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Por primera vez se evalúa el desempeño directivo en 2017

ROLANDO CRUZ GARCÍA
"Si buscas resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo".

— Albert Einstein

En este 2017 tendremos un evento inédito en el Sistema Educativo Nacional: se van a evaluar los directores de los planteles de educación básica de todo el país, en una evaluación a su desempeño directivo y que tiene un ingrediente legal importante y por demás trascendente, su permanencia.

Con fundamento en los cambios constitucionales y legales que reformaron a la educación nacional y a la operatividad del sistema educativo, correspondió a la Secretaría de Educación Pública diseñar los perfiles para el personal que realiza funciones de dirección y de supervisión y proponer los parámetros e indicadores que orientan los procesos de evaluación del desempeño en el servicio público educativo, así como la formación continua de este personal.

La evaluación del desempeño para el personal con funciones de dirección y de supervisión escolar, tiene como propósito principal que ellos y el sistema educativo cuenten con referentes comunes para la reflexión y el diálogo sobre las prácticas docentes en las escuelas y que buscan un desempeño eficaz para que los alumnos logren los propósitos de la educación básica.

El perfil de los directivos escolares de educación básica, expresa las características, las cualidades y las aptitudes para un desempeño destacado y eficiente de esta función.

El perfil de los directores de plantel, establece los conocimientos, las habilidades y las actitudes que deben poseer para dirigir a las escuelas sobre todo para que cumplan su misión: el aprendizaje de niñas, niños y adolescentes que asisten a ellas.

Los directivos deberán conocer los entornos en los cuales se desarrolla su labor, la organización y funcionamiento escolar y que demuestren su capacidad para ejercer una gestión escolar efectiva, pero que ésta se refleje en el trabajo en el aula.

Es por todo ello que se convierten en pieza clave para planear, coordinar y sostener, junto al colectivo docente, la autonomía de gestión de la escuela y la mejora de los procesos de enseñanza. Lo fundamental es que al final promuevan las buenas prácticas de enseñanza, el aprendizaje de los niños, la inclusión, la igualdad de género y el respeto a los derechos de niñas, niños y adolescentes.

La Ley General del Servicio Profesional Docente (LGSPD) plantea en el Artículo 52 que la evaluación del desempeño es obligatoria para personal con funciones de dirección y supervisión, y que se realizará por lo menos cada cuatro años. Se espera que existan pocas resistencias de los directores a evaluarse.

En esa perspectiva, la evaluación del desempeño de este personal dará inicio en noviembre de 2017 y lo que pretende es que contribuya a fortalecer su función, a través de información que permita retroalimentar a los propios directores para mejorar su quehacer profesional, así como para orientar la formación continua dirigidas al servicio.

Respecto al perfil idóneo para ser director, se definieron cinco dimensiones: 1.- Un director que conoce a la escuela y el trabajo en el aula, así como las formas de organización y funcionamiento escolar para lograr que todos los alumnos aprendan.

2.- Un director que ejerce una gestión escolar eficaz para la mejora del trabajo en el aula y los resultados educativos de la escuela. 3.- Un director que se reconoce como profesional que mejora continuamente para asegurar un servicio educativo de calidad. 4.- Un director que asume y promueve los principios éticos y los fundamentos legales inherentes a su función y al trabajo educativo, con el fin de asegurar el derecho de los alumnos a una educación de calidad. 5.- Un director que reconoce el contexto social y cultural de la escuela y establece relaciones de colaboración con la comunidad, la zona escolar y otras instancias, para enriquecer la tarea educativa. Podemos apreciar que son dimensiones muy importantes al momento de desempeñarse como directivo.

Con anterioridad, la tarea de los directores escolares distaba en mucho de lo que hoy en día les corresponde realizar. Había maestros de grupo que admiraban y envidiaban el ascenso a director o directora técnica porque descansarían de la labor pesada que implica trabajar al interior de los grupos de alumnos y cumplían con su deber atendiendo a la normatividad y siendo congruentes con su figura de poder en los planteles.

A través del tiempo, ha quedado obsoleto el personaje que sólo se dedica a cumplir administrativa y normativamente, los tiempos actuales exigen que el director se dinamice y se convierta en animador y protagonista de sus centros escolares, que sea gestor de aprendizaje para el alumnado y personal docente, que aproveche en forma óptima los recursos y rinda cuentas del plantel que dirige a la comunidad donde se encuentra.

En definitiva, requerimos ahora de un nuevo perfil directivo, formado administrativa y organizacionalmente; no podemos seguir promoviendo profesores por escalafón, que fueron concebidos para otras funciones; antes hay que actualizarlos, capacitarlos, superarlos y profesionalizarlos para que no lleguen a dirigir intuitiva y empíricamente. Suponemos que la evaluación al desempeño directivo podrá contribuir a lograrlo.

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Escrito en: ROLANDO CRUZ GARCÍA

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