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India y México

JULIO FAESLER

El primer ministro de la India, Narendra Modi, es líder de uno de los países más importantes del mundo. Lo es, no tanto porque la población de su país de más de 1,200 millones, sino porque su progreso socioeconómico lo ha situado como una potencia dominante en Asia al lado de China.

Su estratégica ubicación le impone una especial responsabilidad en sus mares al sur por los que pasa más del 40 por ciento de la carga marítima mundial. La vigilancia de los mares índicos para asegurar la libertad de tránsito es asunto de gran importancia. No en balde la marina china está pendiente de las aguas que abarcan desde los estrechos de Malasia pasando por las islas Nicobar por el peligro de piratería que las asuela.

Hoy en día, la importancia de la India se acentúa con sus ancestrales relaciones culturales y económicas con los países de Asia central. La ruta de la seda, antiguo camino por tierra de fabulosos intercambios entre China y el Mediterráneo europeo que también enlazaba a la India ha cobrado creciente relevancia moderna. No se trata ya de los preciosos textiles, perfumes, labrados y especias. Hoy los recursos que Afganistán, Azerbaián, Kirjistán, Kajanistán y otras naciones del área ofrecen al mundo industrial son los codiciados recursos minerales y petroleros. El papel de la India como presencia de equilibrio en las regiones vecinas al norte es factor de importancia.

En lo económico, la actividad de la India como potencia agropecuaria, industrial y tecnológica tiene significado para nosotros. Con un crecimiento actual de su PIB de más del 6 %, los intercambios económicos con México alcanzaron el año pasado 6,000 millones de dólares abarcando importaciones indias de productos mexicanos por 2,000 millones donde 75 % son petróleo donde somos el tercer proveedor en importancia. Nosotros compramos productos indios por 4,000 millones de dólares.

Más de 65 empresas indias trabajan en México en rubros como los farmacéuticos, automotores, químicos, textiles y tecnología informática. Son unas 15 mexicanas que tienen operaciones en India destacándose las salas de exhibición cinematográfica.

El que ambos países tengamos dinámicas clases medias de más del 30 % de su economía hace que las perspectivas de crecimiento de nuestros intercambios sean sumamente atractivas ya que es extensa la variedad de artículos primarios, manufacturados y tecnológicos que podemos vendernos recíprocamente. El que la India tenga un régimen aduanal más exigente que el nuestro simplemente indica la conveniencia de negociar un convenio comercial lo antes posible tal y como se mencionó en la reunión de alto nivel celebrado el día de ayer en esta ciudad a iniciativa de la Embajada de la India, la Confederación de Industrias Indias y nuestro Consejo Empresarial Comercio Exterior (Comce).

Fue precisamente en esta reunión que al mencionarse el número cada vez mayor de empresas indias y mexicanas que han abierto operaciones en ambos países que se enfatizó el que las relaciones no deben detenerse en el nivel de simple presencia de empresas que operan sin participación accionaria del país huésped.

El que las empresas indias establecidas en nuestro país no tengan socios mexicanos es tan inadecuado como que las mexicanas que van a la India sin intención de incluir socios locales en su estructura. Ir a un país extranjero sin deseos de imbricarse con la comunidad empresarial del país en que se pretende hacer negocios y ganar dinero no es recomendable. El éxito de los negocios no puede hacerse sin el conocimiento directo e íntimo del país a donde se va.

México e India se encuentran en estos momentos empeñados en una vigorosa extensión de sus mercados exteriores. Cada uno tiene sus propias razones para ello. India aspira a vincularse más con sus mercados regionales y está negociando con China y al menos diez naciones más su participación en el gran tratado RECEP. Nosotros, por nuestra parte, necesitamos encontrar nuevos mercados que complementen e incluso sustituyan el del TLCAN que está por ser modificado próximamente.

Es importante desarrollar esta coincidencia de propósitos. Por parte de nosotros es urgente una acción clara y comprometida de nuestros hombres de negocios, mucho más allá de la que han desplegado en el TLCAN ya debilitado por las circunstancias de las anunciadas políticas norteamericanas.

Los altos funcionarios de India empezando por el primer ministro Narendra Modi y los responsables de Economía ya han venido a México en los meses pasados. El presidente Peña Nieto está programado para visitar India este mismo año. Son augurios positivos en el sentido de promover esta relación. Pero si no hay una voluntad firme por parte de los empresarios de ambos países de realizar estas oportunidades creando verdaderas sociedades y no sólo inversiones sin socios locales, las visitas por muy altos que sea su jerarquía, no pasarán de ser meros protocolos sin sustento.

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