioteca. Como los de Richard Dawkins, que publicó en 1976 su polémico libro El gen egoísta, en el que introdujo, precisamente, el término "meme" para denominar a un replicador cultural diferente, por escala y naturaleza, pero análogo en su ámbito cultural del gen (gene), "analogía que trasladó también a los procesos a los que sirven de base, a saber, la evolución biológica al último y la evolución cultural al primero".

Tal vez entonces, podremos especular que la cultura como información que se transmite por aprendizaje social, podría estarnos alejando de nuestra casa, de nuestro hogar, de la naturaleza.

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