Retiro del Torreón. El pasado 9 de marzo comenzó el retiro del monumento del Torreón, lo que causó la reacción de la sociedad civil que se reunió en torno al monumento para manifestar su rechazo.
Los monumentos son los vestigios de la historia de una sociedad, "reflejan lo que quiere ser recordado por ella", dice el historiador Carlos Castañón Cuadros.
En días recientes, la sociedad civil se manifestó por el retiro del Torreón, monumento instalado en el año de 1974 a la entrada de la ciudad, cuando era presidente Municipal José Solís Amaro,
Aunque el ayuntamiento de Torreón se comprometió a reinstalarlo una vez que se terminen las obras de la Estación del Metrobus, la sociedad mostró incredulidad y rechazo.
Esto debido a que ya hay antecedentes de otros monumentos que han sido retirados y no han sido reinstalados y otros más que "desaparecen", cercenando así la historia contada por estas esculturas.
Un ejemplo es el Centinela del Desierto. Según el doctor Leonel Rodríguez, el retiro de este monumento fue en agosto de 2003 con motivo de la construcción del Distribuidor Vial Revolución (DVR).
La obra fue inaugurada el 16 de diciembre de 1992 por Carlos Román Cepeda González, el entonces presidente municipal de Torreón, y construido por el arquitecto lagunero Xavier Meléndez. Sin embargo la escultura nunca fue reubicada y a la fecha se desconoce dónde quedó.
Otros casos son las esculturas de la avenida Morelos. El historiador Carlos Castañón cuenta que desde 1923, comenzó la construcción de la Morelos, una de las avenidas más queridas y emblemáticas de la ciudad. Para adornarla se hicieron camellones con pasto, se agregó alumbrado, palmeras, y esculturas en las bocacalles, pero todas esas esculturas se "perdieron".
"En 1952, las quitó el gobierno municipal... y con ello perdió lustre la Morelos como un paseo con aspiraciones europeas. ¡Una lástima! Incluso, había hasta desnudos", dice.
En el Bosque Venustiano Carranza se encontraba también el monumento a José González Calderón, el cual "desapareció" junto con el monumento a Newton.
"Lo relevante, es que González Calderón fue el promotor y padre del Bosque, por lo tanto, tendríamos que ser agradecidos con ese lagunero".
También destaca el Reloj en la avenida Colón (1940). Dice que sobre la avenida Colón y calle Juárez, el ayuntamiento construyó una torre con reloj estilo Art Déco en mayo de 1940. El monumento tuvo poca vida, ya que en 1949 se consideró que "estorbaba" al tránsito de los vehículos y fue derribado.
Otros monumentos han sido vandalizados o de plano hurtados de la Alameda Zaragoza, entre ellos el árbol de Gibran Jalil Gibran, donado por la comunidad libanesa. Mientras que los existentes requieren de la atención de las autoridades.
"Los monumentos históricos todavía existen, son tres: las columnas de la Independencia de 1910 al centro de la fuente del 'Pensador'; las 8 columnas de cantera de 1914; y la fuente del 'Pensador' de 1928. Tiene estados diferentes, la columnas están muy maltratadas, de seguir así, se las van a echar... La fuente está en condiciones aceptables, pero necesita de vigilancia periódica", dice Castañón.
Por su parte, la historiadora Idoia Leal destaca otra escultura importante que ya no está a la vista de la ciudadanía y se trata de la estatua de "El Hortelano Chino".
La escultura fue obsequiada por el Ayuntamiento de Torreón a la comunidad china, en 2007, en los actos de desagravio ofrecidos por autoridades municipales, por el asesinato de más de 300 inmigrantes chinos en 1911.
La escultura había sido instalada en el interior del Bosque Venustiano Carranza, en la esquina de Juárez y calle Juan Pablos.
Para 2012 esta obra había sido removida en dos ocasiones por ladrones que intentaron sacarla de este sitio, por lo que la comunidad china de Torreón solicitó al municipio su custodia, misma que fue concedida.
Otra obra removida fue el monumento a José María Morelos, que se ubicaba primero en el Palacio Federal y que posteriormente fue trasladada a pie de la escalinata del Cerro de la Cruz. Por actos vandálicos, fue llevada al interior del Bosque Venustiano Carranza, donde permanece.
Para el historiador, es necesario que la autoridad cuente con un catálogo de monumentos, que tenga un mayor cuidado y conservación de los ya existentes, y que haya respeto de la ciudadanía y del mismo gobierno a estos vestigios que hablarán, en un futuro, del pasado y darán testimonio del presente de nuestra ciudad.
