Más del 40 por ciento de los japoneses y japonesas entre los 18 y los 34 años son vírgenes. (ARCHIVO)
El que un joven decida conservarse virgen es una situación que parecería no tener repercusiones a gran escala, pero el hecho de que varios opten por esta condición está poniendo en jaque a Japón.
Y es que según cita El País, datos del Instituto Nacional de Investigaciones sobre Población y Seguridad Social indican que más del 40 por ciento de los japoneses y japonesas entre los 18 y los 34 años son vírgenes, lo que ha sido identificado por autoridades como causante del descenso de la natalidad en ese país.
Cabe señalar que se prevé que la población japonesa se reduzca en un tercio en 2060, y que para 2100 sea de 49 millones de personas, de los 126 millones de habitantes actuales, por lo que el primer ministro Shinzo Abe ha animado a la juventud a que formen familia y se reproduzcan.
Entre quienes se mantienen vírgenes se encuentran los “herbívoros”, como los califica la escritora Maki Fukasawa, y que son "parientes cercanos del metrosexual en su exquisitez para vestir, inteligentes y amables, pero reacios a iniciar cualquier relación personal".
Están también los otakus, chicos que "canalizan su sexualidad hacia las adolescentes con voz de lactante y pechos enormes que pueblan ciertas películas de anime".
Finalmente, entre los vírgenes japoneses se encuentran también quienes temen por la precariedad laboral, que se ven preocupados por el miedo a un futuro con magras pensiones, lo cual provoca que las nuevas generaciones no tengan esperanza de casarse, tener hijos, poseer una casa propia o hasta comprar un coche.
