Clausura. El Sideapa clausuró dos tomas irregulares de agua en propiedades de Alfredo Ordaz, funcionario de la Conagua. (EL SIGLO DE TORREÓN)
El Sideapa detectó y procedió a la clausura de tomas irregulares de agua potable en un predio y una vivienda propiedad del director de Infraestructura Hidroagrícola de la Comisión Nacional del Agua en esta región, Alfredo Ordaz Hernández.
En el primero de los casos, se encontró una línea de dos pulgadas de diámetro en la pequeña propiedad "La Tijera" ubicada en el ejido La Tehua por la que el padre del funcionario, Alfredo Ordaz Cerpa sólo paga la cantidad de 413 pesos al mes.
El titular del Sistema Descentralizado de Agua Potable en el Área Rural (Sideapaar), Luis Wiley Saade indicó que dicha toma es irregular por su diámetro y porque carece de medidor desde hace más de ocho años, lo cual resulta grave porque se disponía de un considerable volumen de agua empleada en actividades agrícolas y la cría de ganado, en detrimento de los usuarios de tipo doméstico.
Se procedió a enviar de inmediato una cuadrilla de trabajadores para la clausura de esta toma irregular, con la participación del notario público, Octaviano Rendón Arce, para dar fe de los hechos, hasta en tanto se determine los procedente por lo que toca a multas y el pago correspondiente a los años que dispuso de agua potable de manera irregular.
Tras una primera inspección en ese sitio, se evidencia la existencia de la línea que abastece a varias fincas dentro del predio, pero también un establo con ganado vacuno, así como la proximidad de un estanque de considerables dimensiones y un campo de cultivo, lo que haría posible que se usara agua potable para actividades pecuarias y agrícolas.
Acciones enérgicas
Clausuran las dos tomas de agua irregulares.
⇒ Al considerar que se pudo incurrir en un mal uso del agua de la red, se presentará una denuncia y se investigarán los hechos, pues aunque en ese lugar se detectó una noria ésta no funcionaba.
⇒ En el registro de usuarios del Sideapa se detectó además que Alfredo Ordaz Hernández tiene un contrato a su nombre por una gran residencia en la colonia Filadelfia, misma que al igual que la pequeña propiedad de su padre, carece de medidor instalado y sólo cubre una tarifa fija de 137 pesos al mes.
